Pinochet y Walter Rauff, vidas paralelas de dos responsables impunes de genocidio

En la Facultad de Derecho de la ciudad ucraniana de Leópolis se formaron dos importantes juristas del siglo veinte: Hersch Lauterpacht y Rafael Lemkin. El primero creó el concepto de crímenes contra la humanidad y el segundo el de genocidio, términos que se utilizaron por primera vez en el juicio de Nuremberg contra los responsables nazis del Holocausto.

En su obra «Calle Este-Oeste» el profesor de Derecho Internacional Philippe Sands cuenta los pasos que Lauterpacht y Lemkin recorrieron para que sus propuestas fuesen aceptadas por el jurado de los crímenes del nazismo y posteriormente por la Asamblea General de Naciones Unidas.

Ahora, Philippe Sands publica una exhaustiva investigación en la que relaciona los crímenes de la dictadura de Pinochet con uno de los refugiados del régimen nazi en Chile, Walther Rauff, responsable de miles de asesinatos en la Alemania nazi.

En «Calle Londres 38» (Anagrama) relata minuciosamente el proceso de Pinochet en Inglaterra desde su detención en 1998 hasta su regreso a Chile, en paralelo a las actividades de Rauff durante la dictadura.

Londres, 38 y un asesino nazi

Hasta el 11 de septiembre de 1973, el día en que Pinochet dio un golpe de Estado contra el Gobierno de Salvador Allende, el edificio número 38 de la calle Londres, de Santiago de Chile, era la sede del Partido Socialista. Los golpistas expropiaron el edificio y lo convirtieron en un centro de interrogatorios, torturas, desapariciones y asesinatos de la DINA, la temible policía de la dictadura.

Miles de personas fueron víctimas de Pinochet dentro y fuera del país, entre estos últimos el general Prats en Buenos Aires y Orlando Letelier en Washington.

Retirado de la política activa y pese a los consejos de sus abogados, Augusto Pinochet decidió viajar a Londres, confiado en su inmunidad como senador vitalicio, para someterse a una intervención quirúrgica y fue detenido allí en octubre de 1998 acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad.

Al haber también víctimas españolas, como el diplomático Carmelo Soria, el juez Baltasar Garzón envió una orden de detención y pidió la extradición de Pinochet a España para que fuese juzgado aquí.

En la novela «Nocturno de Chile» de Roberto Bolaño y «En la Patagonia», de Bruce Chatwin, hay un personaje que recrea la figura de Walter Rauff, gerente de una conservera chilena y refugiado en el país, quien había sido un alto mando de la Gestapo. Fue el inventor de los hornos de gas móviles, un prototipo de furgón preparado para gasear a unas cincuenta personas en cada operación, y en Chile diseñó los campos de concentración de la dictadura según el modelo de Auschwitz.

Se le considera responsable del asesinato de un cuarto de millón de personas. Antes de recalar en Chile Rauff se fugó de Nápoles, desde donde huyó a El Cairo, Siria y Líbano; y de allí a Ecuador. En Quito hizo amistad con un grupo de oficiales del ejército chileno destinados en ese país entre los que estaba un oficial de 41 años llamado Augusto Pinochet.

Las familias de ambos establecieron una estrecha relación social basada en su virulento anticomunismo y en una simpatía compartida por el régimen nazi.

En 1958 la familia de Rauff se trasladó a Chile con el respaldo y el apoyo de Pinochet. Allí fue empleado y más tarde gerente de una empresa pesquera que enlataba carne de centollas en latas de aluminio en la localidad de Porvenir, en Tierra de Fuego, mientras redactaba informes sobre la actividad comunista de la zona.

Bien relacionado con el ejército, los servicios secretos y la alta sociedad, Chile denegó en 1962 la extradición de Rauff a Alemania Federal cuando este país la solicitó. El fiscal general de Chile, que después fue ministro de Justicia con Pinochet, argumentó en contra de la extradición. En la redacción de aquel documento contó con la ayuda de su hijo, Miguel Schweitzer.

Cuando Pinochet fue detenido en Londres, el abogado que asumió su defensa era este Miguel Schweitzer, quien alegó la inmunidad del dictador chileno ante los tribunales ingleses para evitar su procesamiento. Sin embargo, la justicia británica sentenció que ni siquiera un Jefe de Estado podía ampararse en la inmunidad en casos de genocidio y crímenes contra la humanidad, por lo que Pinochet podría ser extraditado a España.

Después de una larga serie de vicisitudes legales, finalmente, el 2 de marzo de 2000 y por causas relacionadas con su estado de salud, Pinochet fue devuelto a Chile a condición de ser juzgado allí, lo que no se pudo llevar a cabo porque el procesamiento se aplazaba constantemente. Murió el 10 de diciembre de 2006.

En la zona donde tenía su sede la conservera, todo el mundo conocía el pasado nazi de Walther Rauff, que celebraba ruidosamente los cumpleaños de Hitler, y sabían también de sus colaboraciones con el régimen de Pinochet y con la DINA.

Rauff se sentía amparado por el régimen: «estoy protegido como un monumento cultural», escribió a su sobrino en una carta llena de expresiones antisemitas, racistas y anticomunistas. Tenía un despacho en la calle Londres 38 y colaboraba en los crímenes y desapariciones que se llevaban a cabo en la Colonia Dignidad y el campo de concentración de Isla Dawson, que Rauff había diseñado, y aportaba las camionetas frigorífico y las furgonetas de la empresa pesquera para trasladar cadáveres y detenidos.

Walther Rauff murió el 14 de mayo de 1984 sin haber sido condenado por sus crímenes y a su funeral acudieron ultraderechistas que hicieron el saludo nazi gritando ¡heil Hitler!; entre ellos el destacado neonazi Miguel Serrano, sobrino del poeta Vicente Huidobro. El de Walther Rauff fue otro caso de impunidad.

Pese a todo, fue gracias al reconocimiento de los delitos de genocidio y crímenes contra la humanidad que Pinochet pudo ser detenido en Londres y sirvió de ejemplo para casos posteriores.

El presidente de Croacia Franjo Tujman anuló un viaje a Alemania por temor a ser detenido por crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia.

Por el mismo motivo Kissinger suspendió un viaje a Brasil, George W. Bush canceló una visita a Suiza y Vladimir Putin decidió no viajar a Sudáfrica.

Este libro es, también, un homenaje a Hersch Lauterpacht y Rafael Lemkin.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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