Los primeros camiones de reparto urgente comenzaron a salir, el pasado domingo, de la planta de Pfizer en Portage (Michigan, EE.UU.) con los primeros contenedores de vacunas contra la COVID-19. Una distribución de los viales que deben ser transportados a temperaturas ultra frías en todo su recorrido. La vacuna de Pfizer debe almacenarse a menos setenta grados centígrados. Esta necesidad ha aumentado la demanda mundial de hielo seco.
Y mientras el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha elogiado el lanzamiento de las vacunas COVID-19 en su país, los fabricantes de hielo seco y proveedores de máquinas de China están trabajando a pleno rendimiento para responder a la creciente demanda de la cadena de frío, en la que el hielo seco juega un papel indispensable, por lo que algunas empresas chinas han visto que los pedidos para exportar a Estados Unidos han aumentado de diez a veinte veces respecto al año anterior, un hecho sin precedentes.
Pfizer planea ofrecer hasta mil trescientos millones de dosis en 2021, mientras que Moderna espera producir hasta mil millones de dosis el próximo año. Dosis tan numerosas de las vacunas, junto con el hecho de que la mayoría requieren al menos dos inyecciones, necesitarán de una cantidad sin precedentes de hielo seco para almacenarlas y distribuirlas en las adecuadas condiciones.
Ante la creciente escasez, la propia Pfizer está ampliando su línea de producción de hielo seco hasta cien toneladas al día, cuando solo produce ahora una docena de toneladas. Pero para ello necesita nuevo equipo de producción que ha encargado a empresas chinas.
Las interrupciones logísticas debido al brote de la COVID-19 han provocado en Estados Unidos una creciente escasez de contenedores y el aumento de los precios de la carga aérea, lo que, a su vez, ha aumentado la presión en el suministro de hielo seco y la distribución de máquinas para fabricarlo. De hecho, los expertos de la industria consideran que la precariedad de producción y suministro no mejorará hasta dentro de medio año.
La escasez de hielo seco se ha observado tanto en Estados Unidos como en Europa, y las compañías chinas esperan entregar todos los productos de hielo seco a sus clientes en febrero y marzo del próximo año. Normalmente, el ciclo de producción para una pieza de equipo es de tres o cuatro meses, pero ahora se está reduciendo a dos meses.
Tales máquinas pueden producir hielo seco que permite que la temperatura de transporte se mantenga en torno a -78 ºC durante una semana, y el dióxido de carbono utilizado para fabricar el hielo seco se encuentra dentro de los estándares exigidos a los aditivos alimentarios, y su coste de producción es una cuarta parte del producido en Estados Unidos.
Sin embargo, las materias primas pueden representar algunas limitaciones en la producción, ya que la capacidad de producción química se ha reducido, lo que resulta en la reducción del dióxido de carbono. Esta es una gran limitación para la producción de hielo seco y eleva los precios del mercado.
Por ello, los precios de los equipos de fabricación de hielo seco y de hielo seco se han duplicado este año debido a la pandemia, y probablemente se duplicarán nuevamente el próximo año con el lanzamiento de más vacunas.