Desde que el poderoso movimiento de protesta sindical y social contra Macron y su ley de pensiones se inició cuatro meses atrás, los medios informativos «dominantes» nos anuncian cada día el agotamiento inevitable de la protesta, y sobre este 6 de junio 2023 escucharán pues de nuevo la misma letanía.
La realidad en este país es muy diferente. Esta decimocuarta jornada nacional de movilización, apoyada todavía hoy según los sondeos de opinión por 57 por ciento de los franceses, muestra que aun siendo menor la movilización que el pasado 1 de mayo, la llama de la indignación sigue encendida. El apaciguamiento esperado por Macron en cien días, ha fracasado hasta la fecha y las movilizaciones persisten.
El conjunto de la intersindical y la oposición de izquierdas en el parlamento reclaman la abrogación de la ley de pensiones impuesta por Macron, sin voto parlamentario y con la represión policial y judicial como única respuesta a este masivo y mayoritario movimiento ciudadano.
Esta jornada nacional de huelga general y manifestaciones en 250 ciudades del país se convocó para apoyar la acción en la Asamblea Nacional lanzada por el grupo parlamentario independiente LIOT, con el apoyo de la NUPES, izquierda parlamentaria, que tendrá lugar el 8 de junio 2023 para reclamar la abrogación de la ley de pensiones.
Con sus maniobras antidemocráticas, la minoría macronista intenta impedir el voto que reclama la abrogación. En tal caso es probable que haya una nueva moción de censura contra el gobierno que busca impedir el normal funcionamiento de la institución parlamentaria.
En las manifestaciones de este martes 6 de junio en París, como en toda Francia, hay que destacar una vez más la desproporcionada utilización de la violencia policial y de los controles arbitrarios contra los manifestantes pacíficos. El servicio de orden sindical en la manifestación en Lyon ha sido agredido por la policía sin razón alguna. Las denuncias y pruebas en vídeo de violencia policial gratuita contra los manifestantes circulan ampliamente gracias a internet.
La LDH, Liga de Derechos Humanos, distribuye fascículos con las informaciones sobre el derecho de todo ciudadano en las manifestaciones, controles y detenciones arbitrarias.
La violencia policial se ha convertido con Macron en un modo de gobierno para reprimir toda opinión, cacerolada o expresión de protesta contra el monarca presidente. Esta situación completamente insólita muestra la deriva iliberal del régimen macronista, que ha decidido extrapolar el carácter autoritario de la Quinta república, prescindiendo de las instituciones democráticas a las que opone su «poder presidencial absoluto».
Pero mal que le pese a la dócil prensa macronista, la indignación y la protesta siguen vivas en el país, y seguirán expresándose en la calle y en las huelgas para obtener aumentos salariales, justicia fiscal, medidas ecológicas eficaces y abrogación de la ley de pensiones.
La lucha social y ecológica confluyen cada día de forma evidente en todo el país frente a un arrogante presidente de los multimillonarios y de las multinacionales, que ha dejado de ser presidente de todos los franceses, como se solía decir en la fórmula consagrada en esta república.