Tal es el temor de la familia de otra niña de Meco, Madrid, que piden omitir el nombre de todos los implicados. Acceden a contar su historia con la condición de que no puedan ser identificados. El único nombre real es el de la localidad donde sucede, el municipio madrileño de catorce mil habitantes, donde hace días una menor de dieciséis años recibió una brutal paliza que provocó su ingreso en la UCI en estado grave. Hoy aún se recupera de sus heridas en el Hospital Universitario de La Princesa. De momento, la paliza le ha dejado secuelas en la visión.
Tienen claro que entre el grupo de acosadores y agresores de María Cristina, la niña que se recupera de sus heridas tras haber recibido una brutal paliza el pasado cinco de julio de 2020, están los que agredieron a su hija hace tan solo dos semanas. Y son los mismos que llevan actuando en Meco de esta manera desde hace tiempo. La historia de atosigamiento a esta familia, además del último episodio reciente, viene de largo, se remonta a cuando una de sus hijas tenía menos de diez años.
Agresión también a adultos
Uno de los progenitores de esta niña también fue atacado por defender a su hija. Asegura que las presuntas autoras fueron varias madres de niños y niñas de la localidad, que la policía judicial de la Guardia Civil investiga como presuntos agresores de la última víctima, la menor María Cristina. La madre de ésta, Daniela Sabina, denunciaba en Aquí Madrid el pasado 15 de julio, que un grupo de entre quince y veinte menores atacaron, golpearon y pasaron por encima con una bicicleta a su hija en un parque de la localidad. Aún permanece ingresada.
«Yo tengo a mi hija casi encerrada en casa desde hace años por culpa de estos menores y algunos de sus padres». Es el testimonio de Marta (nombre ficticio).
Los investigadores no encontrarán esta historia entre las denuncias interpuestas, hasta ahora. «No sirve de nada, llevamos así mucho tiempo y no se han tomado medidas, porque cuando nos hemos quejado, nos aseguran que son chiquilladas», cuentan los implicados a Aquí Madrid.
Además, la amenaza a la familia fué directa: «Si denuncias te vendrán a buscar y te darán una paliza de muerte».
Entonces decidieron aguantar y solucionar el problema «de otra manera». Hoy deciden contar su odisea porque lo que ha pasado con María Cristina es consecuencia de que «nadie haya podido parar esto antes».
«Las chiquilladas» se les han ido de las manos a los servicios sociales del municipio y también a la Unidad del Menor de la Policía Local. Su jefe Miguel Ángel Moya, mostraba hace pocos días a este periódico su sorpresa por lo sucedido, a pesar de asegurar que conocen muy bien a todos los menores del municipio por «haber trabajado con ellos desde hace mucho tiempo».
Moya confirma hoy, en conversación con Aquí Madrid, que efectivamente han trabajado con estos menores «hasta donde nos permite la legislación vigente», algo que no es sencillo por su edad. Si la situación se ha ido de las manos afecta a todo el sistema y no solo a la Unidad del Menor de la Policía Local de Meco, asegura.
Miedo a salir
Más de una vez, Marta y su familia han pensado en marcharse del municipio debido a la situación, pero no lo han hecho. Por múltiples razones, pero además porque el acoso, las amenazas y las agresiones cesaron hace unos años debido a una advertencia «con pruebas» que hizo esta familia hacía sus agresores.
Aún así, su hija no puede salir sola a la calle. Siempre va acompañada de sus hermanos, amigos, familiares y también hay conocidos que velan por ella para que las agresiones no se vuelvan a repetir. Hasta hace dos semanas que, en un descuido, fue atacada por la espalda, justo varios días después de la brutal paliza que recibió María Cristina. La pesadilla regresa.
El padre anima a pelear
Nos relata que vigilan su casa, tanto menores como adultos, para recordarle su promesa. Ella dice que lo único que quiere es vivir tranquila. Cuenta que se le pusieron los pelos de punta cuando vio un vídeo en el que el padre de una de las niñas que acosan a su familia, «anima y alienta a su hija para que se peleé con otros niños».
Algunos de los padres son más problemáticos que los propios niños, según varios testimonios recogidos por Aquí Madrid en el municipio. No es de extrañar el comportamiento de los menores viendo cómo actúan sus progenitores, aseguran.
Protegida por la policía
Rosa, otra vecina, también confirma que su hija tuvo que ser protegida porque no podía ir ni al instituto. Pero tuvo que acudir a un centro de apoyo en Alcalá de Henares, ciudad cercana a Meco, a la policía de Alcalá de Henares y a una asociación, también de Alcalá. Allí sí consiguió que su hija tuviera policía exclusivamente para protegerla. Pero en Meco no podía salir, asegura esta mujer que describe la situación que vivió como «una tortura». Ella si lo denunció todo y lo tiene «documentado». Tristemente, reflexiona, «es hora de pedir justicia para esta niña y para el resto de víctimas ya que veo que hay más. Esto no se puede permitir».
Detenciones inminentes
Los trabajos de investigación por parte de la policía judicial de la Guardia Civil están a punto de dar sus frutos. Tras un trabajo minucioso, de comprobar los vídeos grabados, de leer la confesión de una menor (que reproducimos) y de escuchar multiples testimonios de testigos e implicados en la paliza a María Cristina, se esperan detenciones a lo largo del día de hoy o mañana. La menor que reconoce la agresión, en una conversación en una red social junto a otros cuatro menores, asegura que va a ir a un reformatorio y que «el lunes (por hoy) vienen a por mi los guardias».