Los últimos and primeros meses del año son típicos por los temporales tanto de viento como de lluvia, e incluso de nieve, estos últimos bastante importantes en algunos países. Todos estos fenómenos meteorológicos pueden afectar, y de hecho lo hacen, al buen funcionamiento y la seguridad de los aviones, con lo que es habitual que, cada año, miles de pasajeros se vean afectados por retrasos y cancelaciones debido a la meteorología extrema.

Las condiciones meteorológicas adversas extremas forman parte de las circunstancias extraordinarias que eximen a las compañías aéreas de tener que compensar económicamente a los pasajeros afectados por un avión retrasado. Sin embargo, no todos los fenómenos meteorológicos adversos son circunstancias extraordinarias, por lo que, en algunos casos, se recomienda a los pasajeros afectados consultar con expertos como los de AirHelp si les corresponde solicitar una indemnización por retraso de vuelo por condiciones meteorológicas adversas.

A continuación, te contamos qué es lo que realmente hace que las aerolíneas deban retrasar sus vuelos cuando hace mal tiempo y cuáles son los derechos de los pasajeros en estos casos.

Vuelo retrasado por lluvia

Para que un vuelo deba retrasarse por lluvia, esta debe ser extrema, lo que se conoce como «lluvia torrencial», por ejemplo. El principal problema que provoca este tipo de lluvias en relación con el buen funcionamiento y la seguridad de las aeronaves es la falta de visibilidad.

La lluvia es un fenómeno meteorológico frecuente, pero no por ello siempre que llueva va a estar justificado el retraso de un vuelo. Por eso, cuando tu vuelo se retrase por lluvia extrema, es aconsejable fijarse en si otras aerolíneas también han retrasado sus vuelos o no, pues la compañía aérea solo debería retrasar el vuelo por lluvia si esto pone en peligro la seguridad de los pasajeros (por lo que los retrasos deberían ser generalizados en el aeropuerto en cuestión).

Vuelo retrasado por viento

Lo mismo sucede con el viento. El viento extremo puede afectar especialmente a las maniobras de despegue y aterrizaje del avión. Esto no significa que todos los vientos afecten de la misma forma. Los que especialmente suponen un impedimento para el despegue y aterrizaje de la aeronave son los vientos laterales, como las rachas de viento registradas en Málaga el mes pasado con la primera borrasca del otoño.

Por lo tanto, si tu vuelo se retrasa por viento extremo, en principio no podrás presentar una reclamación aérea. De nuevo, los pasajeros afectados podrán considerar asesorarse con expertos si consideran que la aerolínea retrasó el vuelo en una circunstancia que no se consideraba de viento extremo.

Vuelo retrasado por nieve

Uno de los principales problemas que supone la presencia de nieve es también la falta de visibilidad (al margen de la posible afectación a las pistas de despegue y aterrizaje). Por eso, para que la nieve realmente sea un impedimento para el despegue y aterrizaje debe ser extrema.

Las temperaturas extremas también pueden suponer un problema para el manejo del avión, tanto las elevadas como las bajo cero. En nuestro país no es especialmente habitual, pero que las temperaturas extremas provoquen retrasos de aviones es una realidad en algunos países del mundo.

Los derechos de los pasajeros en caso de retraso por mal tiempo

Los derechos de los pasajeros aéreos en Europa están regidos por el Reglamento (CE) 261. Como decíamos, la normativa europea considera los fenómenos meteorológicos adversos extremos una circunstancia extraordinaria, por lo que esto impide que los pasajeros afectados por un vuelo retrasado puedan presentar una reclamación a la compañía aérea.

Sin embargo, en ocasiones será necesario que los pasajeros puedan asesorarse en caso de duda, pues se han dado excepciones en las que la aerolínea en cuestión había retrasado vuelos por mal tiempo cuando no correspondía y finalmente esta tuvo que compensar a los pasajeros afectados.

Recuerda que los aviones y las aerolíneas están preparados para resistir ciertos fenómenos meteorológicos, y solo cuando estos sean verdaderamente extremos permitirán que la compañía aérea retrase sus vuelos sin tener que compensar económicamente a los pasajeros por ello.

Si no es el caso, y según la normativa europea, la aerolínea que retrase vuelos por mal tiempo cuando este no sea extremo, y por lo tanto no se considere una circunstancia extraordinaria, deberá compensar a los pasajeros afectados con una indemnización por vuelo retrasado de hasta 600 euros.

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