El Banco de España acaba de publicar un estudio relativo a la incidencia de la pandemia en los trabajadores españoles y sus posibilidades de empleo en otros sectores productivos. Las mujeres, los jóvenes y los colectivos con menos formación son los más afectados.
Los sectores relacionados con el turismo, la hostelería, el ocio y el comercio, que se han visto particularmente afectados por las medidas adoptadas para limitar la incidencia de la pandemia, concentran un 19,6 por ciento del total del empleo en España.
Por otro lado, las ramas relacionadas con la distribución, la logística y la información y la comunicación —cuya demanda se vería menos afectada o incluso, en algunos casos, podría haber aumentado durante el período de confinamiento— representan un 7,4 por ciento del empleo total.
Entre los trabajadores de las ramas más afectadas, la proporción de mujeres, de jóvenes y de colectivos con menos formación, escasa experiencia y contratos temporales es especialmente elevada.
El análisis a partir de las tareas desempeñadas por los trabajadores de los diferentes sectores, sugiere que la movilidad potencial de los empleados más perjudicados por la crisis es escasa, especialmente en la hostelería y el comercio, debido en parte a la limitada intensidad de uso en esos sectores de las tareas asociadas a las tecnologías de la información y las comunicaciones, la escritura, la lectura y las habilidades numéricas.
Sin embargo, los trabajadores de ramas relacionadas con el transporte de mercancías y actividades de ocio o recreacionales podrían tener más oportunidades de encontrar un empleo en otras áreas.
Estos resultados plantean la necesidad de apoyar la formación en determinadas habilidades de los potenciales desempleados de los sectores más afectados por la pandemia para poder facilitar así su tránsito hacia nuevas vacantes.
No todos los sectores han perdido
De acuerdo con la información del número de afiliados a la Seguridad Social (sin incluir el régimen especial agrario ni el doméstico) del mes de abril, casi todos los sectores, con la excepción de la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca, y las actividades sanitarias y los servicios de atención social, han perdido trabajadores entre el 28 de febrero y el 30 de abril de 2020. Sin embargo, la intensidad ha sido diferente según los sectores.
Por un lado, las actividades artísticas, recreativas y de entretenimiento, la hostelería, la construcción, las actividades administrativas y los servicios auxiliares han sufrido caídas severas, superiores al ocho por ciento. Por otro lado, el retroceso ha sido más moderado, e inferior al dos por ciento en el suministro de agua y la gestión de residuos, las actividades financieras y de seguros, el suministro de energía eléctrica y el servicio doméstico.
En estos momentos persiste una gran incertidumbre sobre cómo cambiará la demanda tras la finalización de las medidas de confinamiento y, en general, cuando se disponga de un tratamiento eficaz contra la enfermedad.
En este contexto, parece plausible asumir que las actividades relacionadas con el turismo seguirán presentando una demanda débil durante algún tiempo, como es el caso del transporte de pasajeros, la hostelería, la restauración y el ocio.
Asimismo, el reciente incremento del porcentaje del comercio por internet ha acelerado el cambio de las pautas de consumo hacia un menor uso del comercio tradicional, lo que también podría impactar negativamente en el empleo del comercio minorista y del mayorista. En este contexto, la primera sección del artículo analiza las características de los ocupados de estas ramas de actividad y las compara con las de los ocupados del resto de las actividades para determinar qué colectivos se pueden ver más afectados por la coyuntura actual.