«Sidonie en Japón», sobre el amor y el duelo en el país de los cerezos en flor

Estrenada en las pasadas Giornate degli Autori del Festival Internacional de Cine de Venecia, «Sidonie en Japón» es la última película protagonizada por Isabelle Huppert («La pianista», «Elle», «Greta», «8 mujeres», «The Disappearance of Eleanor Rigby»), actriz que ha presidido el Jurado de la actual edición del Festival de Venecia, clausurada el pasado sábado.

Historia de amor y duelo, y «de fantasmas, que en Japón están por todas partes», «Sidonie en Japón» está dirigida por Ëlise Girard («La buena esposa», «Belleville-Tokyo»), quien ha querido que también sea «una declaración de amor a un país que siento cercano y extraño».

Completan el trio protagonista el actor japonés Tsuyoshi Ihara («Cartas desde Iwo Jima«) y el alemán August Diehl («El maestro y Margarita», «Malditos bastardos«, «Vida oculta»).

Sidonie ha aceptado la invitación de viajar a Osaka, y desde allí trasladarse a otras ciudades de Japón, para presentar la reedición de su primer libro, que fue un éxito editorial en su día. En el aeropuerto la recibe el editor Kenzo Mizoguchi, quien le anuncia que tiene previsto acompañarla en todo momento durante los seis días que durará su estancia.

A pesar de las continuas atenciones del hombre, que no solo le acompaña por las librerías sino que le descubre algunos de los encantos y misterios del país del sol naciente, Sidonie está siempre cansada, somnolienta y alterada desde que, ya en la primera de las habitaciones de hotel que tiene adjudicada, recibe la visita del fantasma de su marido, fallecido tiempo atrás.

A la escritora y el editor les une un desgraciado pasado: los padres y el hermano de Sidonie perdieron la vida en un accidente de automóvil lo mismo que, años más tarde, su marido, en otro accidente en el que ella resultó ilesa.

La bomba de Hiroshima mató a toda la familia del padre del editor –quien al jubilarse ha regresado a la isla, donde convive con sus difuntos- y su mujer le ha abandonado porque ya no les queda «nada que decirse».

En la película, ambos pasan el duelo que tenían pendiente y demuestran que son capaces de volver a ponerse en marcha, «una intención tan humana como romántica, sobre todo si se manifiesta en forma de ayuda» (abusdecine.com)

«Sidonie en Japón» es ante todo una exhibición de las diferencias culturales y de protocolo que existen entre Japón y Francia, con especial dedicación a esa reverencia que lo mismo es saludo que devoción, «Una mirada desplazada y borrosa para revisitar los temas universales de la vida, la muerte, la aceptación del duelo y el renacimiento» (aVoir-aLire.com)..

Es también una colección de imágenes de paisajes con los cerezos en flor, un puñado de tópicos y una historia más que previsible, con momentos fuera de la realidad en los que el difunto marido aparece en forma de relajado espectro que igual hace un solitario en el tatami que vacía la bandeja del desayuno de la escritora.

Es, además, un par de homenajes al realizador Mizoguchi (1898-1956, quien comparte apellido con el editor) y dos o tres secuencias, especialmente con los protagonistas de espaldas, que remiten a «Hiroshima mon amour». Todo lo cual no impide que sea una película aburrida en la que todo está contado desde el comienzo.

«Sidonie en Japón – dice su directora-, nació de las sensaciones que experimenté cuando descubrí Japón en 2013 (…)
A través de esta película-viaje quería hablar sobre el duelo, el renacimiento y el amor que regresa inesperadamente (…) Mi gusto por lo antiguo y lo ultramoderno encuentra aquí un eco real. Hay una referencia continua entre ambos elementos y, en mi opinión, esto hace de Japón un país ideal para el cine».

La verdad es que después de «Lost in Translation» (de Sofia Coppola) y «Perfect Days» (de Wim Wenders), dos películas magníficas, hay que ser bastante temerarios para rodar estas desventuras de Sidonie y Kenzo, bobas y ñoñas -en las que solo faltaba el marido fantasma para componer un trío imposible- con una Isabelle Huppert en modo hierático, y las escenas de los cuerpos –blanco el femenino, amarillo el masculino- que no pasan la prueba si somos de los que –aunque solo sea por edad- conservamos el recuerdo de «Hiroshima mon amour».

«Sidonie en Japón» estará en los cines de Madrid el próximo viernes 13 de septiembre de 2024.

«Sidonie en Japón», sobre el amor y el duelo en el país de los cerezos en flor

Estrenada en las pasadas Giornate degli Autori del Festival Internacional de Cine de Venecia, «Sidonie en Japón» es la última película protagonizada por Isabelle Huppert («La pianista», «Elle», «Greta», «8 mujeres», «The Disappearance of Eleanor Rigby»), actriz que ha presidido el Jurado de la actual edición del Festival de Venecia, clausurada el pasado sábado.

Historia de amor y duelo, y «de fantasmas, que en Japón están por todas partes», «Sidonie en Japón» está dirigida por Ëlise Girard («La buena esposa», «Belleville-Tokyo»), quien ha querido que también sea «una declaración de amor a un país que siento cercano y extraño».

Completan el trio protagonista el actor japonés Tsuyoshi Ihara («Cartas desde Iwo Jima«) y el alemán August Diehl («El maestro y Margarita», «Malditos bastardos«, «Vida oculta»).

Sidonie ha aceptado la invitación de viajar a Osaka, y desde allí trasladarse a otras ciudades de Japón, para presentar la reedición de su primer libro, que fue un éxito editorial en su día. En el aeropuerto la recibe el editor Kenzo Mizoguchi, quien le anuncia que tiene previsto acompañarla en todo momento durante los seis días que durará su estancia.

A pesar de las continuas atenciones del hombre, que no solo le acompaña por las librerías sino que le descubre algunos de los encantos y misterios del país del sol naciente, Sidonie está siempre cansada, somnolienta y alterada desde que, ya en la primera de las habitaciones de hotel que tiene adjudicada, recibe la visita del fantasma de su marido, fallecido tiempo atrás.

A la escritora y el editor les une un desgraciado pasado: los padres y el hermano de Sidonie perdieron la vida en un accidente de automóvil lo mismo que, años más tarde, su marido, en otro accidente en el que ella resultó ilesa.

La bomba de Hiroshima mató a toda la familia del padre del editor –quien al jubilarse ha regresado a la isla, donde convive con sus difuntos- y su mujer le ha abandonado porque ya no les queda «nada que decirse».

En la película, ambos pasan el duelo que tenían pendiente y demuestran que son capaces de volver a ponerse en marcha, «una intención tan humana como romántica, sobre todo si se manifiesta en forma de ayuda» (abusdecine.com)

«Sidonie en Japón» es ante todo una exhibición de las diferencias culturales y de protocolo que existen entre Japón y Francia, con especial dedicación a esa reverencia que lo mismo es saludo que devoción, «Una mirada desplazada y borrosa para revisitar los temas universales de la vida, la muerte, la aceptación del duelo y el renacimiento» (aVoir-aLire.com)..

Es también una colección de imágenes de paisajes con los cerezos en flor, un puñado de tópicos y una historia más que previsible, con momentos fuera de la realidad en los que el difunto marido aparece en forma de relajado espectro que igual hace un solitario en el tatami que vacía la bandeja del desayuno de la escritora.

Es, además, un par de homenajes al realizador Mizoguchi (1898-1956, quien comparte apellido con el editor) y dos o tres secuencias, especialmente con los protagonistas de espaldas, que remiten a «Hiroshima mon amour». Todo lo cual no impide que sea una película aburrida en la que todo está contado desde el comienzo.

«Sidonie en Japón – dice su directora-, nació de las sensaciones que experimenté cuando descubrí Japón en 2013 (…)
A través de esta película-viaje quería hablar sobre el duelo, el renacimiento y el amor que regresa inesperadamente (…) Mi gusto por lo antiguo y lo ultramoderno encuentra aquí un eco real. Hay una referencia continua entre ambos elementos y, en mi opinión, esto hace de Japón un país ideal para el cine».

La verdad es que después de «Lost in Translation» (de Sofia Coppola) y «Perfect Days» (de Wim Wenders), dos películas magníficas, hay que ser bastante temerarios para rodar estas desventuras de Sidonie y Kenzo, bobas y ñoñas -en las que solo faltaba el marido fantasma para componer un trío imposible- con una Isabelle Huppert en modo hierático, y las escenas de los cuerpos –blanco el femenino, amarillo el masculino- que no pasan la prueba si somos de los que –aunque solo sea por edad- conservamos el recuerdo de «Hiroshima mon amour».

«Sidonie en Japón» estará en los cines de Madrid el próximo viernes 13 de septiembre de 2024.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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