
José Ignacio Moya[1]
La aprobación del Plan Nacional de Renovación del Parque Automovilístico, incluido en la Ley de Movilidad Sostenible, marca un punto de inflexión en la política de movilidad de nuestro país. Por primera vez, se reconoce por ley la necesidad de contar con una estrategia estable para rejuvenecer el parque de vehículos en España, algo que desde Faconauto veníamos reclamando desde hace años y muy especialmente, desde julio de 2023.
Es un avance muy relevante porque sitúa la renovación del parque como una política estructural de Estado, con efectos directos sobre la sostenibilidad, la seguridad vial y la competitividad del tejido productivo.
España cuenta hoy con uno de los parques más envejecidos de Europa: los turismos superan los catorce años de media y los vehículos industriales rondan los quince, con un treinta por ciento que supera las dos décadas de antigüedad. Esta situación tiene un triple impacto: medioambiental, porque aumenta las emisiones; económico, porque reduce la eficiencia del transporte y del consumo energético; y social, porque afecta a la seguridad en las carreteras.
El plan abre la puerta a corregir esa tendencia, pero su éxito dependerá de cómo se articule y, sobre todo, de la coordinación entre las administraciones. En Faconauto defendemos que esta estrategia debe ser estable, ambiciosa y dotada presupuestariamente, con un calendario plurianual y objetivos medibles.
Un trabajo conjunto entre administraciones
Para que el Plan Nacional funcione, es imprescindible establecer un clima de trabajo conjunto entre el Gobierno y las comunidades autónomas. Solo con una colaboración constante y coordinada podrá aprovecharse todo su potencial.
El Gobierno central debe liderar esta estrategia dotándola de una financiación suficiente y sostenida en el tiempo. Desde Faconauto ya propusimos en junio de este año una financiación de 680 millones de euros anuales para el periodo 2025-2027, que incentive la retirada de vehículos antiguos y su sustitución por modelos nuevos de cero y bajas emisiones de bajas emisiones. Es decir, una neutralidad tecnológica real, que prime a la electrificación, pero también reconociendo el papel de todas las soluciones —eléctricas, híbridas, de gas, combustibles renovables, vehículos términos de alta eficiencia- dentro de un periodo transitorio que permita adaptarse a la mayor parte de la ciudadanía posible.
Por su parte, las comunidades autónomas deben actuar como aliadas en la gestión, asegurando una tramitación ágil y homogénea de las ayudas. Es fundamental evitar la fragmentación territorial que ha lastrado planes anteriores y establecer mecanismos de coordinación entre administraciones para garantizar la coherencia y la eficacia.
Desde Faconauto, nos ponemos a disposición del Gobierno y de las comunidades autónomas para contribuir al diseño y la implementación de este plan, aportando la visión y la experiencia de los concesionarios oficiales como actores clave en la transición hacia una movilidad más sostenible.
El papel de los ayuntamientos y del sector
Los ayuntamientos también tienen un papel esencial, ya que serán los responsables de desplegar infraestructuras de recarga, aparcamiento y zonas de bajas emisiones que acompañen la renovación del parque. Su coordinación con las demás administraciones será determinante para que las políticas nacionales se traduzcan en resultados tangibles a nivel local.
Por parte del sector, los concesionarios oficiales, integrados en Faconauto, forman una red capilar presente en todo el territorio que puede actuar como socio estratégico en este proceso. Generan más de 163.000 empleos directos, aportan el 3,1 por ciento del PIB y son pieza fundamental para garantizar que la movilidad sostenible llegue a todos los rincones del país.
La puesta en marcha del Plan Nacional de Renovación del Parque Automovilístico supone una oportunidad histórica para modernizar el sector, reducir emisiones y reforzar la seguridad vial. Pero su éxito no dependerá solo de la norma, sino de la voluntad real de colaboración entre administraciones y empresas. La transformación del parque automovilístico no es únicamente una obligación medioambiental: es una palanca económica y social que puede ayudar a reactivar la industria, mejorar la competitividad y avanzar hacia una movilidad más justa y eficiente.
- José Ignacio Moya es director general de Faconauto



