Andrea Blandín

La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) promueve que los trabajadores sanitarios refugiados y migrantes en países de América Latina ayuden a dar respuestas nacionales ante la COVID-19, dado que en la región miles de ellos ya están trabajando desde los sistemas sanitarios nacionales, pero otros muchos están preparados para colaborar y aportar a las comunidades que los acogen.

Los casos de la COVID-19 aumentan cada día, ejerciendo una presión cada vez mayor sobre unos sistemas sanitarios ya sobrecargados, señala la Acnur, que apoya estos esfuerzos, que van a permitir aprovechar las capacidades y recursos que pueden aportar los profesionales médicos refugiados.

Según ha informado un portavoz, la organización está poniendo en contacto a médicos refugiados cualificados y con experiencia, con hospitales y centros de salud que necesitan personal adicional para hacer frente a la situación sanitaria actual.

La crisis económica ha provocado un desplazamiento forzado sin precedentes, como el de Venezuela, y esto supone que ahora se está agravando la situación de muchas personas refugiadas y quienes las acogen. Acnur apuesta por que la inclusión de los refugiados forme parte de las respuestas, y apoya los esfuerzos.

Además, defiende que todas las personas deben ser totalmente incluidos en los sistemas sanitarios y en los planes de respuesta nacionales contra la COVID-19. Su inclusión permitirá proteger los derechos de los refugiados, la salud pública y detener la propagación del virus.

Refugiados por países

Algunos países de la región ya han puesto en marcha medidas especiales que autorizan la contratación de profesionales sanitarios extranjeros cualificados. Esto incluye a aquellos que todavía no tengan su licencia o cuyas certificaciones están en proceso de ser validadas por parte de las autoridades nacionales. Otros gobiernos están llevando a cabo procesos de homologación acelerados, para agilizar su incorporación a la respuesta sanitaria nacional.

Perú ha permitido la contratación de profesionales sanitarios certificados de cualquier nacionalidad.

Argentina y Chile han autorizado a profesionales sanitarios que todavía no han obtenido la convalidación de sus certificados por las autoridades nacionales competentes.

En Brasil, médicos cubanos han recibido un permiso excepcional para trabajar en la respuesta sanitaria en todo el país.

Cuba, donde varias personas refugiadas estudian medicina gracias a las becas del gobierno, ha permitido que los refugiados, a partir del tercer curso de sus estudios, también pueden sumarse a la ayuda de emergencia.

Por su parte, las autoridades federales de México están trabajando, junto con Acnur, para establecer un mecanismo acelerado que reconozca a los profesionales sanitarios refugiados y solicitantes de asilo con las cualificaciones y experiencia necesaria para incorporarse a la bolsa de contratación de emergencia del país.

El Ministerio de Sanidad de Colombia, junto con la asociación de profesionales sanitarios del país, están inmersos en diseñar una vía que permita incorporar a los profesionales sanitarios procedentes de Venezuela al sistema sanitario del gobierno.

Además, se están formando redes de profesionales sanitarios extranjeros en toda la región para que puedan ofrecer sus conocimientos y experiencia, y así ayudar a sus países de acogida.

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