Médicos Sin Fronteras (MSF) ha exigido este 10 de octubre de 2025 que se reanude de inmediato la ayuda humanitaria y sanitaria en la Franja de Gaza, tras el anuncio de la primera fase del alto el fuego.
La oenegé considera que este es un primer paso hacia la esperanza, pero advierte de que miles de personas continúan atrapadas entre los escombros, sin agua, alimentos, refugio ni atención médica adecuada.
El alto el fuego supone un alivio para una población palestina exhausta, hambrienta y traumatizada después de más de dos años de asedio y más de 67.000 vidas perdidas.
Sin embargo, como señala MSF, «no es el fin del sufrimiento». Las familias siguen viviendo entre las ruinas de sus hogares destruidos, mientras los hospitales permanecen colapsados y los profesionales sanitarios trabajan sin medios básicos.
Jacob Granger, coordinador de emergencias de MSF en Gaza, describe el sentimiento predominante como una mezcla de «esperanza y mucha incertidumbre». «Las personas desean que esta pesadilla acabe, poder estar en paz y recuperarse del trauma físico y mental. Pero también hay miedo sobre lo que pasará después», explica.
MSF subraya que el alto el fuego debe respetarse y mantenerse para garantizar el acceso a la atención médica que la población necesita desesperadamente. Durante los bombardeos y el asedio, la ayuda sanitaria fue prácticamente imposible.
La organización espera que esta tregua marque el inicio de un proceso de reconstrucción integral de la Franja, incluido el sistema de salud, devastado por años de violencia y bloqueo.
Urgencia humanitaria extrema
En su comunicado, MSF detalla que las necesidades más básicas siguen sin cubrir: medicamentos, equipos médicos, alimentos, agua potable, combustible y refugios. Más de dos millones de personas se enfrentan a la llegada del invierno sin un techo seguro.
«Este alto el fuego debe ir acompañado de un aumento inmediato, masivo y sostenido de la ayuda en toda la Franja, incluido el norte», subraya la organización.
MSF insta a las autoridades israelíes a permitir «un flujo suficiente y sin obstáculos de ayuda humanitaria» y a autorizar las evacuaciones médicas de pacientes que requieren atención especializada urgente.
También reclama restablecer el mecanismo de coordinación humanitaria dirigido por Naciones Unidas (ONU-OCHA), suspendido durante la ofensiva, para garantizar un acceso seguro e imparcial a la ayuda en todas las zonas de Gaza.
Esperan dejar de tener miedo
Granger relata que la situación en Gaza «es hoy más tranquila que ayer, cuando aún se oían detonaciones, drones y ataques aéreos». Pero advierte que el sufrimiento continúa: «La gente espera poder dejar de tener miedo, de correr el riesgo de morir o de resultar heridos en cualquier momento del día o de la noche, en cualquier lugar».
Según el coordinador, «la Franja de Gaza ha sido prácticamente destruida en su totalidad por las fuerzas israelíes». Las familias con las que ha hablado lo han perdido todo: «Tenían una casa, un coche, hijos en el colegio, y ahora viven bajo lonas o en tiendas improvisadas».
Añade que muchos han tenido que desplazarse ocho o diez veces en los últimos dos años, buscando seguridad donde ya no la hay.
Prioridad: suministros médicos y agua potable
Para MSF, la prioridad absoluta es restablecer el flujo de suministros médicos y agua potable. «Necesitamos poder introducir nuestros suministros al interior de la Franja en grandes cantidades. Necesitamos poder llevar a nuestro personal internacional sin impedimentos», exige Granger.
La organización alerta de que la población vive hacinada, sin higiene ni refugios cálidos, mientras se aproxima el invierno. Las condiciones sanitarias son críticas: los brotes de enfermedades infecciosas aumentan y los hospitales carecen de electricidad y material quirúrgico básico.
Responsabilidad internacional
MSF apela a la comunidad internacional, incluidos los gobiernos europeos y las agencias de Naciones Unidas (UNRWA, OMS, OCHA), a movilizar recursos urgentes y ejercer presión diplomática para garantizar el acceso humanitario.
La organización recuerda que el bloqueo impuesto por Israel viola el derecho internacional humanitario, y que impedir la entrada de medicamentos, agua o combustible puede constituir un crimen de guerra, según la Corte Penal Internacional (CPI).
Asimismo, MSF insta a los países donantes y a las instituciones de la ONU a establecer corredores seguros para la distribución de ayuda y la evacuación de pacientes críticos. Sin una acción inmediata, advierte, Gaza se enfrenta a una catástrofe sanitaria prolongada.
La esperanza, pese a todo
Pese al caos y la destrucción, los equipos de MSF en Gaza mantienen su compromiso con la población. Desde 2023 han trabajado en hospitales de campaña, han distribuido material médico en clínicas improvisadas y han ofrecido apoyo psicológico a miles de personas traumatizadas por la guerra.
«La situación humanitaria exige que se permita la entrada de suministros y que el personal médico pueda trabajar con seguridad», insiste Granger. «Solo así la población podrá descansar y comenzar a recuperarse del trauma, tanto físico como mental».
MSF concluye su comunicado reiterando que la paz y la reconstrucción de Gaza solo serán posibles si la ayuda humanitaria llega sin trabas y si se respeta plenamente el derecho internacional humanitario.