Si alguien propusiera llevar a las tablas el discursivo y arrogante, descreído y vehemente  Don Juan de Molière y, encima, ambientarlo entre el lamé y la purpurina una boîte o sala de fiestas, típico local de ese periodo – desconcertado y expectante, desconcertado y ambivalente – que se dio en llamar el tardofranquismo sería tachad, a la primer de cambio, o de orate y desnortado. Como poco.

Eso si no te llamas Mañu Báñez que ha conseguido transmutar el eterno espíritu del Burlador en un señorito andaluz, un cachorro franquista, un Ruiz – Jarabo con pantalones de pata de elefante y chorreras en la camisa a quien da vida, en una prodigiosa interpretación, Germán Torres entregando toda la altanería, arrogancia y lucidez que el personaje requiere.

Ibáñez utiliza todas las convenciones teatrales (acotaciones, narraciones, metaliteratura)  Jugando con ellas a su favor para que el reparto – una vital Andrea Soto, una elegante Rosalía Castro y él mismo como un servil y apocado Esganarelle – se entregue e involucre en el juego y cosan e hilvanen con el mismo hilo de seda  que sirve de sintonía a la función, una lúdica y meditada, jovial y meditabunda reflexión sobre el poder que nunca cambia y sus dueños – camaleónicos, astutos y egoístas – que nunca ceden.

Nunca las palabras de la legendaria “Libertad sin ira” ( que cierra el espectáculo) sonaron tan veraces y ambivalentes.

Luis de Luis

Crítico teatral

Teatro Luchana. Desde el 9 de abril todos los viernes a las 20 horas

Ficha artística y técnica

Versión de la obra «Don Juan» de Molière y dirección: Manu Báñez

Reparto: Germán Torres, Andrea Soto, Rosalía Castro y Manu Báñez

Dirección musical: Alexandra Soto y Andrea Soto

Coreografía: Luís Santamaría

Ayudante de dirección: Irene Calaguig

Producción: Javier San Román

Diseño de escenografía: Silvia de Marta

Diseño de vestuario: Guadalupe Valero

Diseño de iluminación: Tomás Charte

Producción: Chinatown S.L., Manu Báñez y Comunidad de MAdrid

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