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Madrid: condiciones de trabajo inadecuadas promueven la siniestralidad laboral

Ana Belen Casado Peñas ©CCOOMadrid

Ana Belen Casado Peñas[1]

Para CCOO de Madrid, la siniestralidad laboral es la consecuencia más evidente de unas condiciones de trabajo inadecuadas, de una precarización de las condiciones laborales y de unas nuevas formas de trabajar que emergen, así como de la debilidad de nuestro sistema preventivo. Es totalmente indecente que en el siglo que estamos una persona trabajadora se tenga que dejar la salud e incluso la vida para obtener un salario.

Cada accidente de trabajo o enfermedad profesional supone que hemos fracasado como sociedad. Además del incalculable coste económico: sanciones, pérdida de productividad para las empresas; costes en prestaciones económicas y sanitarias para un Sistema de la Seguridad Social ya de por sí deteriorado. Si bien la peor parte recae, sin pensarlo, sobre las personas trabajadoras que pagan el precio más alto.

Es fundamental cambiar esta tendencia y para conseguirlo es fundamental invertir en prevención, destinar todos los recursos y esfuerzos posibles para evitar esta lacra que es la siniestralidad laboral.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales es de obligado cumplimiento, pero es vista por las empresas solo como un documento que hay que tener. Este es el principal problema en mi opinión, no se ha conseguido introducir en la cultura preventiva de las empresas. La prevención de riesgos laborales debe ser un proceso continuo dentro de las empresas, un proceso que no termina.

La falta de inversión en prevención y el desprecio de muchos empresarios respecto a la aplicación de las normas básicas en prevención de riesgos laborales ponen en riesgo la salud y la vida de los trabajadores y trabajadoras, obstaculizando y dando al traste con el trabajo realizado durante años.

Hay que poner la salud de las personas trabajadoras como prioridad en los objetivos de las empresas y en las agendas políticas. Para abordar esta situación, CCOO de Madrid consideramos necesaria la actuación firme y contundente de todos los actores implicados en la prevención: la Inspección de Trabajo, en el control y vigilancia del cumplimiento de las normas; la Fiscalía, potenciando su intervención activa en los accidentes, especialmente en los muy graves y mortales, para garantizar que se depuren todas las responsabilidades, que se pueda resarcir a la víctimas y que se condene a los culpables.

No hay que olvidar que los incumplimientos de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y el daño causado son delitos que deben ser depurados, también, en la vía penal. Es igualmente importante y urgente la puesta en marcha y la actualización de los convenios con la Fiscalía, las Policías municipales y el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo.

Siniestralidad

Para analizar la siniestralidad hay que coger un periodo de tiempo amplio, abarcando los últimos cuatro años en la Comunidad de Madrid, observamos que se han registrado 310 accidentes mortales, siendo el año 2022 el de de mayor accidentabilidad mortal, con 95 personas fallecidas.

Durante estos cuatro años, en la Comunidad de Madrid ha fallecido una persona trabajadora cada cinco días, ha habido un accidente grave al día y se han producido 226 accidentes leves al día.

De los 310 accidentes mortales de origen laboral, un total de 249 accidentes se han producido en el centro de trabajo. Por sectores, en estos cuatro años, se han producido dos accidentes mortales en agricultura, diecinueve accidentes mortales en industria, 66 en construcción y 162 accidentes mortales en servicios.

Durante al año 2023 en la Comunidad de Madrid se han producido cerca de 90.000 accidentes de trabajo y han perdido la vida por ir a trabajar 78 personas. Hasta el mes de abril de este año 2024, en la Comunidad de Madrid hemos sufrido 30.738 accidentes de trabajo, de los cuales 30.538 han sido leves, 172 graves y 28 personas trabajadoras han perdido la vida.

Nuestro objetivo, es que las muertes en el trabajo sean visibles, para que la sociedad tome conciencia de esta realidad, y generar intransigencia y rechazo. No podemos resignarnos al hecho de que el trabajo suponga perder la salud y la vida. Queremos también que los medios de comunicación sean nuestros aliados y amplifiquen nuestra voz, y también queremos poner encima de la mesa la responsabilidad de las empresas y administraciones.

Las patologías no traumáticas

Factores como carga de trabajo, horarios, trabajo a turnos, estrés laboral, contaminantes químicos y otros muchos factores ligados a las condiciones de trabajo contribuyen al aumento de riesgo cardiovascular y cerebrovascular, siendo factores que dentro del ámbito laboral se deben controlar y prevenir para evitar así, en este último año en la Comunidad de Madrid, que casi el 45 por ciento de los accidentes mortales se deban a patologías no traumáticas, datos de por sí que merecen una profunda reflexión.

El estrés laboral aparece cuando las exigencias del trabajo no se ven igualadas por las capacidades, los recursos o las necesidades de la persona trabajadora. Es un problema de organización del trabajo y es una de las consecuencias más importantes de un ambiente de trabajo psicosocial deficiente.

El estrés es considerado el disparador de numerosas enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares en individuos susceptibles: isquemia cerebral (ictus) y sobre todo miocárdica (angina de pecho, infarto sintomático o asintomático). También se asocia a hipertensión arterial y a arritmias malignas. A su vez, potencia el resto de los factores de riesgo cardiovascular.1

Enfermedades profesionales y daños derivados del trabajo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define las enfermedades profesionales como “aquellas producidas a consecuencia del trabajo, que en general obedecen a la habitualidad y constancia de algunos agentes presentes en el ambiente laboral y provocan alguna alteración en los trabajadores.

Existe una infra-notificación y un infradeclaración, ya que muchas de las actuales enfermedades relacionadas con el trabajo siguen declarándose como enfermedad común como es el caso de los cánceres, las enfermedades cardiovasculares, los trastornos músculo esqueléticos o las patologías derivadas de los riesgos psicosociales.

La invisibilidad y el desconocimiento de la realidad de las enfermedades laborales es, sin duda, el principal déficit actual de la prevención de riesgos laborales, en nuestro país y en nuestra Comunidad.

Propuestas sindicales:

La precariedad laboral se ha consolidado en nuestra estructura productiva y en nuestro mercado de trabajo, y es el resultado de reformas laborales, relaciones de poder y políticas que determinan una organización del trabajo injusta y unas relaciones laborales desiguales que es necesario revertir y que tienen como resultado una mayor exposición a riesgos por parte de la población trabajadora, lo que se traduce en accidentes y enfermedades.

En el marco de la empresa, es preciso que se recuperen las inversiones en prevención y, sobre todo, la centralidad de la negociación colectiva en las relaciones laborales. La negociación colectiva está estrechamente ligada a la presencia de sindicatos en los centros de trabajo, lo que constituye la mejor garantía para el ejercicio de derechos y para la protección de la salud.

Es un hecho que en los centros de trabajo en los que hay presencia sindical hay menor siniestralidad laboral y mejores condiciones de seguridad y salud, y por este motivo CCOO de Madrid sigue exigiendo la creación de delegados o delegadas sectoriales o territoriales en las empresas con menos de seis trabajadores y trabajadoras, como garantía para el control de las condiciones de trabajo en estas empresas.

Propuestas políticas:

  • Incrementar la partida presupuestaria del IRSST para reducir la siniestralidad, fundamentalmente en la prevención de accidentes laborales mortales y graves.
  • Impulsar una campaña de comunicación poniendo el foco en la Prevención de Riesgos Laborales y activando la concienciación de la sociedad
  • Dotar de recursos a los organismos de control y seguimiento en la lucha contra la siniestralidad laboral.
  • Impulsar programas de vigilancia, seguimiento y control en las empresas con una alta siniestralidad.
  • La elaboración de un Plan de calidad y acreditación de los servicios de Prevención ajeno y de las entidades auditoras, con el seguimiento de las acciones que realicen.
  • El desarrollo de un Plan de Actuación de calidad y acreditación de la formación en materia de Seguridad y Salud en el trabajo que mejore la realidad actual de las entidades formativas y que incluya el seguimiento de las mismas.
  • La evaluación de riesgos de carácter psicosocial. En función de lo establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en su capítulo 3, art. 16 se propone la realización de un Plan de actuación especifico, por colectivos y sectores, en materia de riesgos psicosociales.
  • Implementar las líneas de actuación de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027.
  1. Ana Belen Casado Peñas es la responsable de salud laboral de CCOO de Madrid
  2. Fuentes: Libro de salud cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos y la fundación BBVA

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