Dos jóvenes guitarristas con varios premios en sus estanterías; dos cantaores de Badajoz y Sevilla; y dos bailaoras que ya tienen mucho que decir en los escenarios. Todos veinteañeros, que ya superaron la etapa de ser promesa para convertirse en potente realidad. Seis espectáculos de tronío en la Sala Verde de los Teatros del Canal el sábado 24 y domingo 25 de septiembre 2022.

Álvaro Mora en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente

Álvaro Mora

Viene con el Bordón Minero de este año 2022, el último de muchos otros premios. De Moguer, (Huelva) es este excelente joven guitarrista de concierto, quien a sus veinticuatro años tiene una incomparable trayectoria artística que comenzó a la tierna edad de diez años, tocando en la peña flamenca de su pueblo y que continuó con formación académica, incluido un máster de análisis e investigación del flamenco, y con maestros como Rafael Riqueni, Juan Manuel Cañizares, Antonio Rey, Manolo Franco, Niño de Pura, Gerardo Núñez y Dani de Morón. Solicitado por grandes festivales y ciclos de guitarra flamenca, hace tiempo que pasó de ser promesa a realidad en su arte.

Es un placer comprobar cómo la guitarra flamenca sigue más viva que nunca, que el estudio ayuda sobre todo a la guitarra de concierto, aunque también Álvaro Mora ha hecho guitarra de acompañamiento, trabajo difícil e importante en la trayectoria de cualquier guitarrista, en tablaos flamencos de Córdoba y Sevilla con artistas de cante y baile.

En la noche del 24 de septiembre se recreó con una ronda por tarantos. Continuó por soleá y remató el concierto por alegrías. Contó con Álvaro y Fernando Gamero al compás.

Álvaro utilizó una guitarra blanca para este concierto.

Juanfra Carrasco en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente
Juanfra Carrasco en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente

Juanfra Carrasco, cantaor de Badajoz

Le conocimos en Casa Patas y en la sala García Lorca, lugares míticos del flamenco madrileño hoy desaparecidos para siempre. ¡Duele decir esto!

El jovencísimo Juanfra Carrasco es un paradigma de la forma de cante pacense. Voz grave, rasgada, esencia jonda al límite, gestos de ‘aquí estoy yo, así es como canto porque quiero, para identificar a mi tierra que a flamenca no la gana nadie’.

Y sí, sí es cierto. Canta de otra forma, como cantan de otra forma los cantaores de las Minas y de Levante. Juanfra hace cante de Poniente, distintivo de una de las provincias más flamencas de España.

Con él, estuvo Juan Miguel Vargas en acompañamiento de guitarra. Y Ángel e Israel Peña a las palmas.

Por serranas y por alegrías de su tierra. Y ¡viva la diversidad en el flamenco!

Ana Latorre en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente

Ana Latorre

Hija del gran bailaor, coreógrafo, creador y director de espectáculos, Javier Latorre. Ciertamente eso puede facilitar mucho las cosas. Con vocación, trabajo y esfuerzo constantes, durante años, durante toda la vida, el parentesco ilustre sirve para tener un gran apellido, para mantenerse ilusión y trabajo.

Esa es Ana Latorre. Pura vocación y esfuerzo. Ayuda también, que para eso es hija de quién es. Artista de Córdoba, ciudad flamenca y sultana, escuela en casa y graduada en el Conservatorio Profesional de Danza de su ciudad, hace diez años.

Desde entonces no ha parado. Tanto en compañías de baile clásico como flamencas. Grandes maestros como Estévez y Paños, Antonio Márquez, Manuel Liñán, La Moneta, Shoji Kojima, Rubén Olmo

La vimos en el Festival de Jerez de 2020, un semana antes del confinamiento, en el espectáculo Lorca x Bach de Javier Latorre y Shoji Kojima, como bailaora y coreógrafa de una pieza de baile.

Espectáculo propio, Leiva yo a contar.

Y ahora la vemos aquí, en esta Suma Flamenca joven, con todo merecimiento por edad, que por categoría y madurez de su baile ya ha estado y puede estar donde quiera.

Tuvo acompañantes de lujo, cantaores de adelante, Gabriel de la Tomasa y El Perre. Y Ángel Flores al acompañamiento de guitarra.

Bordó en filigrana una seguiriya y después del intervalo de pequeño concierto de Ángel Flores, asombró con una larga ronda de fandangos, de todas las cunas del fandango. Nos gustó su pelo ondulado con flores prendidas, algo que ya se ve poco. ¿Un guiño a alguien muy famosa hace años?

La cuarta gala, el domingo 25 de septiembre. Aforo completo en la Sala Verde. Porque todo el mundo sabía lo que esperaba.

Alejandro Hurtado en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente
Alejandro Hurtado en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente

Alejandro Hurtado

Cada vez que he visto a Alejandro Hurtado y no han sido pocas, ha sido para disfrutar de la guitarra de un artista genial; cuando ganó el Bordón Minero; varias veces acompañando a Mayte Martín, como en aquel inolvidable recital dedicado a Manuel Alcántara en Málaga; ciclo Flamenco Joven en el Conde Duque de Madrid; en el festival de la guitarra de Córdoba. Recientemente, como pistoletazo de salida de la próxima diecisiete Suma Flamenca, en un recital homenaje a Manolo Sanlúcar en este mismo espacio, la Sala Verde de los Teatros del Canal de Madrid, recital en el que hizo un guiño a Sabicas, a Ramón Montoya y a Manolo de Huelva. Y finalmente en esta cuarta gala de la Suma Flamenca Joven, en un concierto que supo a esencia flamenca.

Supo elegir muy bien sus palos. Primero por farruca; su formación multidisciplinar, clásica y flamenca de varias escuelas, dan a su toque ese sonido de flamenco sinfónico, como de concierto de cámara.

Luego una ronda por alegrías. Y para terminar, del disco dedicado a Ramón Montoya y a Manolo de Huelva, la rondeña de Montoya y la bulería del guitarrista de Huelva, dos piezas conocidas y reconocidas, de culto. El de Alejandro Hurtado, un toque maestro.

Los aplausos y los bravos con la sala en pie patentizaron el entusiasmo de un público que llenaba la sala verde en reconocimiento a un gran intérprete.

Alejandro Hurtado en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente
Manuel de la Tomasa en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente

Manuel de la Tomasa

Cantaor gitano de Sevilla, Manuel Giorgio Fernández posee un tesoro en su garganta, una de las voces flamencas más claras del panorama actual. Se nota su ascendencia de grandes artistas, que se remontan al siglo diecinueve, entre otros Manuel Vallejo, Manuel Torres y su famoso abuelo José de la Tomasa. Su estilo, conocimiento del cante, su amor al flamenco, le han convertido a sus veintitrés años en uno de los cantaores más solicitados por festivales de toda España. Estuvo acompañado por un gran guitarrista, Antonio Carrión, también sevillano de Mairena del Alcor. Juntos formaron un dúo perfecto, cómplices en flamencura.

Ya que estamos en la cuarta y última gala de esta Suma Flamenca joven, es momento de comentar que los guitarristas de acompañamiento, que en el caso de los bailaores y bailaoras han tenido la oportunidad de lucirse con pequeños pero excelentes conciertos en los intervalos, han brillado con luz propia, han estado a la altura de los protagonistas, realmente, han sabido ser protagonistas con merecimiento.

Manuel de la Tomasa se arrancó por una larga ronda de tonás, siguió por alegrías, luego por soleá, para terminar con ronda por bulerías. Palos clásicos, históricos del flamenco, que en la voz de Manuel dejaron la sala Verde llena de la más pura armonía flamenca.

Agueda Saavedra en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente
Agueda Saavedra en Suma Flamenca Joven 2022 © Pablo Lorente

Águeda Saavedra

Bailaora malagueña de Nerja, merecería palabras interminables de elogio a su persona y a su baile. Águeda Saavedra, presente glorioso del baile flamenco a sus veintisiete años y futuro previsible de maestrías creadoras, lo tiene todo. Gran belleza, cuerpo juncal, carisma no fácil de igualar, y su baile posee una identidad personalísima, fruto de sus genes artísticos, de vivir rodeada de arte desde la cuna, de una formación clásica y flamenca que empezó a los ocho años, de una vocación por el baile desde el amor.

Estuvo acompañada por el cantaor Jesús Corbacho, la guitarra de Juan Campallo y la percusión de Paco Vega. Artistas los tres de sobra reconocidos en el ambiente. Magníficos esa noche, acompañando y marcando movimientos y pausas.

Por bulerías y fandangos, sus dos bailes. De blanco primero, un vestido lleno de múltiples pequeños volantes, un vestido pensado más que para bailar, para que baile. El vestuario es siempre protagonista en las bailaoras que saben.

Qué decir de la maestría de Águeda en sus movimientos lentos, lentísimos, recreándose en ellos, en sus pausas y sus silencios. Y de sus crescendos y cumbres de movimiento, de sus cimbreos, de sus brazos y manos, de la expresión integrada de su baile de la cabeza a los pies, pasando por sus manos. Todo ello dotado de un hacer que lo transforma en único, como visto por primera vez.

Cambio de traje y diríamos de personalidad dancística para los fandangos. Conjunto de pantalón y chaquetilla ocre con blusa blanca. Casi llegó a volar en algunas ocasiones. Era como un volcán, valga la comparación eufemística, pero en cánones de danza perfectamente controlados.

Hay que verla. No creo que las palabras sirvan de mucho para describir en su totalidad el adictivo arte de su danza. Y añado como siempre que hablo de baile. La primera premisa, la belleza. Con Águeda Saavedra está garantizada.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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