En el día mundial de la Tierra, 22 de abril, Naciones Unidas reclama en su programa para el Medio Ambiente un compromiso que evite todo aquello que perturba la biodiversidad, la deforestación, el cambio de uso del suelo, la producción agrícola, la ganadería intensiva o el comercio ilegal de la vida silvestre, entre otras cuestiones.
Cada año, el mundo pierde diez millones de hectáreas de bosques; una extensión similar a Islandia. Actualmente, los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de las enfermedades porque la diversidad de las especies hace más difícil la propagación de patógenos; esto supone que alrededor de un millón de especies animales y plantas, se encuentran en peligro de extinción. La salud de nuestro planeta se ha visto afectada con una pandemia pero los ecosistemas, que son los que en definitiva sustentan las otras formas de vida de la Tierra, evitarían la pobreza, el cambio climático y una extinción masiva.
Por ello, El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, que se lanzará oficialmente el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), ayudará a prevenir, detener e invertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y en todos los océanos.
Actualmente se necesita un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Promover la armonía con la naturaleza y la tierra es el lema de este movimiento mundial para restaurar la madre Tierra, comenta António Guterres, secretario general de la ONU.
