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Pablo Picasso y Julio González, una colaboración fructífera

Las conmemoraciones del año Picasso arrancan en Madrid con una exposición del artista malagueño con el escultor catalán Julio González

Picasso murió en 1973. El próximo 8 de abril se cumplen cincuenta años. A partir de ahora y durante 2023 se celebrarán en todo el mundo actos conmemorativos y exposiciones para recordar la efeméride.

La Fundación Mapfre acaba de dar el primer paso en Madrid con la muestra «Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura», que recoge la colaboración entre ambos artistas durante el periodo 1928-1932.

Picasso y Julio González se conocieron en Barcelona durante los últimos años de la época modernista y continuaron su amistad durante tres décadas en el París de principios del siglo veinte.

Juntos abordaron el proyecto para llevar a cabo el monumento funerario dedicado al poeta Guillaume Apollinaire, un trabajo que marcó para la historia del arte el nacimiento de la escultura abstracta en hierro, proceso que obedecía al impulso de desmaterializar los volúmenes integrando espacios vacíos y creando efectos de luces y sombras.

Fue el equivalente escultórico al expresionismo abstracto y al informalismo en la pintura. La «Guitarra» de Picasso y «El arlequín» de González registran esta tendencia, que alcanza su perfección con «Deslumbramiento (Personaje de pie)» y «Gran maternidad».

Para el mausoleo de Apollinaire Picasso hizo «Mujer en el jardín», una escultura clave del siglo veinte que evoca la figura de la esfinge como elemento funerario, y «Figura», una jaula en forma de paralepípedo hecha con alambres. Ninguna de las dos fue aceptada por la comisión que encargó el trabajo a Picasso. Tampoco los tres ejemplares de «Cabeza», que hicieron juntos. Picasso pintó de blanco la esfinge de «Mujer en el jardín» y la conservó en su castillo de Boisgeloup.

Julio González había pasado de la orfebrería aprendida en el taller de su padre a trabajar con el hierro, con el que realizó obras inspiradas en la naturaleza vegetal. A la muerte de su padre se instaló en París con sus hermanos Joan, Pilar y Lola para formarse como pintor sin abandonar el trabajo de orfebre, del que vivía. Aprendió soldadura autógena trabajando como obrero en la Renault y aplicó esta técnica a las esculturas que hacía en su taller.

«El beso I», un tema ampliamente representado por Picasso y por otros artistas, es una escultura de González de 1930 que marca el comienzo de un camino independiente al margen de su colaboración con el malagueño, una obra escultórica compuesta de planos rectangulares superpuestos y óvalos geométricos lineales, que registra un alto grado de abstracción.

A partir de entonces González utilizó el realismo y el primitivismo para evolucionar hacia un estilo cuya obra más representativa es la «Pequeña Montserrat asustada», símbolo de la mujer catalana ante la barbarie de las guerras, como las mujeres del «Guernica» de Picasso, obras que representan la respuesta del arte ante la guerra, como también «El hombre del cordero» de Picasso y «El hombre cactus» de González.

Julio González murió repentinamente en 1942 durante la ocupación nazi de Francia, de ahí que los únicos artistas que acudieron a su entierro fueran Picasso y Luis Fernández. El malagueño dedicó a González una serie de naturalezas muertas y la «Cabeza de toro», la pintura que abre esta exposición junto a otra cabeza que hizo ensamblando el manillar y el sillín de una bicicleta.

Junto con las de Picasso y Julio González se exponen obras de artistas coetáneos que coinciden con las diferentes tendencias asumidas por ambos. Así, del movimiento miserabilista (el interés por la vida de los pobres y los marginados y la preocupación de artistas e intelectuales por los problemas sociales), se incluyen «Dos gitanas» de Isidre Nonell y «Los degenerados» de Carles Mani, junto a los tipos populares de prostitutas, celestinas y locos del Picasso azul («Desamparados», «Los miserables», «El loco», «La comida del pobre) y Julio González («Maternidad», «Niños al borde del mar»). También se encuentran obras de los cubistas Juan Gris, Henri Laurens y Albert Gleizes y de escultores como Gargallo y Giacometti.

Fue esta la última exposición preparada por el historiador de arte Tomás Llorens, quien falleció en junio de 2021.

TÍTULO. Julio González, Pablo Picasso y la desmaterialización de la escultura
LUGAR. Fundación Mapfre. Madrid
FECHAS. Hasta el 8 de enero de 2023

Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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