El título del documental «Patria y Vida. El poder de la música[1]», una inversión del lema «Patria o muerte» popularizado en la Cuba revolucionaria de los hermanos Castro (Fidel y Raúl), procede de una canción – «Patria y Vida»- que en plena pandemia mundial se convirtió en un himno de protesta que cuestionaba al gobierno comunista de Cuba y denunciaba la situación política y económica que atraviesa la isla.
La canción, ganadora de dos Grammy, y en especial el de canción del año 2021 -obra del dúo cubano Gente de Zona y los raperos Maykel Osorbo y El Funky-, una crítica al régimen castrista y a su lema, fue el grito rebelde que el 11 de junio de 2021 sacó a la calle a miles de cubanos en la isla, y tuvo después un eco en las manifestaciones de apoyo a la disidencia cubana que se celebraron en las más importantes capitales del mundo occidental.
Mientras sus autores, y muchos de los que aquel día alzaron su voz por encima de la de sus compañeros, cumplen condenas injustas en los penales cubanos –Maykel Osorbo se expresa desde la prisión de máxima seguridad de Pinar del Río-, protestan contra quienes hoy participan por activa o por pasiva de una dictadura que se empeña en seguir manteniendo vivo el castrismo difunto, han prohibido la canción en la isla y, en un gesto más ingenuo que otra cosa, han reaccionado encargando otra canción que defiende la pervivencia de la revolución cubana y sus valores.
Popularizada entre los jóvenes cubanos, «Patria y Vida» provocó una airada respuesta del gobierno de Miguel Díaz-Canel, heredero de los privilegiados que durante años se apropiaron del uso de Internet en la isla y ahora castigan a su pueblo penalizando la libertad de expresión, como si fuera posible ponerle puertas al campo.
Para Yotuel Romero, excantante del grupo cubano de rap Orishas, «lo más importante es que sacó al pueblo a las calles de Cuba después de 63 años sin manifestarse».
La canción «Patria y Vida’»está compuesta por dieciséis compases que narran el sufrimiento de los que están afuera porque no pueden regresar a su país por orden del régimen cubano, el intenso dolor de un exilio forzado; y otros dieciséis compases escritos por los raperos del barrio de San Isidro en La Habana, donde cuentan el abuso policial al que están sometidos con el fin de silenciarlos. «Son las dos caras de una misma moneda cruel», dicen los autores.
El documental tiene la intención de mostrar el proceso de creación del tema «Patria y Vida», así como narrar la historia de sus protagonistas y servir de documento histórico que recoge las etapas por las que transitaron ellos y el pueblo de Cuba mientras escuchaban la canción que, según los artistas, «desató un movimiento social en contra del gobierno cubano sin precedentes desde 1959».
Es evidente que estamos ante un documental de parte, lo que no lo invalida pero lo define. Y más porque el músico que lleva la voz cantante en el relato –el rapero Yotuel Romero, quien lleva otro de esos nombres maravillosos que los cubanos de la generación anterior inventaron para sus hijos- es el compañero de la directora, la compositora, cantante y actriz madrileña Beatriz Luengo, y padre de sus hijos.
Aparecen también en el documental los músicos Gloria Estefan, Maykel Osorbo, El Funky, Alexander Delgado, Randy Malcom y varios músicos exiliados en Miami.
«Yo empecé a filmar esto porque no podía creer todo lo que nos estaba pasando«, ha dicho Beatriz Luengo sobre el impacto de la canción lanzada en febrero de 2021, meses antes de la históricas manifestaciones del 11 de julio, que reclamaban más libertades y mejoras económicas en la nación caribeña. «Grabar el documental no fue sencillo. Hubo gente que arriesgó su vida».
La tarea recayó en el fotógrafo cubano Anyelo Troya. «Tuvo que empeñar muchas cosas (…) al final pudo conseguir una cámara». Las imágenes de Cuba que aparecen en el documental salieron clandestinamente de la isla en una tarjeta de memoria enviada a Nicaragua. Anyelo Troya fue detenido aquel 11 de julio de 2021 y condenado a un año de cárcel.
Según la realizadora, lo más desafiante del documental fue conseguir un audio de Maykel Osorbo, detenido en La Habana desde el 18 de mayo de 2021, y condenado a nueve años de cárcel. «Queríamos que estuviera su voz, que la gente pudiera escucharle». La grabación se llevó a cabo clandestinamente: «Está muy enfermo, y muy débil. Le han puesto una cámara dentro de la celda» para tenerle continuamente vigilado.
Para Luengo, la canción ha demostrado que «el arte no se puede silenciar. El arte tiene que seguir siendo una voz para los que no tienen voz».
Las marchas de julio de 2021 dejaron un muerto, decenas de heridos y más de 1800 detenidos, de los cuales 768 permanecen en prisión, según cifras de la agrupación cubana 11J, que opera fuera de la isla.
Cerca de quinientos manifestantes fueron condenados, algunos hasta a veinticinco años de cárcel acusados de subversión, según cifras oficiales.
- «Patria y Vida. El poder de la música» estará en los cines de Madrid a partir del viernes 18 de octubre de 2024.