El pasado lunes 27 de septiembre de 2021, las regiones polacas de Cracovia (sur), Rzeszow (sur) y Lublin (este) han decidido (como ya lo hizo la de Kielce (sur) la semana anterior), aceptar las sugerencias que les llegan desde la Unión Europea (UE) y dar marcha atrás a la declaración de «zonas sin ideología LGTB», una campaña que el ultraconservador y euroescéptico gobierno polaco de Mateusz Morawiecki, del partido Derecho y Justicia (Prawo i Sprawiedliwość, PIS), inició en 2019.  

A mediados del pasado mes de julio, la Comisión Europea puso en marcha un procedimiento de infracción contra Polonia por establecer «zonas sin ideología LGTB» en regiones, municipios y otras colectividades locales, por considerar que la medida discrimina a las personas que pertenecen a esos colectivos, y envió una carta al gobierno polaco pidiendo que la dejara sin efecto.

Al mismo tiempo, el ejecutivo europeo emprendió negociaciones con cinco regiones polacas que debían recibir fondos del programa de ayuda a la recuperación, para pedirles que revocaran las declaraciones, que ya habían hecho, de «zona sin ideología LGTB», y las reemplazaran por otras normas. 

Desde Bruselas se llamaba a respetar la dignidad y los derechos humanos, que son «valores fundamentales de la UE», y se aseguraba que la Comisión utilizaría todos los instrumentos posibles para defenderlos. Por su parte, la presidenta Ursula von der Leyen se había referido a esas regiones como «zonas sin humanidad que no tienen cabida» en la UE. 

De momento, la demanda de la Comisión ha obtenido una respuesta positiva en las tres regiones mencionadas. En la normativa adoptada ahora, los diputados de la región de Rzeszow subrayan su «oposición a todos los intentos de odio y discriminación sobre la base del sexo, edad, raza, origen étnico, religión, creencias y orientación sexual».  Además, las tres regiones han manifestado su compromiso con «la tolerancia, el cristianismo y el papel tradicional de la familia en la sociedad polaca».

En total, desde 2019, un centenar de colectividades locales, que representan más o menos un tercio del territorio polaco, han aprobado resoluciones «anti ideología LGTB» o cartas «de derechos de las familias». La mayoría están situadas en zonas tradicionalmente «muy católicas».

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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