Ir al rocodromo en Madrid es mucho más que acudir a una instalación deportiva. En los últimos años, estos lugares se han hecho muy populares debido a que allí se crean comunidades que ayudan al desarrollo personal. Tanto es así que cuando un rocódromo se abre en un barrio, no tarda en convertirse en un espacio de encuentro social para vecinos de todas las edades.
¿Qué es un rocódromo?
Son pocas las personas que pueden salir a menudo a la montaña, así que la montaña va a sus ciudades en forma de rocodromo. Este simula las condiciones de una pared de escalada natural, en las cuales se ponen presas con diferentes dificultades.
La escalada se hace en un ambiente seguro, en donde se puede escalar con independencia del clima. Así, en estos lugares se dan cita tanto principiantes como escaladores ya avanzados que quieren entrenar y mejorar.
La escalada es un deporte muy completo
A diferencia de otros deportes, en los cuales solo se utilizan una serie de grupos musculares, en el rocódromo se consigue un entrenamiento integral del cuerpo. Además, cuando se va subiendo por la pared, hay que combinar la fuerza, con la resistencia y la flexibilidad.
Se trabajan los brazos, las piernas, el core y la espalda, por lo que hay pocos deportes tan completos (uno que se le asemeja es la natación). También hay un componente mental, puesto que escalar requiere de una enorme concentración, planificación de los siguientes movimientos o resolver problemas.
Es un lugar para conocer gente
Como pasa con cualquier lugar en el que se hace deporte, al final los rocódromos se convierten en espacios en donde se socializa. La escalada es un deporte colaborativo, así que enseguida los más experimentados ayudan a los nuevos y les dan consejos.
En la mayoría de los rocódromos se organizan competiciones, cursos, etc., lo que aumenta la interacción social. Por eso, es un espacio excelente para esas personas que desean conocer gente y quieren hacer deporte a la vez.
Al rocódromo pueden ir personas de todo tipo
Parece que escalar no es para todo el mundo, pero la realidad es que a los rocódromos puede ir cualquiera. Esto se debe a que hay varios niveles, incluso para aquellas personas que no saben ni lo que es la montaña. Una de las modalidades con las que se suele empezar es la conocida como “Boulder”. En ella se escala en paredes muy bajas y sin cuerda, con colchonetas debajo para amortiguar las caídas.
Conforme se avanza se empieza la escalada con cuerdas. Se sube más alto, por lo que ya se emplea un arnés para asegurar al escalador. Si este sigue mejorando su nivel, al final puede participar en la escalada de velocidad. Aquí se enfrentan dos escaladores para ver cuál llega antes a la cima.
Todos los rocódromos apuestan por la seguridad
Los rocódromos son lugares muy seguros, ya que se diseñan pensando en la integridad física de todos los que van allí. De hecho, lo primero que se hace con los nuevos es una formación en seguridad, en donde se explica cómo se usan los arneses y las cuerdas.
Siempre hay personal capacitado, el cual está atento a los problemas que puedan surgir y aclarar las dudas que existan sobre la seguridad.