Las Asociaciones Vecinales de Leganés (FLAV) denuncian en su última hoja informativa el triste verano que se avecina para los ciudadanos de este municipio madrileño de más de ciento noventa mil habitantes y con un nivel adquisitivo bajo, que se ha visto disminuido por la incidencia de la pandemia sobre el empleo y las posibilidades económicas de los ciudadanos.

«Hasta hace poco, denuncia la FLAV, aunque esto era un factor diferenciador entre la población, la ciudad tenía una oferta de ocio que paliaba las necesidades de descanso o de ruptura con la rutina que suponen once meses de trabajo. Esta necesidad se ve incrementada este año, tras la situación de pandemia que hemos vivido y que nos tiene sumergidos en un estado de letargo y tristeza, cuando no en algo peor: depresiones, dificultades económicas por falta de trabajo…» 

Sin embargo, este año, el Ayuntamiento de Leganés no tiene una oferta de ocio cultural y lúdico para el período de verano. Según los Federación Local de Asociaciones Vecinales «no ha sido capaz de contratar la programación de las Lunas del Egaleo ni se ha atrevido a desarrollar un programa para las Fiestas de Butarque».  

Puestas así las cosas, los responsables de las asociaciones de vecinos ven venir tres meses de duro paisaje urbano sin ningún tipo de aliciente. Afirman que los daños causados por el temporal Filomena no han sido reparados y que, por tanto, los parques y jardines de la ciudad se mantienen en un estado de deterioro que hace imposible su disfrute. Detallan que el ayuntamiento ha dejado estropearse tanto el arbolado como los jardines, incumpliendo la ley que obliga a plantar nuevos árboles que sustituyan a los que se pierden, para mantener el consumo de CO2.

La hoja informativa recuerda que Leganés es una de las ciudades que soporta mayor índice de contaminación en la Comunidad de Madrid.

El deterioro de los jardines y el mobiliario urbano es una queja repetida durante todo el mandato del alcalde Santiago Llorente (PSOE) y ante esa situación no ha caído bien entre los ciudadanos una reciente afirmación según según la cual Leganés no está sucia, sino que el viento esparce la basura y eso deteriora el aspecto de las calles del municipio.

Una irritación que viene a añadirse a lo que los vecinos consideran una escasa gestión municipal en los últimos años, durante los cuales el consistorio tiene pocas acciones que apuntarse para mejorar la vida de los ciudadanos. Las protestas contra esa situación han sido la tónica de las relaciones entre el consistorio y los grupos vecinales. Estos temen que la reciente ruptura de la coalición que gobernaba (PSOE y Más Madrid), con la consiguiente concentración de la gestión en un número menor de responsables, agudice la falta de gestión.

La última gota para la paciencia de los vecinos ha sido el anuncio de que la única piscina municipal con que cuenta la ciudad solo abrirá durante el verano con el vaso más pequeño disponible, y durante menos tiempo. 

La nota informativa de la FLAV concluye que «esta es nuestra recompensa por pagar nuestros impuestos y tras haber aguantado el temporal de la pandemia. Y todo por un empeño cerril privatizador y de recorte de servicios públicos que venimos sufriendo en la ciudad por parte de este alcalde, Santiago Llorente. Por su empeño en no recuperar la Piscina Solagua, de la que ya no queda más que un agujero ruinoso y el estupendo recuerdo de los que vivimos allí los veranos de nuestra niñez y adolescencia, mientras fue una piscina pública»; ,

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