Luis de Luis, crítico teatral.
Blanco, diáfano, nítido el escenario aparece convertido en una consulta profesional digna de la legendaria sala de operaciones del afamado doctor Hugo J. Hackenbush en la que irrumpe – firme y deslumbrante, poderosa y empoderada, frágil y divina, lúcida y decadente , descalza y con tacones , matriarca y mamita – Natalia Millán que sitúa el conflicto , pone en suerte al público y, de repente, una Ana Azorín sofocada y verborrágica , gansa e irresistible , salta a bordo de un brinco y ¡one, two, cha cha chá! … da el pistoletazo de salida a un día a la carrera en el que saca a relucir todas sus leguas de cómica de raza, de cómica de ley.
Como buena abogada de pleitos ricos Azorín toma la baraja, la zarandea con artes de prestidigitadora y pone las cartas sobre la mesa para que la atención el público se prenda y se prende de lo que ocurre en el escenario que no es – nada más y nada menos – que una batalla campal y desternillante cuajada de vueltas de tuerca y giros argumentales , en la que nada es lo que parece y lo que parece es lo que se ves como en toda buena familia, en toda familia de bien.
No pueden faltar a la reunión una bulliciosa y zarzuelera Ángela Peirat como eterna adolescente perdonavidas y una perfecta y delicada Inés Kerzan como una hipocondriaca sentimental l ambas llevando a cuestas con gracia y encanto las carencias emocionales de sus personajes acompañadas por un Carlos Seguí que delinea el difícil rol de padre ausente y encantador, de padre despreocupado y añorado.
Y ya reunidas todas las guajiras de PasoAzorín, montan, como no podía ser menos y para que decaiga, todo un formidable, hilarante y marxiano guantanamera .
De casta le viene al galgo y Ramón Paso se ha calzado las gafas de rayos X que le permiten ver con los trampantojos, contradicciones e ingenuidades de la escurridiza y contradictoria clase media y las ha utilizado para urdir una comedia clásica de las que no se hacen porque solo él sabe y se atreve a hacerlas y que funciona como una bomba de relojería de la que controla hasta el más mínimo tic tac .
Y, claro, como de casta le bien al galgo, Paso ha aprovechado el “anonimato” que permite la comedia ( y más una tan redonda como “El mensaje” ) para contar más, mucho más, para contar lo que no había contado nunca : sobre cómo suena la voz de la sangre ; sobre el sabor de un abrazo a (des) tiempo de una madre; sobre la necesidad de tomar la decisión de “matar” al Capitán Garfio y y la necesidad, aun mayor, de desterrar a Peter Pan para Nunca y Jamás; sobre la necesidad de rendirse (como reza la canción de Cheap Trick) la compasión, la propia y la ajena pero, sobre todo, entre jaja y jaja, cuenta sobre todo aquello en consiste, la felicidad, eso que no es lo que parece y lo que parece es lo que se ve.
Luis de Luis
Crítico teatral
Teatro Lara, desde el miércoles 14 de abril de mates a domingo
Ficha artística
Reparto
Natalia Millán
Ana Azorín
Inés Kerzan
Ángela Peirat
Carlos Seguí
Dramaturgia y dirección Ramón Paso
Ayudante de dirección: Blanca Azorín
Espacio escénico: Javier Ruiz de Alegría
Iluminación: Carlos Alzueta
Vestuario: Carmen Beloso
Audiovisuales: La Cía de la Luz
Producción delegada Pasoazorín Teatro: Inés Kerzan
Producción delegada Teatro Lara: Antonio Rincón-Cano
Comunicación: Marea GlobalCOM
Una producción de Teatro Lara y PasoAzorín Teatro con Arena Audiovisual, Smedia, La cía de la luz y El reló