La reanudación parcial de la ayuda humanitaria a Gaza anunciada por Benjamín Netanyahu ha detonado, entre el 20 y el 22 de mayo, una cascada de reacciones políticas y sociales: diecisiete Estados de la UE reclaman ya revisar sus vínculos con Israel, el Congreso español activa un embargo de armas y hasta el Partido Popular abandona su silencio para exigir el fin de los bombardeos.
El pulso internacional a la política de bloqueo
La decisión israelí —adoptada «por recomendación militar» según la oficina del primer ministro— permite la entrada de un «volumen básico de alimentos» durante una semana, mientras se crea un nuevo mecanismo de distribución controlado por empresas estadounidenses.
«Israel actuará para impedir que Hamás se apodere de la ayuda», justifica el comunicado oficial. Sin embargo, el ministro ultraderechista Itamar Ben Gvir tachó la medida de «grave error», según The Times of Israel
La escasez sigue siendo dramática. UNICEF contabiliza más de nueve mil menores tratados por desnutrición y advierte de «miles de casos adicionales» si el bloqueo no cesa. «Ya hay niños muriendo de hambre», alertó Tess Ingram, portavoz del organismo. La Media Luna Roja palestina advierte que su flota opera «a un tercio» por falta de combustible, informa The Guardian
La Unión Europea revisa su acuerdo con Israel
El 22 de mayo, la alta representante Kaja Kallas confirmó la apertura de un examen formal del Acuerdo de Asociación UE-Israel para verificar el respeto de los derechos humanos.
«Una enorme mayoría de Estados miembros lo exige», subrayó. Francia, España, Bélgica y los Países Bajos encabezan la petición de medidas «más rotundas», mientras Alemania e Italia frenan cualquier suspensión, informa El País
Fricciones internas y amenaza de sanciones
El exalto representante de la UE, Josep Borrell, recordó que cuando él planteó la revisión, en 2024, «había 28.000 muertos; ahora son más de 50.000».
Austria, tradicional aliada de Israel, se ha unido al bloque crítico: «La población civil no debe pagar el precio del terror de Hamás», declaró el canciller Christian Stocker.
El Reino Unido, ya fuera de la UE, ha congelado sus negociaciones comerciales.
Avances políticos en España: del Congreso a la sede de Génova
El Congreso de los Diputados admitió a trámite, el 20 de mayo, la proposición de ley de Sumar, Podemos y ERC que establece un embargo total de armas a países acusados de genocidio.
El PSOE votó a favor; PP y Vox en contra.
El texto incorpora la figura del embargo en la legislación sobre comercio de material de defensa.
El Partido Popular rompe su silencio
Un día después, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió a Netanyahu «cesar las actividades militares contra la población civil y facilitar la entrada de ayuda humanitaria», aunque mantuvo que «el principal enemigo del pueblo palestino es Hamás».
El portavoz del partido Borja Sémper llegó a calificar de «atrocidades» las acciones israelíes y consideró «razonable» la suspensión del acuerdo UE-Israel, marcando distancia con la línea dura interna de su formación política.
La Iglesia se suma a la presión
La Conferencia Episcopal Española emitió un comunicado exigiendo «sanciones y un embargo militar integral» a Israel.
«Silenciar estos crímenes es también una táctica encubridora», advirtió el arzobispo Luis Argüello.
La nota respalda el embargo aprobado en el Congreso y alinea a la jerarquía católica con las ONG humanitarias.
Opinión pública y movilización social
Las calles también se han pronunciado. Más de cincuenta mil personas marcharon en Madrid la semana pasada para denunciar el «genocidio» en Gaza, y manifestaciones similares se han reproducido en Barcelona, París o Bruselas.
Organizaciones sindicales, estudiantiles y medioambientales reclaman la suspensión de acuerdos comerciales y la ruptura de relaciones militares, informó World Socialist Web Site
En paralelo, el Tribunal Penal Internacional mantiene vivas las órdenes de detención contra Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Gallant por «hambrear a la población civil» y «ataques intencionados contra civiles», mientras una coalición jurídica internacional —Global 195— prepara demandas en los tribunales nacionales de diecisiete países europeos.
Tendencia hacia el aislamiento de Israel
Los últimos tres días confirman que la narrativa de «derecho a defenderse» pierde terreno frente a la acusación de crímenes de guerra. El viraje de gobiernos conservadores, la presión de las Iglesias y el temor empresarial a un boicot de consumo multiplican la sensación de aislamiento diplomático de Israel.
En Bruselas se valora ya la retirada de preferencias arancelarias; y en París, el reconocimiento del Estado palestino antes del verano.
La combinación de imágenes de hambruna, denuncias penales y giro político en capitales europeas está modificando el marco de impunidad que Israel había disfrutado durante años.
El corto plazo se juega ahora en dos tableros: que la ayuda entre sin trabas y que la revisión del acuerdo UE-Israel desemboque, por primera vez, en sanciones coherentes con el derecho internacional.
Si ambas piezas encajan, la presión sobre Tel Aviv podría convertirse en algo más que simbólico y abrir, al fin, una rendija para la justicia y la reconstrucción de Gaza.