El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó nuevamente la «continua y generalizada» de vidas en la palestina Franja de Gaza, incluidos los ataques israelíes contra un bloque residencial en Beit Lahiya que dos días antes mataron a decenas de personas, informa la IPS desde Naciones Unidas.

Su portavoz adjunto, Farhan Haq, declaró a la prensa que Guterres «sigue profundamente alarmado por el rápido deterioro de la situación de los civiles en el norte de Gaza, incluido el desplazamiento masivo y la falta de elementos esenciales para la supervivencia».

«Los recientes ataques que han golpeado hospitales en el norte de Gaza están exacerbando una crisis humanitaria ya grave y poniendo en grave riesgo la vida de decenas de miles de personas», dijo Haq, y agregó que los combatientes deben proteger a los pacientes y al personal médico.

De ese modo, «las violaciones del derecho internacional humanitario que estamos presenciando en Gaza por todas las partes en este conflicto son inaceptables. Es esencial que se rindan cuentas por los crímenes internacionales cometidos por cualquiera de las partes», agregó Haq.

Recordó además que el secretario general reitera sus llamadas a un alto el fuego inmediato, la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, y el acceso sin obstáculos a los equipos humanitarios y de rescate para que puedan continuar su labor de salvar vidas.

Hace un año se desató una ofensiva militar a gran escala de Israel sobre la Franja de Gaza, de 365 kilómetros cuadrados y 2,3 millones de habitantes, después de que la milicia islamista palestina Hamas atacó el sur israelí, causó la muerte de unas 1200 personas, dejó numerosos heridos y tomó 250 rehenes.

La campaña israelí en Gaza ha dejado hasta la fecha más de 42.000 muertos, más de cien mil heridos, varios miles de desaparecidos, y destruido la mayoría de las viviendas y las instalaciones de servicios, sumiendo a la población gazatí en un estado de desplazamiento constante y una crisis humanitaria cada vez más aguda.

La oficina del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos (Acnudh) también manifestó alarma por las operaciones militares de Israel en el norte de Gaza, donde «la vida se ha vuelto imposible\» para los civiles atrapados en medio de órdenes de trasladarse y un acceso severamente limitado a suministros esenciales.

En la zona, donde hay unos cuatrocientos mil palestinos en distintas poblaciones, la terrible situación ha dejado a muchos al borde de la inanición, según Acnudh.

«Si bien el ejército israelí ha exigido que todos los civiles abandonen el norte de Gaza, ha seguido bombardeando y atacando sin descanso la zona, especialmente en el campamento de Jabalya y sus alrededores. Estos ataques han hecho que huir sea extremadamente peligroso para los civiles», indicó la entidad de derechos humanos.

Las fuerzas israelíes han destruido casas y escuelas que servían de refugio, dejando a muchos civiles prácticamente a la intemperie a medida que se acerca el invierno.

También informó Acnudh de que entre los palestinos existe el temor de que si se van, esto podría significar que nunca se les permitirá regresar a sus hogares.

Al respecto, el diario israelí Haaretz dio cuenta de que en una reunión cerca de la frontera entre Israel y Gaza, con cientos de partidarios de reasentamientos en la Franja, el ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, se manifestó en favor erradicar en el área a la población palestina.

Israel «fomentará el traslado voluntario de todos los ciudadanos de Gaza. Les ofreceremos la oportunidad de trasladarse a otros países, porque la tierra nos pertenece», dijo el ministro de acuerdo con la versión recogida por la prensa.

Mientras, Philippe Lazarini, director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (Unrwa), hizo hincapié esta vez en que los hospitales en Gaza luchan con una escasez crítica de combustible y suministros médicos, más bloqueos y ataques a los equipos de rescate.

«Los hospitales han sido atacados y se han quedado sin electricidad, mientras que los heridos se quedan sin atención», dijo Lazzarini. «Negar y utilizar como arma la asistencia humanitaria para lograr fines militares es una muestra de lo baja que está la brújula moral. Nadie debería mendigar para ayudar o para recibir ayuda», añadió.

Finalmente, el coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz de Oriente Medio, Tor Wennesland, insistió en que «se están produciendo escenas horrorosas en el norte de la Franja en medio del conflicto, (por) los incesantes ataques israelíes y una crisis humanitaria que empeora cada vez más».

«La pesadilla se está intensificando. El camino que tenemos por delante exigirá coraje, voluntad política y un diálogo renovado. Se lo debemos a las familias que sufren en Gaza y en Israel. La guerra debe terminar ahora», concluyó Wennesland.

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