Tomás Mallo[1]

Ante las próximas elecciones a la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid, a finales de mayo de 2021, a las que pudieran presentarse cuatro o hasta cinco candidaturas, he creído oportuno dirigir a mis consocios una pequeña relación de «señas de identidad» con el ánimo de disipar las dudas existentes. A partir de ahí, si los socios asumen el diálogo siempre necesario, se podría impulsar la necesaria renovación, dejando claro qué representa el Ateneo de Madrid en la sociedad actual.

Muchas son las señas de identidad del Ateneo de Madrid a lo largo de doscientos años, pero ahora sólo destacaremos algunas, que estaban ya en el periodo fundacional y que siguen siendo adecuadas para los tiempos que corren. Veamos.

«Sin ilustración pública no hay verdadera libertad»
(Estatutos del Ateneo Español de Madrid en 1820).

Ante las amenazas que nos rodean, tenemos que impulsar la instrucción pública, dedicando nuestro esfuerzo a dialogar tranquila y amistosamente sobre los problemas que nos aquejan como sociedad y como ciudadanos. Deberíamos convertir el Ateneo de Madrid en un centro de «estudios y análisis» para apoyar las demandas justas de los ciudadanos españoles.

«El diálogo es el supremo ejercicio ateneísta»
(Ruiz Salvador)

«Del diálogo surge la amistad; no hace falta recordar que de la convivencia ateneísta…surgen grandes amistades…Es el lado humano del Ateneo …». «En este Ateneo de las amistades y del pensar en voz alta…han hablado todos y de todo. Además, y esto es lo verdaderamente importante, se han hablado unos a otros, han dialogado…». Y lo han hecho socios de distintas generaciones. Esta seña es fundamental para avanzar desde el pasado hacia el futuro.

El Ateneo de Madrid tiene que representar a la ciudadanía activa

La instrucción pública es el medio idóneo para combatir todos los «despotismos» y asegurar la libertad. En el Ateneo de Madrid deberíamos luchar contra los fanatismos y contra los miedos que nos provocan, vengan de donde vengan. Para ello es indispensable una ciudadanía activa dedicada a exigir la salvaguarda de sus derechos y la satisfacción de sus necesidades.

Tenemos que trabajar para lograr la regeneración de la vida española luchando contra todos los «despotismos». Además de «intelectuales», hay que ser «ciudadanos». Y ello es más imprescindible en nuestros días para superar los desastrosos efectos políticos, económicos y sociales de la COVID-19. Pienso que deberíamos reivindicar un Nuevo Contrato Social Global.

Reorganización de todas las actividades ateneístas:
funcionamiento ordenado, riguroso y científico

Para todo ello, deberíamos reorganizar las secciones, las agrupaciones y el resto de las actividades, incluidas las juntas de socios y la gestión administrativa. No se trata sólo de un problema de número o de un problema de Estatutos, sino de garantizar el funcionamiento ordenado, riguroso y científico de los diálogos y debates para obtener resultados de interés para la sociedad española y para el mismo Ateneo garantizando la representación, la participación y la sostenibilidad de la institución.

Dotar a las instalaciones de la tecnología apropiada

La pandemia no es solo la causa de que en nuestros días necesitemos una tecnología apropiada para la comunicación en general, sino algo más importante. En este mundo global, las actividades ateneístas exigen una especie de «curriculum internacional» para tener la posibilidad de conectarnos con nuestras contrapartes y expertos más allá de nuestras fronteras. Por ello debemos dotarnos de la tecnología apropiada para dialogar y debatir con esas contrapartes.

Se trata de dialogar para avanzar hacia una sociedad civilizada

Si como dice Víctor Bermúdez los ciudadanos necesitamos de espacios para dialogar sobre racionalidad, tolerancia, honestidad, generosidad, moderación, igualdad, etc…, sin las que no es posible alcanzar el desarrollo intelectual y moral y la «amistad cívica» que exige una sociedad civilizada; el Ateneo de Madrid debe responder a esa demanda ciudadana.

En conclusión, es necesario que las candidaturas que se presenten aclaren sus posturas programáticas y manifiesten a todos los socios si son capaces de asumir estas mínimas señas de identidad para impulsar la necesaria renovación del Ateneo de Madrid.

  1. Tomás Mallo es socio del Ateneo de Madrid

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