«Niégalo siempre» («N’avoue jamais»), la nueva comedia del director, guionista y productor francés Ivan Calbérac («El señor Henri comparte piso», «Venecia no está en Italia», «Cata de vinos») es una historia clásica de «vodevil» que expone, sonriendo, la tragedia de una infidelidad aunque, eso sí, cometida tantos años atrás, que realmente no merece la pena tomársela en serio.
Protagonizada por André Dussollier («Un corazón en invierno», «Tanguy») y Sabine Azéma («Le bonheur est dans le pté», «Tanguy»), dos pesos pesados de la comedia francesa, dos rostros sobradamente familiares para el espectador español, con varias décadas de trabajo a sus espaldas y varios Premios César, y a los que hemos visto trabajar juntos en comedias como «On connait la chanson», «Asuntos privados en lugares públicos» o «Las malas hierbas».
El actor Thierry Lhermitte («La cena de los idiotas») es el tercero en cuestión de esta entretenida historia veraniega, inspirada en hechos reales que ocuparon titulares en los periódicos franceses, rodada en varias localizaciones de la Costa Azul, en la que el amor y los celos son el hilo conductor. Completan el reparto Sébastien Chassagne («Une belle histoire», «Yannick»), Joséphine de Meaux («Nuestros días feices», «El clan») y Gaël Giraudeau («Señor y señora Adelman»).
Después de cincuenta años de matrimonio, François, un general retirado, sigue perdidamente enamorado de su mujer Annie, quien ha dedicado su vida a cuidar de la casa y de los hijos.
Pero cuando un día Françoise descubre que ella le engañó hace cuarenta años con otro hombre, le hierve la sangre. Para limpiar su honor, François cree que sólo hay una solución: divorciarse y encontrar a Boris, el examante de Annie, y romperle la cara. Pero a los 73 años, ni una cosa ni otra son tan sencillas.
«Niégalo siempre[1]» nos cuenta que un hombre puede seguir enamorado de su mujer cincuenta años después (y, seguramente, también puede darse el caso contrario, aunque eso sería el argumento de otra película), y que el descubrimiento de unas cartas que llevan décadas almacenando polvo son capaces de remover sentimientos y de provocar unos celos que, a esas alturas, carecen de sentido.
Pero como lo que tenemos enfrente es un exmilitar, católico y tradicionalista, su reacción no va a sorprendernos. Aunque una cosa es no poder evitar sentir celos «atrasados», o más bien «orgullo herido», y otra muy distinta ponerse en ridículo desafiando al antiguo amante con una pala de jardinero a modo de arma.
«Niégalo siempre» es una película ligera que se toma con humor el espinoso asunto del triángulo amoroso, aunque visto con la distancia de toda una vida, y los celos.
Y, que de paso, y desde el punto de vista del militar reaccionario que en su vida no ha hecho otra cosa que «lo convencional», roza otros temas de rabiosa actualidad como el lesbianismo y el amor libre.
- «Niégalo siempre» se estrena en las salas de Madrid el viernes 9 de agosto de 2024.