Rocío Luna obtiene la Lámpara Minera en el Festival del Cante de las Minas de La Unión

Rocío Luna ha sido la ganadora sin competidores de la Lámpara Minera 2023 en los Concursos del Cante de las Minas de La Unión.

Rocío Luna, Rocío Luna… Por fin recordé donde la había visto, no hacía mucho tiempo, en un lugar relacionado con concursos. Hasta que recordé: En noviembre 2022, en la finalísima de los Concursos Nacionales de Flamenco de Córdoba, donde quedó finalista, como podía haber sido ganadora, pero ganó el competidor, Rafa del Calli.

En La Unión, en la maravilla de escenario que es el Antiguo Mercado, bajo la bóveda obra maestra de estilo modernista, Rocío Cespillos Luna, Rocío Luna para el arte, cantando muy sabiamente por Mineras de Pencho Cross y de Encarnación Fernández, esta vez como única candidata al premio por el que nació este festival hace sesenta y dos años, por mor de circunstancias muy peculiares de las semifinales 2023, se alzó con todo merecimiento, porque Rocío demostró haberse «currado» a fondo los cantes de esta tierra, con la preciada Lámpara Minera y premios por minera, cartagenera, seguiriya, granaína y media granaína. 

Esta vez sin sufrir, porque desde veinticuatro horas antes, tras la criba contundente de semifinalistas por parte del jurado, en una decisión única, como únicas eran las circunstancias que habían rodeado estas semifinales, sabía que la codiciada Lámpara era para ella, y así ya se presentó vestida para recoger los premios, con ese modelazo rojo coral llevado con su innata elegancia. 

¡Bravo por ti, Rocío Luna, que hermosísimo nombre artístico! A pesar de la ausencia de competidores, has sido merecidísima ganadora de esa histórica Lámpara Minera, que bien gestionada será un antes y un después en tu carrera, como lo fue hace treinta años para el gran artista que te la entregó, Miguel Poveda.

Seguimos con la lista de ganadores sin competidores, únicos semifinalistas que pasaron a la final y directamente a los premios mayores del histórico Concurso del Cante de las Minas, en esta edición insólita, en la que el jurado hizo la criba más rotunda de la historia, la víspera de la final y los premios, el 11 de agosto. A circunstancias anómalas, decisiones nunca vistas antes. Y no puedo decir más, que aquí se habla de flamenco, nunca de política.

El catalán Yoel Vargas estaba cantado, era el mejor bailaor, mejor dicho bailarín, por formación y experiencia. Qué elegancia, que colocación y definición de la figura, qué compás en sus pies, que coordinación corporal y con el cante y toque de acompañamiento. No hubo otro que le llegara ni a la mitad de su altura artística, no podía haber otro ganador del codiciado Desplante. Y para él fue, bailando en la final por taranto.

El jurado dejó como única finalista de baile a la almeriense Rocío Garrido Joya, quien también bailó por taranto. Participó en la tercera semifinal por taranto y soleá, con los grandes Pepe de Pura al cante y Jesús Corbacho al toque. Bailó el taranto con pantalones! y muy, pero que muy curiosamente, se sacó dos palmeros para la soleá, nadie supo que pintaban allí. Item más: Bailó la soleá con una regia bata de cola, a la que no supo sacar ni la mitad de los recursos de la bata de cola, un elemento que cobra vida propia cuando se sabe llevar, que no fue el caso. El jurado sabe, le dio el Desplante femenino.  Pues perfecto.

El Bordón Minero, único premio con dos aspirantes, tanto podía habérselo llevado el que se lo llevó como el que se quedó como finalista. Fue para el granadino Juan Luis Campos Triguero El Poti, por taranta y soleá, como podía haberlo sido para Juan Antonio López Moya de Barcelona. 

El resultado entre los dos era opinable y subjetivo, por tanto bravo para el ganador del Bordón como para el digno finalista. A ver quien gestiona mejor el resultado, that’s the question.

Premio Filón a instrumentistas. Bueno, bueno, bueno… Fue para el único finalista, el pianista Raúl Pérez Fernández, de Cartagena, como quien dice de casa. Nadie lo hubiera dicho la primera noche de semifinales en la que actuó. Muchos nos preguntamos el 12 de agosto porqué no estaba en la final el cordobés Rubén Jiménez Urbano, Niño Ruven, que en la segunda semifinal hizo un trabajo muy serio con el fagot por taranta y bulerías. 

Que nadie piense que esto es una crítica al jurado, para nada, pero sin libertad de expresión y de opinión, no hay periodismo que se precie, sobre todo entre los que no nos dedicamos a las tertulias políticas…

No es que lo diga yo. He tenido una garganta profunda que me ha dicho que estas semifinales han sido las más extrañas de la historia. Y no digo más.

Se intuye que el jurado cuando anunció los finalistas sin competidores, ya tenía el trabajo hecho. Y se entiende, dadas las características de las semifinales. Con por lo menos, dos grandes aciertos: Rocío Cespillos Luna, Rocío Luna de Córdoba, Lámpara Minera y Yoel Vargas, Desplante masculino.

Todo lo demás opinable. Pero el jurado sabe lo que hace y porqué lo hace.

Los premios por palos de los diferentes grupos de cantes, fueron para la onubense Mari Ángeles Cruzado por farruca; el granaíno Sergio Gómez El Colorao por soleá; Antonio José Nieto Fernández natural de Córdoba,por taranta.

Y así terminó la 62 edición del Concurso Internacional del Cante de las Minas de La Unión.

Grandes expectativas para 2024. Los nuevos miembros de la Fundación Cante de las Minas han demostrado que quieren hacer cosas; aquí ya han hecho cosas muy bien hechas en un tiempo récord. Para ellos chapó.