El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA en inglés) ha lanzado el mayor llamamiento humanitario en su medio siglo de historia, para llevar ayuda a 54 millones de mujeres, niñas y jóvenes en 68 países a lo largo de 2021.
El UNFPA quiere reunir 818 millones de dólares fundamentalmente para servicios de salud sexual y reproductiva, así como de protección ante la violencia de género y apoyo a las víctimas, los que se han interrumpido al concentrarse los sistemas de salud en la atención a la pandemia de la COVID-19, informa IPS.
Cinco países concitan especial preocupación para el Fondo: Venezuela, en América Latina, a donde prevé dirigir 27 millones de dólares; Siria (81 millones) y Yemen (100), en Asia, y la República Democrática del Congo (67) y Sudán (40 millones de dólares) en África subsahariana.
También el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) lanzó la semana pasada la mayor petición de financiamiento de su historia, por 6400 millones de dólares, para llevar ayuda a 300 millones de personas, entre ellos 190 millones de niños, niñas y adolescentes.
Coincidentemente, Unicef colocó a Venezuela, Siria, Yemen, Sudán y la República Democrática del Congo entre los países más necesitados de sus programas, así como Afganistán, Burkina Faso, Libia y Ucrania.
El UNFPA se nutre de contribuciones voluntarias de los Estados, organismos multilaterales, empresas privadas y fundaciones, y cuatro quintas partes de los aproximadamente 500 millones de dólares que destinó en asistencias en 2019 los empleó en servicios de salud sexual y reproductiva.
En su llamamiento, este 7 de diciembre de 2020, recordó que los derechos y necesidades de las mujeres, niñas y adolescentes suelen dejarse de lado, en situaciones de emergencia como la actual crisis sanitaria, lo que se traduce en una escalada de problemas como la violencia doméstica y otros abusos, así como los matrimonios infantiles.
Todas las mujeres y niñas tienen derecho a la paz en el hogar, ya sea que vivan en una casa o en una tienda de campaña en un campo de refugiados, ya sea una zona de guerra o afectada por un desastre natural, tienen derecho a una buena salud, bienestar y vivir con dignidad, dijo Natalia Kanem, directora del UNFPA.
Los recursos que se inviertan en las mujeres y niñas y en su liderazgo pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte en una crisis y, más aún, mejorar las perspectivas de paz, prosperidad y desarrollo sostenible, agregó Kanem.
Junto con solicitar fondos a los donantes, el UNFPA también instó a aumentar la inversión en las organizaciones locales de mujeres y jóvenes que trabajan en la primera línea para responder a la emergencia derivada del coronavirus.
Asimismo, el Fondo justificó su atención en cinco países, y en el caso de Venezuela sostuvo que las medidas para frenar la propagación de la covid han interrumpido el acceso a los servicios básicos y hecho que decenas de miles de personas que habían migrado regresen al país y algunos luego vuelvan a migrar.
El UNFPA prevé apoyar los servicios de salud sexual y reproductiva y de prevención del riesgo de violencia de género no sólo entre niñas y mujeres en Venezuela sino también en las comunidades de acogida en países vecinos.
En Yemen, como consecuencia de la guerra civil que allí se libra, más desastres, plagas y la presencia de la covid, 80 por ciento de sus veintinueve millones de habitantes incluidas más de un millón de mujeres embarazadas, muchas de ellas gravemente desnutridas, necesitan alguna forma de asistencia urgente.
En Siria, tras una década de conflicto, más de once millones de personas necesitan asistencia y 5,7 millones se han refugiado en los países vecinos, resultando las mujeres y niñas un segmento especialmente vulnerable.
En Sudán, de los 12,7 millones de personas que precisan asistencia, entre ellos refugiados de conflictos en países vecinos como Etiopía y Sudán del Sur, casi trescientas mil son mujeres embarazadas y apenas un tercio de los centros de salud cuenta con servicios de obstetricia.
Y en la República Democrática del Congo, asolada por conflictos armados, especialmente en el oriente del país, la agencia de la ONU promueve la coexistencia pacífica entre comunidades, con énfasis en las mujeres y jóvenes.