En un mundo marcado por la sobreestimulación, el asombro como motor de aprendizaje en las escuelas es fundamental. Lejos de métodos que priorizan la inmediatez y los resultados exactos, Catherine L´Ecuyer invita a los educadores a ofrecer entornos de calma y exploración con el objetivo de cultivar la curiosidad natural de los niños.

L’Ecuyer es una autora e investigadora sobre métodos que fomentan una conexión auténtica de los estudiantes con su entorno. En su obra «Educar en el asombro», sostiene que los escolares necesitan tiempo para explorar a su propio ritmo, enfatizando que el aprendizaje significativo ocurre cuando se nutre su curiosidad innata.

En contraposición con los modelos educativos tradicionales, donde la información se presenta en exceso y se prioriza la memorización, L´Ecuyer busca cultivar un aprendizaje lento y reflexivo. El conocimiento debe ser orientado al descubrimiento y a la reflexión profunda sobre el mundo que les rodea, en lugar de imponerlo de manera forzada.

El método aboga por respetar los tiempos y ritmos naturales de los menores, favoreciendo así una educación adaptada a sus necesidades psicológicas y emocionales. En su visión, el asombro no solo favorece el desarrollo de habilidades como la creatividad y el pensamiento crítico, sino que se convierte en un recurso frente a la sobreestimulación y el acceso constante a la tecnología relevante hoy en día. 

La OMS defiende el bienestar infantil y juvenil aportando que el uso intensivo de la tecnología puede afectar en la salud mental de los jóvenes. Por ello, recomiendan un uso equilibrado y reflexivo que mitigue sus riesgos. 

A su vez, el reciente Informe GEM 2023, sobre tecnología y educación elaborado por la UNESCO, explora estos debates sobre el uso apropiado de la tecnología en las escuelas. 

La importancia del entorno y la actitud docente

L´Ecuyer también plantea que el entorno educativo debe estar libre de sobreestimulación, especialmente la tecnología, para no interferir ni inhibir la capacidad de asombrarse. El exceso de estímulos dificulta el desarrollo de la paciencia y la atención prolongada, elementos clave para una experiencia educativa completa. 

Un espacio físico que permite la exploración y evita la sobrecarga de estímulos, contribuye a mantener la curiosidad natural de los niños. Para fomentar el asombro, sugiere entornos sencillos, naturales y poco estructurados, donde los niños puedan sentirse libres de participar

Los niños y niñas nacen con una curiosidad natural que debe preservarse y nutrirse a lo largo de su desarrollo. Aquí, el docente no es un mero guía sino creador de un entorno que invita al niño a preguntarse, experimentar y reflexionar.

Se prioriza el proceso sobre el resultado, permitiendo que los niños conecten con lo que estudian de manera orgánica. Estas características, distancian la innovadora pedagogía de los métodos tradicionales que, en muchos casos, se centran en resultados rápidos y cuantificables. 

El maestro ha de estar dispuesto a escuchar y observar en lugar de imponer, permitiendo que el infante se sienta seguro para hacer preguntas. Este enfoque se alinéa con estudios en metodologías basadas en el descubrimiento, que demuestran un mejor desarrollo de habilidades de razonamiento y resolución de problemas. 

Por ejemplo, el ABP o Aprendizaje Basado en Proyectos es una excelente pedagogía no directiva que invita al estudiante a ser protagonista de un aprendizaje autónomo. Los estudiantes se involucran en proyectos prácticos para resolver problemas reales mientras el docente actúa como facilitador, sin transmitir el contenido de manera directa.

La mayoría de enfoques de este estilo son más comunes en la educación infantil, donde se prioriza el aprendizaje a través del juego y la curiosidad, principios básicos de estas metodologías.

En Educación Primaria, la estructura curricular suele ser más rígida con evaluaciones estandarizadas, exigiendo ciertos niveles de conocimiento que limitan el tiempo para implementar aprendizajes basados en la observación y experimentación. No obstante, en los centros escolares donde se aplica el ABP, los resultados son positivos y la comprensión de los temas es más profunda.

Retos y conclusión

En la era digital, acostumbrados al bombardeo de estímulos que pueden desensibilizar sus capacidades, investigaciones en neuroeducación destacan que el aprendizaje más efectivo es cuando el niño se involucra  emocionalmente con el material, algo que sucede cuando se le permite descubrir de manera autónoma.

La pedagogía del asombro resuena en la actualidad porque plantea una alternativa necesaria a los métodos educativos clásicos. Con el fin de que el aprendizaje sea una experiencia gradual y reflexiva, este modelo logra que los estudiantes mantengan un interés genuino y construyan su aprendizaje de forma personal y duradera.

Aunque requiere un desafío contra los modelos centrados en los resultados, en tiempos donde la inmediatez y la tecnología dominan, educar en el asombro ofrece una oportunidad transformadora en el proceso formativo.

A través de su obra, Catherine L´Ecuyer llama a los docentes, padres, madres y tutores legales, para permitir que los infantes descubran el mundo a través del asombro. Para ella «el asombro es la puerta de entrada al conocimiento, y un niño que se asombra es un niño que se abre a la realidad». 

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