El Teatro Central de Sevilla, en Isla Cartuja, está dedicado a vanguardias teatrales, españolas y del resto del mundo durante todo el año. En Bienal, todo el que viene al Central sabe a lo que viene, o debería saberlo. Digo esto, porque a la salida siempre se escuchan comentarios variopintos. ¡Que estamos en el Central! suelo decir.

En estos días que he estado en Sevilla, he visto en el Central el espectáculo: Après vous, Madame, lo último de Paula Comitre, quien crece artísticamente a pasos agigantados. Es buena y es valiente.

Paula Comitre fue finalista en el Concurso del Cante de las Minas 2019. Estuvo en el Ballet Flamenco de Andalucía dirigido por Rafaela Carrasco. Tras hacer tablas con varios artistas sobresalientes, funda compañía propia en 2020 y gana el premio Revelación en el Festival de Jerez con Cámara abierta. Ese mismo año gana el Giraldillo Revelación de la Bienal sevillana. En 2022 estrena en el Teatro Nacional de Chaîllot de París. Après vous, Madame es el resultado de una beca en París, y de la investigación en la Cité des Arts sobre Antonia Mercé, La Argentina.

Lo más vanguardista de la pieza es el vestuario de Comitre, un diseño creado por María Alcaide, confeccionado por Pilar Cordero, con maquinaria textil de Pablo Pujol. El diseño, en rojo pasión, una bata de cola y un tapiz inflables, comparten protagonismo y baile con Paula.

Algo tan original que presumo único en la historia del teatro, un diseño audaz y absolutamente vivo, inspirados en dibujos de Bacarissas, que actúa como alter ego de La Argentina, su homenaje sugerido en el título del espectáculo. Après vous, Madame. Creo que este espectáculo es la consagración definitiva de Comitre.

¡¡Ooooole!! por la música e interpretación al piano de Orlando Bass, quien ha sabido volver la mirada hacia músicas españolas contemporáneas de La Argentina, Falla, Albéniz, Granados, Nin, etc.

Todas las piezas del repertorio de la obra constituyen un seguimiento de la trayectoria de la gran Antonia Mercé, puestas en clave de la vanguardia flamenca más audaz de este primer cuarto del siglo veintiuno. En mi modesta opinión, un hito de esta Bienal 2024.

Mercé fue en París la reina de las castañuelas, Ahí comienza el espectáculo, La reine des castagnettes. Aquí las castañuelas son percusiones pianísticas. Y una primera puesta en contacto con ese vestuario que crece al tamaño artístico de la gran Antonia. Comitre asombra con el dominio absoluto de un traje tan difícil de mover, y hacer bailar junto a ella, con la mayor naturalidad y arte.

Luego, siempre impersonando a Antonia Mercé, nos habla de su relación con Falla, a través de la Serenata andaluza con danza contemporánea. La Danza ibérica de J. Nin, a ritmo de castañuelas a cargo de Bass.

Como artista española afincada en París, tenían que estar presentes el music hall y las chuflas flamencas. Y en el teatro los Ballets Espagnols a través de sonatina, imaginario de Danza Gitana de Ernesto Halffter.

Y como representación final, Madame Argentina, en la que esa especie de cola externa, como tapiz en pared que se transforma, cobra vida y se une a todo lo inflable en un todo majestuoso.

Este espectáculo fue coproducido por el Teatro Nacional de Chaillot de París.

Teresa Fernández Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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