Tras las últimas elecciones al Parlamento Europeo, las especulaciones sobre el poder de las fracciones de extrema derecha se han intensificado. Matteo Dressler, en un artículo para el IPG Journal, detalla los peligros que estas divisiones representan para la democracia y el progreso en Europa.
Composición Anterior del Parlamento Europeo
En la legislatura anterior, el Parlamento Europeo estaba dominado por las fracciones de centroderecha y centroizquierda, con la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) y el Partido Popular Europeo (PPE) liderando las decisiones clave. La extrema derecha estaba relativamente fragmentada, con varios partidos pequeños sin una cohesión significativa.
Disputas por el Control de Fracciones
Desde las recientes elecciones, ha habido intentos de formar nuevas fracciones de extrema derecha. La AfD alemana intenta liderar una nueva fracción llamada «Die Souveränisten» tras su exclusión de la fracción Identidad y Democracia (ID). Esta fracción busca agrupar a partidos como Wasraschdane de Bulgaria, Se acabó la fiesta de España, Mi Hazánk Mozgalom de Hungría, y otros.
Formaciones de Extrema Derecha y Sus Alianzas
- AfD (Alemania): Expulsada de ID, busca formar «Die Souveränisten».
- Rassemblement National (Francia): Liderado por Marine Le Pen, sigue en ID.
- Wasraschdane (Bulgaria): En conversaciones con «Die Souveränisten».
- Fidesz (Hungría): Liderado por Viktor Orbán, formando una nueva fracción con líderes de otros países.
- Konfederacja (Polonia): Aún indecisa entre unirse a ID o «Die Souveränisten».
Nuevos Movimientos y Alianzas
Recientemente, Vox ha decidido unirse a la creación de ‘Patriotas por Europa’, una fracción impulsada por Viktor Orbán de Hungría, abandonando al grupo de Conservadores y Reformistas (ECR) liderado por Giorgia Meloni de Italia. Esta nueva alianza también incluye al Partido de la Libertad de Austria (FPO) y al populista checo Alianza de Ciudadanos Descontentos.
Evolución en el Corto Plazo
La fragmentación de la extrema derecha podría reducir su poder a corto plazo, aunque podrían unirse en votaciones específicas contra políticas progresistas. La amenaza de su influencia sigue presente, y las fuerzas democráticas y progresistas deben mantenerse alertas y unidas para contrarrestar estos movimientos. En el ámbito económico y social, el Partido Popular Europeo (PPE) podría intentar llegar a acuerdos con los sectores menos radicales de la extrema derecha para avanzar en ciertas legislaciones, buscando un equilibrio que permita progresos sin ceder a los extremos.
Este análisis se basa en un artículo de Matteo Dressler, asesor político en democracia y participación en la Fundación de Estudios Progresistas Europeos (FEPS), publicado en IPG Journal, digital de la Fundación Friedrich Ebert, que termina con un ¡construyamos juntos un presente y un futuro democrático y progresista! en vez de aceptar el «volvamos a un pasado glorioso» que preconiza la derecha nostálgica y reaccionaria, y que esconde «tendencias antipluralistas y autoritarias».