Pedro Peña Fernández, un artista del Renacimiento

Pedro Peña Fernández, guitarrista flamenco, del triángulo mágico del flamenco, de Lebrija tuvo que ser. De la tierra del primer gramático de Europa, Elio Antonio de Nebrija. Grandes humanistas los dos, a distancia de algunos siglos. Se diría que lo da la tierra.

Se ha ido de su ciclo físico de vida el miércoles 20 de diciembre 2023.

Pedro Peña Fernández, muy pocos pueden presumir de un árbol genealógico como el suyo, tanto por las ramas ascendentes como por las descendentes.

Primogénito de Bernardo Peña y de la cantaora de Utrera, María la Perrata; hermano del muy ilustre cantaor Juan Peña El Lebrijano y de Teresa Peña; miembro de la dinastía de los Pinini, sobrino de Perrate de Utrera, primo de artistas como Inés Peña, Pedro Bacán, Gaspar de Utrera, las inimitables Bernarda y Fernanda de Utrera, de Manuel de Angustias, del Turronero y de Bambino.

Y por la parte de Jerez, que no podía faltar, de los Cantarote, los Zambos, los Carrasco; y si seguimos con los Fernández y Soto, la saga es interminable.

Marido de Antonia Dorantes, de ilustre estirpe lebrijana, y padre de los Peña Dorantes, David, el gran pianista y compositor de renombre mundial; y también de José Bernardo, María José, Pedro María, guitarrista flamenco, Titi y Miriam; tío de Tomás de Perrate, otro humanista de la familia.

Larga e ilustre estirpe gitana, modelo de familias de artistas de cante y toque, que representan más de un siglo de historia del arte flamenco, desde el más racial al más vanguardista.

Cortesía de la Casa de Arte Flamenco Antonio Mairena. Homenaje a Pedro Peña, Agosto 2023. A la guitarra su hijo, Pedro María Peña

Pedro Peña Fernández iba para médico; pero una larga enfermedad del padre, tratante de ganado, lo impidió. Fue maestro de primaria, por su propio esfuerzo. A su hijo David Peña Dorantes, le dijo: «Si quieres ser músico, tienes que estudiar». Estudió, y tiene el honor de ser el primer compositor y pianista flamenco.

A más, a más, no puede darse mayor diversidad en la familia. Un hermano guardia civil, otro policía nacional. Algo que le hubiera encantado a García Lorca, por lo que tiene de romper el mito de la guardia civil y los gitanos. Y por inaugurar la historia de gitanos universitarios.

Ejemplo, ni de gitanos ni de payos. Ejemplo de ser humano, Pedro Peña Fernández. Excelente artista, mejor persona que artista.

Padre de una familia que ejercía de universidad flamenca, por número y por piña. Cualquier cosa era motivo de reunión y celebración familiar. Siendo tantos, siempre había cumpleaños, bautizos, bodas o simplemente por el gusto de reunirse, para cantar, tocar y bailar juntos. En esa familia, se mamaba el arte.

En Lebrija, a su barrio de Barejones, que ya no es lo que fue, su hijo David le dedicó una de las composiciones de su trabajo discográfico El tiempo por testigo. Me dijo David con ocasión de una larga y profunda entrevista que ocupa un lugar de honor en mi libro «FLAMENCOS, Conversaciones con artistas»: «En las reuniones familiares, cuando se cantaba, los niños sabíamos que no se podía jugar ni corretear». Ahí, en la familia, aprendían el respeto por el arte.

Supo alternar la enseñanza y la guitarra, pero fue más allá. Le preocupaba la enseñanza de los niños del campo, de los cortijos, que tantos problemas tenían para seguir una escolarización regular. Esto le llevó a crear una institución con un programa de escolarización para niños gitanos en la época de la transición democrática: El Secretariado de Estudios y Aplicaciones para la Comunidad Gitana, que fue un punto de inflexión en la implantación de políticas sociales en Andalucía y resto de España. Origen de generaciones de gitanos universitarios, hoy en día integrados en todas las profesiones.

Al cante Perrate de Utrera. A la guitarra Pedro Peña Fernández. Soleares de Alcalá

A su labor artística de excelente guitarrista de acompañamiento, añadió la de investigador del flamenco, ensayista y poeta de reconocido talento. Su ensayo Los Gitanos Flamencos, es un trabajo de investigación y análisis sobre la cultura flamenca traducido a varios idiomas. También tiene un poemario, Hijuelas, que escribió mano a mano con su amigo también poeta, Casto Márquez.

Y sobre todas las cosas, está el festival La Caracolá Lebrijana, del que fue cofundador hace más de cincuenta años con Vicente y Bernardo Peña; Benito Dorantes, Antonio Gómez El Piro, Ramón Aumesquet, Curro Martínez, Antonio Carrasco El Paula y Curro Sánchez. La Caracolá Lebrijana ha ido creciendo hasta convertirse en uno de los festivales flamencos de referencia.

Pedro Peña cante y toque; Pedro Bacán toque. Sevillanas del compadre.

Pedro Peña Fernandez, empezó de niño a estudiar la guitarra con un maestro lebrijano. Más tarde tuvo como maestros y referentes a Manuel Morao, Melchor de Marchena y Diego del Gastor. Así se entiende, el virtuosismo de su compás, su contratiempo y su complicidad en el diálogo con los cantaores que acompañó.

Creó su sello personal como guitarrista, grabó álbumes con La Niña de los Peines, Terremoto de Jerez, Tío Borrico, Tia Anica la Piriñaca, Manuel Soto Sordera y sobre todo con Antonio Mairena.

Premio Instituto de Cultura Gitana 2019

Un más que digno émulo de su paisano Elio Antonio de Nebrija, un auténtico artista del Renacimiento de los siglos veinte y veintiuno. Pedro Peña Fernández nos ha dejado a la joven edad de 84 años. En el cielo están de celebración.

Y por favor, atiendan a su deseo: «El día que yo me vaya no lloréis mi ausencia. Celebrad mi vida».

Eso está hecho, Maestro.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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