En una carta abierta publicada el martes 28 de julio de 2020 en la revista estadounidense Variety, un número representativo de estrellas de la música, reunidas en torno a la organización Artists Rights Alliance que defiende los derechos de los artistas, reclaman a los candidatos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos, que pidan autorización para utilizar sus canciones en los mítines de campaña.
Después de la anterior campaña fueron muchos los músicos que se quejaron, e incluso amenazaron con denuncias, por la utilización de algunas de sus canciones en las apariciones públicas de Donald Trump, entonces candidato y hoy presidente ultraconservador y xenófobo de Estados Unidos.
Para los firmantes de la carta abierta, entre los que figuran los Rolling Stones o Neil Young, pedir la autorización de autores e intérpretes «es la única manera de proteger a vuestros candidatos de una querella jurídica, una polémica superflua que enturbie la campaña y un atolladero moral». De hecho, a finales de junio pasado, los Rolling amenazaron a Donald Trump con una denuncia si su equipo de campaña continuaba utilizando la canción «You Can’t Always Get What You Want» para animar a los simpatizantes que acudían a los mítines.
La banda británica recurrió al BMI, organismo de protección de los derechos musicales, que se dirigió a los organizadores de la campaña de Donald Trump notificando el embargo de cualquier canción de los Rolling Stones durante la campaña: «Si no lo tienen en cuenta y persisten, entonces les denunciaremos por romper el embargo y utilizar música no autorizada», avisaba en un comunicado publicado en el informativo digital hollywoodiense Deadline.
En cuanto a Neil Young, quien abiertamente apoya al candidato demócrata Joe Biden, también ha amenazado a Trump con una denuncia en toda regla si, a pesar de sus numerosas advertencias, sigue utilizando la canción «Rockin’ in the free world» como «si se tratara del tema oficial de su campaña».
Además de los Rolling y Young, los herederos de Prince, Adele, R.E.M., Pharell Williams, Rihana, Aerosmith y Queen, entre otros, han denunciado el uso de sus obras en los mítines republicanos sin pedir previamente permiso.
No se trata de nada que no ocurriera antes: «El problema no es nuevo, ni tampoco está relacionado con un partido político en concreto», recuerdan los firmantes de la carta, entre los que se encuentran también las cantantes Sia, Lorde, Alanis Morissette y Courtney Love, los músicos Elton John y Lionel Ritchie, y los grupos Pearl Jam, Green Day, Blondie o Likin’ Park. «Que se nos utilice políticamente de esta manera puede ir en contra de los valores personales de un artista», y añaden que la legislación estadounidense está de su parte.
Pero el problema es que también está de parte de los candidatos, quienes pueden conseguir permisos de las sociedades que se ocupan de los derechos de autor, como la Ascap (American Society of Composers, Authors, and Publishers) y otras, que los conceden sin pedir la autorización explícita de los compositores, cantantes o grupos.
Aunque el derecho de Estados Unidos también prevé que un artista pueda pedir que no se utilicen sus obras en actos electorales «dando a entender de manera equivocada que el artista apoya al candidato en cuestión», según declaraciones a Variety de la Asociación estadounidense de la industria del disco (RIAA).