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Mucho más que vino

Un paseo por la riqueza de los viñedos españoles

«Sé templado en el beber», reflexiva frase de don Quijote que nos lleva a que este reportaje, en torno al vino, contribuya a dar a conocer parte de la amplia y milenaria cultura que le rodea. En solitario o en compañía, en el amor, en el desamor…, el vino está tan presente en la vida social que hasta la Iglesia Católica lo tiene en la celebración de la misa como elemento indispensable.

El vino, de Hipócrates a Cervantes

Hace dos mil quinientos años, cuando Hipócrates enseñaba medicina y atendía a sus pacientes a la sombra de un árbol, lugar que aún visitan los turistas en la isla griega de Kos, ya les hablaba del vino. Sus beneficios han llegado a los más altos niveles de estudio.

En la Universidad de Copenhague, el catedrático Morten Gronbaek exponía los resultados de un amplio estudio elaborado entre 13 285 personas, de ambos sexos y edades comprendidas entre los treinta y setenta años; contrariamente a los efectos de alcoholes destilados y cerveza, el vino «reducía la mortalidad cardiovascular en un 56 por ciento, por el poder antioxidante de los polifenoles». Obviamente, todo en su justa medida.

El culto al vino es tal, que desde siglos atrás ya se alojaba en monasterios como el de Irache en Navarra, San Miguel de Xagoaza en Galicia, los de Piedra y Veruela en Aragón…, al igual que en grandes palacios con historia de siglos entre sus muros: Bodegas Amézola en La Rioja, Perelada y Torres en Cataluña, Palacio de Canedo en el Bierzo… son ya, desde el exterior, espectaculares sedes del vino.

Bodega La Concha
Bodega La Concha

Bodegas como catedrales

«Como si se tratara de catedrales», así las describió el escritor británico Richard Ford en 1830. A finales del siglo dieciocho las bodegas del Marco de Jerez inician una revolución en su arquitectura construyendo edificios de grandes proporciones con materiales nobles donde los vinos envejecieran en silencio.

La vanguardia de la época en el siglo diecinueve, arrastró hasta Jerez al célebre ingeniero francés Gustav Eiffel, que puso su mano magistral en la cúpula de la Real Bodega de La Concha, denominada así por su diseño en forma de concha marina de hierro y cristal. Es una de las cinco bodegas a destacar del conjunto de González Byass; la otra es la Gran Bodega Tío Pepe coronada por la veleta más grande del mundo por lo que figura en el libro Guinness.

La Tío Pepe, que ostenta el reconocimiento de Patrimonio Histórico Andaluz, ocupa 21.000 metros cuadrados en tres plantas, cubierta de cuatro cúpulas de doce metros de altura y 42 metros de diámetro, semejante, en tamaño de su circunferencia, a la cúpula del Vaticano.

Bodega La Arboledilla de Barbadillo

La referencia «Para el mejor vino, la mejor casa» consta a la entrada de La Arboledilla, majestuosa bodega de Barbadillo en el Barrio Alto de Sanlúcar de Barrameda, la catedral de la manzanilla. Es la bodega más alta del Marco de Jerez y una de las más altas del mundo, construida en 1821, curiosamente por un simple maestro de obras ante la negativa de los arquitectos a responsabilizarse de un proyecto tan arriesgado.

Con el progreso, los bodegueros apostaron al más alto nivel por la tecnología más avanzada y, junto a las catedrales del vino, entre la tradición y la vanguardia, como salidas de las entrañas de los viñedos emerge la excelencia de Frank Gehry, Rafael Moneo, Norman Foster, Santiago Calatrava…, todos ellos merecen un capítulo aparte.

El vino y la cultura

Jerez es universalmente conocida por sus vinos que, indefectiblemente, van unidos a toda una cultura y forma de vida en torno al vino, elogiado desde Shakespeare a Rafael Alberti.

Pegadas a la ciudad, las bodegas adquieren auténtica carta de naturaleza. Cada una con sus características, acogen diferentes eventos culturales, en su mayoría exposiciones de pintura.

El museo instalado en Bodegas Tradición cuenta con más de trescientas obras de pintura española de los siglos dieciséis a diecinueve, obras tan relevantes como «El Almuerzo» de Velázquez junto a obras de Goya, Zurbarán, Valdés Leal, Lucas Villamil, Madrazo…, todas ellas al abrigo de la muralla árabe que abraza a la ciudad en pleno casco histórico donde se ubica la bodega que las acoge. Su magnolio centenario fue lugar de encuentro de los literatos Washington Irving, Cecilia Böhl de Faber y Ruiz de Larrea (‘Fernán Caballero’).

Aragón

Entre los muros del Monasterio de Veruela, inspiración de Bécquer, Cartas desde mi celda,, emergen los vinos Campo de Borja con el poderoso Moncayo de testigo. En Cariñena, la tradición vinícola se remonta al siglo trecero antes de Cristo, cuando sus habitantes bebían el vino mezclado con miel. En su Ora Marítima, el poeta del siglo cuarto Rufo Festo Avieno recoge la presencia ancestral del viñedo en el Somontano, a pie de monte, unos quinientos años antes de Cristo. Como contrapunto, Enate, bodega de vanguardia, lleva el vino español a los más altos niveles del arte, añadiendo a su reconocida calidad firmas de indudable prestigio en sus etiquetas: Saura, Chillida, Tàpies… Cada botella de Enate es una obra de arte contemporáneo.

Museo del vino Dinastía Vivanco

La Rioja

La cultura del vino en la Rioja da un paso de gigante de la mano de Bodegas Dinastía Vivanco, que ha levantado en Briones un museo reconocido por la Organización Mundial de Turismo (OMT) como «Mejor Museo de Vino del Mundo» en el que se exponen objetos de lo más variado, partiendo de la trascendencia cultural de la vitivinicultura desde sus comienzos, hace más de diez mil años, cuando el vino surgió como un alimento.

Tiene una superficie de cuatro mil metros cuadrados que integra cinco salas de exposición permanente, una sala de exposiciones temporales y una biblioteca especializada. En el exterior, el Jardín de Baco tiene una colección de vides con más de doscientas variedades de todo el mundo.

Diseñado por el arquitecto riojano Jesús Marino Pascual, el Museo Dinastía está abierto al público en exposición permanente, con mención especial a su espacio El Vino y el Arte, por las obras de arte de inmenso valor con las firmas más relevantes de la historia del arte: Picasso, Gris, Barceló, Miró, Sorolla, Tàpies, Genovés…, entre otros. Referente inequívoco del acercamiento del vino a la cultura y su relevancia a través de la historia. Como hay opiniones para todos los gustos, según Ernest Hemingway, «El vino es la cosa más civilizada del mundo».

Condado de Huelva y Málaga

En el sureste de la provincia de Huelva, entre los ríos Guadiamar y la ría del Tinto, se extienden las tierras de la Denominación de Origen Condado de Huelva. La primera partida documentada de exportación de estos vinos hacia las Indias data del año 1502.

De Málaga, dice la historia que el primer testimonio sobre la elaboración de sus vinos data desde el imperio romano. El Málaga, es un vino ligado históricamente a las artes.

En 1817, Rossini, en la décima escena de su ópera La Cenerentolla, invita a beber vino de Málaga. Otros, como Cervantes, Pío Baroja, García Lorca, Graham Greene…, elogian, por conocimiento directo, el vino de Málaga en sus escritos, encontrando razones como para elevarlo a la categoría de arte y cultura.

Castilla la Mancha

España tiene en el sector vitivinícola de Castilla la Mancha uno de sus grandes patrimonios, al poseer el mayor viñedo del mundo con sus casi 600.000 hectáreas; el cincuenta por ciento del viñedo de España, el dieciocho por ciento del viñedo europeo y cerca del ocho por ciento del viñedo mundial.

La parte del viñedo manchego que cultiva el ingeniero agrónomo Carlos Falcó, cumple con el precepto de su formación profesional, consiguiendo el «símbolo global de excelencia» con los productos estrella de la nueva marca Marqués de Griñón, vino y aceite, llevándolos al más alto nivel de los elementos esenciales de la dieta y la cultura mediterráneas.

Pioneros en el uso de la viticultura por goteo como método para la sostenibilidad del medio ambiente, la Denominación de Origen Dominio de Valdepusa, fue la primera en ser reconocida como vinos de Pago, título que se le da al vino elaborado con uva de una sola finca que, en este caso, concentra las variedades Syrah, y Petit Verdot .

Entre cepas de vino y lavanda, la innovación en el cultivo de los viñedos de Valdepusa comparte el pasado con el encanto de la casa de labranza, de 1292, destinada, actualmente, para la cata de los vinos.

En La Mancha, se dice de los Valdepeñas que son vinos para disfrutar, para ser bebidos con mesura, templanza y sosiego, como el ilustre manchego Don Quijote sentenciara en su día: «Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumple palabra».

Personajes ilustres hicieron grandes elogios a la ciudad manchega con un Valdepeñas pegado al paladar; Baroja, Cossío, Marañón, Belmonte, Buñuel…, y el escritor inglés Richard Ford, asegurando que el vino de Valdepeñas había sido “la leche que tomó Sancho Panza en su infancia”.

Castilla y León

El río Duero, delimita las comarcas vinícolas de mayor protagonismo en los mercados del vino de calidad. La DO vinos de la tierra Castilla y León, acoge a más de cuatrocientas bodegas en un paisaje espectacular de viñedos enmarcados en espacios de piedras con mucha historia entre sus muros románicos y gran valor cultural en pleno camino de Santiago.

Ribera de Duero

La historia de Ribera del Duero se remonta al siglo doce, cuando los monjes procedentes del Cluny elaboraban vino en Valbuena de Duero para su sustento. La DO de los vinos de Toro, avala la calidad de treinta y cuatro bodegas. Vega Sicilia incorpora este vino a su marca con la bodega Vega de Toro, cuya DO de color rubí ha entrado ya, incluso, en la Santa Sede del Vaticano.

El «Wine Enthusiast», una especie de biblia del vino, lo define como «repleto de sabores intensos de cereza y grosella negra, con aromas de chocolate y comino». La contribución de los vinos de Vega Sicilia, entre los mejores del mundo, favoreció a la DO Ribera del Duero gracias a la iniciativa del bodeguero vasco Txomin Garramiola quien consiguió, en 1915, recobrar el prestigio de sus vinos tras una etapa decadente.

Por su parte, Alejandro Fernández, en Pesquera de Duero, ha logrado con el tinto Pesquera, un vino reserva perfeccionado con modernos métodos de elaboración hasta conseguir «un paladar fino y jugoso».

Biblioteca de Bodegas Antaño

Los bodegueros españoles están recuperando espacios tradicionales que arropan al vino con mucha leyenda entre sus paredes, tal es el caso del restaurador guerniqués José Luis Solaguren, el famoso José Luis «madrileño», al cuidar con mimo Antaño, una bodega con seis siglos de evocación en sus antiquísimas cubas de castaño español, auténticas reliquias del pasado.

Sus orígenes son posteriores al descubrimiento de América, cuando España alcanzó su máximo esplendor contribuyendo al desarrollo de la viticultura en la zona del Duero, especialmente en el entorno de Rueda.

Bodegas Antaño tiene un legado mudéjar entre sus muros, anterior al siglo quince. El interior es apasionante; tres kilómetros de recorrido por un laberinto de cuevas a veinticinco metros de profundidad.

Sin perder un ápice de su protagonismo, el vino en Antaño ha reforzado su cultura social cediendo espacio a una biblioteca con cerca de 50 000 volúmenes, a la que dio su nombre el Nobel Camilo José Cela, un ejemplo más de la hermandad entre la cultura y el vino.

Bierzo Viñedos Prada a Tope Palacio de Canedo

Vinos de León

Hay quien los califica de «elegantes» e incluso intentan «emparentarlos» con los grandes tintos franceses «por su carácter atlántico».

León cuenta con más de seis mil hectáreas de viñedo en sus dos denominaciones de origen, Bierzo y Tierra de León, siendo las variedades más representativas Mencía y Prieto Picudo en uvas tintas y en las blancas destacan Albarín blanco, Verdejo y Godello.

Al abrigo del Teleno, el Bierzo se rodea de excelentes productos con DO que exportan a todo el mundo: el marrón glacé, las cerezas, la cecina, sus famosos pimientos, el botillo… Y en el centro, el vino, siendo las zonas vinícolas del Esla y Cea, tradicionalmente, las más importantes de la provincia.

Su dedicación a la vinicultura se remonta a unos dos mil años, cuando Plinio el Viejo y Estrabón ya se referían a los viñedos de la comarca del Bierzo citando a los romanos como impulsores de la agricultura berciana con cultivos de vides procedentes de la región del Cáucaso y Armenia. Para ello, introdujeron técnicas novedosas.

En 1761, el Señor de Canedo, don Manuel Pimentel de Medina y Ponce de León, cosechaba ciento setenta miedros de vino, medida de León equivalente a unos 2050 cántaros de vino que reposaban en la bodega del Palacio de Canedo, la misma en la que, en la actualidad, envejecen los vinos de reserva de Prada a Tope.

Además, están las rutas del vino, de prestigio internacional gracias a la Bodega José Palacio, originaria de La Rioja, impulsor del vino del Bierzo. Su vino Pétalos del Bierzo, fue calificado como «el mejor vino del mundo calidad-precio» por el gurú mundial del vino, Robert Parker.

La dinastía Palacios va en ascenso con la incorporación de los nuevos herederos de la marca, tal es el caso de Ricardo Palacios, director técnico de la bodega que ha recibido el Premio Especial a la Visión y la Innovación, en los International Wine Challenge Merchant Awards Spain, por su labor al frente de la bodega berciana y su contribución en hacer del Bierzo la DO más ambiciosa y genuina en el reconocimiento y respeto del terroir (suelo). Son los primeros grandes vinos, con cepas centenarias, que han revolucionado una zona, que, dicen, puede llegar a ser «el Priorat del noroeste».

Fuentes del Silencio, bodega sobre oro

En León una bodega sobre oro

Se llama Fuentes del Silencio y es una joya. En el siglo dieciocho, la apuesta por la conservación del vino, pegado a la naturaleza, llevó la mano del hombre a excavar en las entrañas de las montañas de León, junto a rocas de más de dos millones de años. Si el oro tuviera sabor, estaríamos ante un fenómeno del ecosistema diferente a todo lo establecido en el mundo del vino.

Lo cierto es que, al tratarse de un viñedo asentado sobre una antigua explotación de oro, las raíces de las cepas de la bodega leonesa Fuentes del Silencio, se sumergen en sedimentos auríferos utilizados en yacimientos durante el periodo del imperio romano. Esta singularidad, inclina a pensar que algo tendrá que ver, en los sabores de estos vinos, esas trazas de oro que aún existen a día de hoy y que confieren de manera original y única una “selección de levaduras y bacterias” a los suelos leoneses del valle del Jamuz, una excepcionalidad del terroir certificada por un estudio hecho por la empresa californiana Biome Makers.

En la actualidad, la historia vinícola del Valle del Jamuz, la evidencian sus 23 hectáreas distribuidas en más de 120 parcelas, la mayoría de menos de 3000 metros coexistiendo en la misma parcela variedades autóctonas de viñedo diferente, cultivado por un grupo de románticos emprendedores, formado por Marta Ramas, Miguel Ángel Alonso y María José Galera, quienes se han propuesto el difícil reto de la recuperación de viñas centenarias, algunas prexiloféricas, sinónimo de cepa diferente y de calidad, que da como resultado la optimización de las variedades de uva tinta Mencía, Alicante Bouschet, Prieto Picudo y Gran Negro, junto a las dos variedades de uva blanca Palomino y Godello que producen estos viñedos a orillas del río Jamuz, asentados sobre oro, que habían sido abandonados en los siglos diecinueve y veinte. Los viñedos están rodeados por bosques de encinas, siendo hábitat natural de aves y animales salvajes que contribuyen a la belleza de la zona que resguarda el Teleno a 2.188 m.

Desde 2019, Fuentes del Silencio forma parte de Grandes Pagos de España, siendo un testimonio vivo de la historia vitivinícola del noroeste de España que ha rescatado la tradición de siglos para unirla a las más modernas técnicas de elaboración de sus vinos que exportan ya a Estados Unidos, Inglaterra, Japón o Alemania.

Cataluña, El Priorato

Los vinos catalanes suponen el tercer sector de la industria agroalimentaria de Cataluña; tinto, rosado, blanco espumoso. Doce denominaciones de origen que ocupan unas 70.000 hectáreas, siendo la comarca del Penedés una de las mayores productoras de vino de España con cepas llegadas desde La Rioja. Aproximadamente, la mitad de la producción es de vino y la otra mitad, de cava.

La zona del Penedés adquiere especial protagonismo en la elaboración de vinos de calidad desde principios del siglo doce. Sus antecedentes vinícolas se remontan, una vez más, a los romanos, pero el impulso llegó en la Edad Media de la mano de los templarios y de los monjes cistercienses de la abadía de Santa María de Poblet.

La comarca del Priorato es una de las zonas vitivinícolas de mayor prestigio de Cataluña, que acoge dos denominaciones de origen la DOC Priorat (Denominación de Origen Cualificada) y DO Montsant. Entre el Penedés y el Priorato, está la DO Conca de Barberá, con suelos idóneos para el cultivo de excelentes uvas, como la variedad Chardonnay, denominada «la reina» de la uva, de donde sale el vino blanco de mayor prestigio de las Bodegas Torres, uno de los sellos de poderío en torno al vino, que ofrece al visitante el testimonio de la elaboración del vino paso a paso y un paseo por sus viñedos, quince hectáreas en doble cordón, entre aromas de romero, enebro y tomillo en el Pago de Milmanda.

Hace apenas treinta años, el Priorat tenía solamente cuatro bodegas; en la actualidad tiene más de cien con reconocimiento internacional siendo una DO de gran prestigio que lanza al mercado cada año tres millones de botellas. Un modelo innovador en el Priorat al que a la uva autóctona, garnacha y cariñena, se incorporaron variedades de uva cabernet y syrah.

En ello tiene mucho que ver el enólogo Álvaro Palacios, riojano de Alfaro, formado en las universidades de Burdeos y California a las que llegó con un aprendizaje desde la cuna, ya que nació entre las vides de Palacios Remondo, la bodega familiar de la que se desligó para explorar nuevas fórmulas de producir vino, lo que le ha convertido en toda una “celebrity” del vino español, siendo el productor de vino que ha revolucionado la enología en España a partir de la década de los ochenta.

En el corazón de la provincia de Tarragona, en una zona que conservan salvaje, de suelos pizarrosos (las licorellas) brotadas hace millones de años, que aportan frescura al vino y una potencia y mineralidad diferente, tiene Álvaro Palacios su feudo vinícola del que salen algunas de las mejores marcas de Bierzo, Rioja y Priorat, cuyo vino envejece en barricas nuevas de roble francés, modelo de impacto en mercados de Estados Unidos y Suiza, auspiciado por el marketing de Robert Parker, quien ha contribuido a que el mercado acepte, con naturalidad, los altísimos precios de algunos de los vinos del bodeguero Álvaro Palacios, artesano de L’Ermita, uno de los vinos españoles más caros; por encima de los 500 euros la botella.

Galicia

Cuenta la historia que el vino llegó a Galicia con los romanos en el siglo primero antes de Cristo. Los responsables de su expansión fueron los monasterios. Los abades, de origen francés, enseñaron las técnicas del cultivo de la vid hasta el punto de que el derecho foral recogía pagos en unidades de vino.

El paso del tiempo ha situado a los vinos de Galicia en lugar de privilegio y merecido reconocimiento: Rías Baixas, Ribeira Sacra, Monterrei, Valdeorras… Galicia entraña vinos con historia de viejas fábulas; algunos que nacen y se elaboran junto a la mar gallega, enterrando las cepas entre suelos arenosos bajo el influjo del cercano atlántico: O Rosal, Condado, Albariño, Ribeiro…, vinos marcados con fuerte personalidad.

Las cepas albariñas llegaron en el medievo, desde el Rhin y Mosela con los monjes del monasterio de Santa María de Oya. Sobre los albariños, al escritor Álvaro Cunqueiro le sorprendía «encontrarlos tan humanos compañeros».

Ribeira Sacra

En la Galicia interior, vendimiar es un espectáculo que implica un enorme riesgo sobre las laderas con una pendiente del 85 por ciento en un suelo resbaladizo de pizarra y granito; por algo la llaman «la viticultura heroica» de la que proviene la DO Ribeira Sacra.

La compensación llega con la excelencia de estos vinos cuya fama llegó hasta la Casa Blanca, siendo el vino Pazo do Rei, de la bodega Adega Cachín de A Teixeira, DO Ribeira Sacra, un joven-mencía galardonado con el Acio de Plata del que se elaboran más de 40.000 botellas, el distinguido por Obama para brindar en la gala anual benéfica, de la asociación de congresistas y políticos hispanos de Estados Unidos para recordar el legado hispano.

Estas cepas de la Ribeira Sacra, arraigan en las laderas que ven pasar al río Sil hasta su unión en Portomarín con el río Miño, custodio bajo sus aguas de un pueblo con historia de siglos, ahogado por el progreso, junto a las huellas de millones de peregrinos hacia Santiago.

Sobre el Cañón del Sil, el Monasterio de Santo Estevo, de estilo románico renacentista, anterior al siglo diez, es vigía quieto del esfuerzo extremo de una vendimia empeñada en mantener su tradición a costa de estar considerada como la más peligrosa del mundo. Ahora, el Santo Estevo convertido en Parador de Turismo, tiene la mejor vista jamás imaginada y una excelente gastronomía a la que acompañan los vinos de la zona donde el Albariño tiene mayor predicamento.

Pero el más popular de los vinos de Galicia es el Ribeiro. La primera cepa se plantó en el monasterio orensano de San Clodio. Un documento del Archivo Nacional de Simancas, dice que un cura gallego llevó dos barricas de Ribeiro a La Española, descubierta por Colón en su primer viaje a América, y según el documento refiere: «sus primeros colonos consumían vino de Ribeiro».

Viñedos Bodegas Valdemar, Rioja Alavesa

La Rioja

La historia de La Rioja está ligada a la producción del vino, alrededor de la cual se ha desarrollado una cultura arraigada reciamente a la tierra. Ya en el siglo doce, Gonzalo de Berceo, primer poeta en lengua castellana, ensalzaba en sus versos la excelencia del vino riojano.

Supera las 65.000 hectáreas de viñedo que se han convertido en la principal fuente de riqueza de La Rioja, que se fragmenta en tres grandes zonas: Rioja Alta, Rioja Oriental y Rioja Alavesa, donde conviven dos estilos de vino; el tradicional y el de pago o terruño.

Es la DO líder de España y la más antigua, reconocida oficialmente en 1926 siendo, junto a la del Priorat, las únicas en España en ostentar la categoría máxima DO Calificada. Más de 600 bodegas, 14.800 viticultores y el mayor parque de barricas del mundo, hace que los vinos de Rioja tengan presencia en 130 países diferentes y su excelencia consta entre las cinco DO más prestigiosas del mundo.

De Oyon, Rioja Alavesa, a Walla Walla

La Rioja Alavesa, es la vecina riojana ubicada en la comunidad vasca. El movimiento de las bodegas españolas ha sido siempre dentro de España, intercambiando los territorios entre Rioja, Ribera de Duero, Priorat, Rías Baixas… Pero ya hay unos valientes que han dado el salto a Estados Unidos instalando la primera bodega del mundo, no estadounidense, ubicada en la denominación de origen Washington State Wines, el segundo lugar de los Estados Unidos, detrás de California, en la producción de vino.

La valentía de emprender una aventura tan arriesgada, comenzando ya con once hectáreas de viñedo, se debe a la familia Martínez Bujanda, creadores de Bodegas Valdemar. Les preceden 130 años de historia cimentada alrededor de lo que ya constituyen más de 275 hectáreas, de viñedos propios, con aromas a madera, plátano, lavanda, rosa o regaliz que comenzaron en un pequeño calado de piedra en Oyón, una localidad alavesa de apenas 3400 habitantes.

Jesús Martinez Bujanda, heredero de Bodegas Valdemar en cuarta generación junto con sus hijos Jesús y Ana, que ya son la quinta generación, tienen un objetivo claro: «Con este proyecto queremos trasladar, a esta zona de Estados Unidos, nuestra filosofía y saber hacer». La bodega, situada en una de las zonas más exclusivas de Washington en la que se ha hecho una inversión de unos veinte millones de dólares, cuenta con una nave de elaboración con capacidad para 120.000 botellas de vino enmarcado en el segmento luxury, entre 50 y 100 dólares la botella y el super luxury entre 100 y 200 dólares. «Es un vino exprimido de uvas de las zonas más prestigiosas de Washington».

Hay que destacar la gran labor social de Bodegas Valdemar, al ser la única bodega europea que ofrece enoturismo inclusivo y accesible en Oyón, para visitantes con cualquier discapacidad. En 2019, Bodegas Valdemar recibió el Premio Pyme del Año en Álava otorgado por la Cámara de Comercio y Banco Santander.

Irache fuente del vino

Navarra

El vino, en Navarra, se remonta al siglo primero, originado por los benedictinos cistercienses. En el siglo octavo, con la creación del Camino de Santiago, llegaron cepas de todo el mundo a través de los peregrinos y los monjes que llegaban a repoblar y cristianizar la península ibérica, promoviendo la cultura del vino a lo largo del Camino hasta la cuenca del Ebro; una vez más, el cultivo de la vid hace causa común con el Camino de Santiago al igual que en Navarra, La Rioja, Castilla y León y Galicia.

Por Navarra, al llegar a Irache, los peregrinos encuentran una curiosa fuente de vino cortesía de Bodegas Irache fundadas en 1891. Cada día la fuente se llena con unos cien litros de vino tinto joven y los peregrinos, que llegan bien orientados, llevan ya un bocata preparado para acompañarlo de un vaso de buen vino navarro que ayude a continuar su andadura: aún queda mucho camino hasta llegar a Santiago de Compostela.

La gran inversión de los bodegueros navarros, con la creación de la Estación de Viticultura y Enología Navarra, ha permitido reforzar la calidad y variedad del vino navarro, incorporando variedades internacionales de vides para mezclarlas con las autóctonas.

Dice el presidente del Consejo Regulador de la DO Navarra, David Palacios, que Navarra «es una de las pocas zonas vitivinícolas en las que puedes disfrutar de una comida de principio a fin con un navarra». Cierto, sin olvidar que las meriendas, de tradición en la zona, tienen al licor de moscatel como excelente compañero de pastas, queso azul, etc.: es el ejemplo de evolución al haber pasado de elaborar casi exclusivamente vinos rosados a integrarse en el sector vitivinícola produciendo vinos tintos, rosados y blancos que se caracterizan por la maestría en su elaboración, que incluyen vinos de DO Pago, el mayor reconocimiento de calidad para un vino en España.

La creación de la Estación de Viticultura y Enología de Navarra, en 1980, supuso para los bodegueros efectuar importantes inversiones para renovarse, trayendo, además, variedades de vides reconocidas internacionalmente para mezclarlas con las autóctonas.

El resultado ha sido óptimo. Una de las principales características que definen la DO Navarra, más de 17.000 hectáreas, es la gran diversidad de paisajes y climas, siendo su situación prácticamente única en la Península Ibérica por la confluencia de los climas atlántico, continental y mediterráneo.

Murcia, qué hermosa eres

No pudo hallar elogio más acertado, ni más real, Luis Fernández Ardavín, cuando escribió el libreto de la zarzuela La Parranda: un canto a Murcia con total merecimiento. «Murcia qué hermosa eres, tu vega no tiene igual». Y no la tiene.

Jumilla: el tercer viñedo del mundo. En el Altiplano murciano se encuentra parte de la cuna del vino de Murcia: Jumilla y Yecla siendo, con Bullas, al noroeste de la región, el principal cultivo de la comarca. El total de cien mil hectáreas de viñedo de las tres DO del Reino de Murcia indican la importancia histórica del vino en el país.

Con más de 42.000 hectáreas, Jumilla siempre ha sido la segunda zona de España con mayor cantidad de viñedo tinto sembrado, tras La Rioja, y la tercera del mundo, hasta que los vinos de Castilla-La Mancha ocuparon el primer lugar. De hecho, se han encontrado semillas de uva asociadas a materiales ibéricos en el yacimiento arqueológico del paraje Coimbra del Barranco Ancho, en la Jumilla de quinientos años antes de nuestra era.

Jumilla arrastra su fama de vino duro; hasta dieciséis grados de graduación. Por tradición se deja madurar la uva en la cepa para su deshidratación, lo que supone mayor concentración de azúcar. Es una variedad de uva de pequeños racimos y frutos pequeños, de color oscuro que caracterizan como «austera, resistente y sufrida». Otros la denominan como «potente y robusta».

Yecla

La comarca de Yecla también está en el Altiplano y su viñedo, de uva monastrell principalmente, sembrado en altitudes entre 400 y 800 metros sobre el nivel del mar, en suelos calizos, profundos y permeables y bajo clima continental con influencia mediterránea y escasa pluviosidad, al igual que su vecina Jumilla, aunque sus vinos no tienen nada que ver. Caprichos de la naturaleza que le permiten a Yecla obtener su propia DO.

El cultivo de la vid lo establecieron los fenicios y lo continuaron cartagineses y romanos: el yacimiento arqueológico de Fuente del Pinar conserva restos de una bodega que funcionó al menos desde el siglo primero de nuestra era y hasta finales del once. Y, después de los romanos, los godos y, naturalmente, los árabes.

Felipe Segundo distinguió la producción vinícola de Yecla en el siglo dieciséis, calificándola como «Bodega Mayor». Una tradición vitivinícola de siglos que es la primera actividad económica de la comarca. Yecla es la DO más pequeña de las tres de Murcia, pero fue la primera en entender que el futuro estaba en la elaboración de vinos de calidad embotellados y actualmente embotella el 90 por ciento de su producción. Son vinos tintos «de amplia constitución, de color granate rubí, suaves y sabrosos, con aroma intenso y de gran personalidad» y unos pocos blancos y rosados «bien constituidos y afrutados».

En Yecla está la bodega más antigua de Murcia. Su origen se remonta a 1925 cuando Pedro Candela Soriano, pionero de la familia Candela, empezó a comercializar el vino en una pequeña bodega de tinajas. Posiblemente, nunca imaginó aquel hombre emprendedor que su entrañable bodega de tinajas, que aún conservan, germinase en una segunda bodega del grupo Candela regentada por sus biznietos Antonio y Alfredo, cuarta generación de los Candela.

Bodegas Señorío de Barahonda

Bodegas Señorío de Barahonda ha sido creada exclusivamente para la producción de vinos de calidad con un reconocimiento internacional y cuenta con las mejores técnicas en la elaboración y crianza de sus vinos con DO Yecla. Enclavada en un atractivo paisaje rodeado por viñedos propios, tiene un diseño tradicional, estéticamente hermoso, y en la planta superior han instalado un restaurante y club de vinos que permite al visitante participar en catas y disfrutar del demandado enoturismo.

Uno de esos vinos de calidad, de Barahonda, lo ha adquirido para el consumo exclusivo de sus restaurantes Martín Berasategui, el cocinero español con más estrellas Michelín, nada menos que doce. El vino se llama Nirea, «lo nuestro» en euskera, y lo pueden degustar en cualquiera de los quince restaurantes del cocinero vasco.

El equipo humano de los Candela se incrementa y en camino ya está la quinta generación, apunta Antonio Candela con emoción: «mi hija, en cuanto termine la carrera de Derecho, se incorporará al grupo familiar». Podría decirse que los Candela llevan el vino en vena, evolucionando hasta tener su propia marca presente en más de veinte países de todo el mundo, cuyos estandartes Yecla y la monastrell, han contribuido a que cuatro de los vinos de Barahonda hayan sido premiados con la medalla de oro en Mundus Vini y la Cámara de Comercio de Murcia haya distinguido a Bodegas Señorío de Barahonda con el premio Mercurio a la Exportación.

Bullas

Posiblemente, Bullas nos la descubrió Paco Rabal en la teleserie de Jaime de Armiñán, Juncal, en la que la voz profunda de Rabal traspasaba la pantalla y nos llegaba al corazón: «Soy Ginés Fernández Varela, natural de Bullas, Murcia, ¡en el mundo!». También decía Rabal que, «los actores, como el vino, a la madurez ganan».

El vino de Bullas es el tercer vino murciano con denominación de origen. La Ruta del vino de Bullas está, desde 2007, legitimada como una de las Rutas del Vino de España, por exponer su diverso patrimonio partiendo de las bodegas más antiguas en las que se han encontrado restos arqueológicos como la escultura romana del «Niño de las Uvas», hallada en la Villa de Los Cantos; posiblemente representación infantil del dios Baco, lo que hace pensar que pueden tratarse de la época romana.

De la tradición queda un Acta Capitular de octubre de 1849 que explica tanto la manera de cultivar la viña como la de elaborar el vino a la manera de Bullas. Entre otras particularidades, no vendimiar hasta después de las Fiestas de Octubre, bajo pena de multas, a fin de que la uva lograse un mayor índice de maduración que asegurase la riqueza en azúcar para obtener vinos de alta graduación alcohólica, los propios de la DO de Bullas.

Como en las DO de Yecla y de Jumilla, la predominante en la de Bullas es la uva autóctona monastrell, acompañada de otras tintas: tempranillo, cabernet sauvignon, syrah, merlot y garnacha, y de las blancas macabeo y airén. Sus uvas tienen la mejor maduración.

El viñedo ocupa una serie de planicies escalonadas que se elevan, de sur a norte, desde los 450 metros hasta casi los mil metros de altura, en terrenos de origen terciario y cuaternario del Sistema Bético. El clima, continental seco matizado por la altitud, da inviernos cortos y rigurosos y veranos largos y calurosos durante el día pero frescos por la noche, factor que influye positivamente sobre la calidad de la uva, que aunque no se beneficia de lluvias abundantes, sí son superiores a otras zonas vitícolas del sureste peninsular, pues el aporte húmedo de los habituales rocíos viene a ser como una ligera lluvia diaria.

Y las 2900 horas de sol al año aseguran la mejor maduración de la uva. Murcia conserva la antigua tradición de elaboración de vinos rancios, secos o dulces, de muy prolongada crianza y se ha comenzado la de vinos finos que, aseguran, tienen gran futuro.

Si alguien sabe de Murcia, es Ignacio Fontes de Garnica, ejerciente murciano de Lo Pagán, docto periodista, escritor que prepara un libro que puede ser la Biblia de la gastronomía murciana. He tenido su ayuda en este reportaje. Desde estas páginas le doy las gracias.

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  1. Nunca pensé que detrás del vino hubiera algo tan espectacular como lo que dice este excelente reportaje. Enhorabuena a la autora que se ha volcado en mostrar esa cultura desconocida.

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