Hemos perdido a Mari Carmen y sus muñecos, una artista del humor y la risa, tan necesarios en todos los tiempos y a cualquier edad. Tengo que reconocer que la vida me sigue enseñado con empeño, que el mundo es mejor cuando intervienen la risa, la risotada, la hilaridad, la comicidad, el ingenio… pues estos osados atrevimientos nos ayudan a vivir mejor, haciendo nuestras cargas más livianas.
Por eso las cómicas y los cómicos nunca mueren, siempre permanecen entre nosotros con su recuerdo alegre y jocoso, ese es el regalo que nos dejan.
Mari Carmen con sus cualidades humorísticas, ha pasado a formar parte del paseo humorístico de las estrellas que brillan para todos…