El sábado 30 de noviembre 2024 hubo un nuevo acto con mucho público diverso en la librería de Herminio Gas, en Collado Mediano. Se presentaba Hambre de oso blanco, el primer poemario publicado de Nieves Iparaguirre.
La librería HG es un reducto de creatividad sorprendente y continua. Su alma, Herminio, es un tipo espléndido y un poco loco que le ha ido quitando espacio a la papelería y dándoselo al libro, tanto en el terreno de las novedades, siempre elegidas por él, y sobre todo a los libros usados y antiguos. Lo contrario de lo que el sentido común dicta en la actualidad.
En su interior se han hecho, a lo largo de toda su trayectoria, muchos talleres de diversa índole, fiestas espléndidas para celebrar el Día del Libro, y continuas presentaciones. Porque está siempre abierto a cualquier propuesta, amén de su propia iniciativa.
Actualmente se desarrolla un taller de Historia, bien interesante por la manera en que su conductor la cuenta y la logra hacer querible a los participantes. Amén de un par de grupos de lectura, y se está gestando una tertulia muy particular.
Además, Herminio también es editor. El mundo del libro, que vive tiempos muy feos y es casi un suicidio formar parte de él, le ha obligado a descender su producción, pero no ceja, de ahí que este título haya aparecido en su catálogo, con prólogo del poeta Alberto Cubero, quien también ha pasado por la librería haciendo talleres de poesía.
Probablemente lo más importante leyendo poesía sea sentir, mucho más que comprender, que puede llegar luego, si acaso. Lo primero, sentir la belleza de esa hilazón de palabras que nos dan sentido al escalofrío y al sentimiento.
Como dijo Cubero en la presentación, repitiendo el recuerdo que hace en el prólogo de los primeros versos del poemario de Iparaguirre, «Respirar es difícil/con el mar en el pecho». Para luego seguir asegurando que el texto «se vertebra en un intento de (re) establecer un puente entre naturaleza y sujeto, entre pálpito y lo que de él ha hecho el ser humano, entre vida y mundo».
«Escribir/ para perforar/ el pozo/ del dolor/ batir coágulos/ llegar al lodo/ escribir la palabra/ primigenio/ sembrar nenúfares». Esa puede ser la explicación de la autora. Que también nos trasmite en otro poema toda una filosofía: «El mundo es/ una ciénaga/ febril./ Sequía/ en el alma y /en la lengua./ Hay una mueca/ ancestral/ en su boca/ que prende/ el azul».
La sensación que se vivió el sábado en ese rincón serrano es que los presentes estaban compartiendo un momento mágico.
