Ecologistas en Acción califica de «preocupantes» los niveles de contaminación en el entorno de los colegios e institutos de Madrid, tras conocer los datos de unas mediciones por dióxido de nitrógeno hechas en febrero de 2022, en el entorno inmediato de los centros escolares situados en las calles con más tráfico de la ciudad.
Los medidores han sido instalados por voluntarias formadas por la organización, en farolas, a una altura aproximada de tres metros y respetando el resto de criterios legales (distancia a grandes cruces, edificios y calzadas, ausencia de obstáculos, etc.). También se han ubicado medidores en las propias estaciones de medición oficiales o en sus proximidades, para comprobar la fiabilidad y la precisión de las mediciones, que se ha considerado como alta como se precisa en el informe.
El contaminante analizado ha sido el dióxido de nitrógeno (NO2), emitido por el tráfico urbano (sobre todo por los vehículos diésel), gas tóxico que en el cambio de siglo registraba en Madrid niveles muy elevados, por encima de los límites legales entonces vigentes. En diciembre de 2009 el Ayuntamiento de Madrid trasladó las estaciones con peores registros, por lo que estos desaparecieron de los controles oficiales.
No obstante, con los resultados de esta campaña de medición y de otras efectuadas en noviembre de 2020 y febrero de 2021, Ecologistas en Acción ha podido comprobar que la situación real de la contaminación atmosférica en las ciudades y en los centros educativos urbanos es muy preocupante en Madrid.
De los centros educativos a estudio de la ciudad de Madrid, en ocho se supera la referencia del valor límite anual legal de NO2 (40 µg/m3). Los peores ha sido los ubicados en las entradas de grandes autopistas metropolitanas, como es el caso de la autovía de Extremadura, A-5 (el colegio situado en los alrededores ha alcanzado 82 µg/m3, más del doble de la referencia del límite legal), seguido por otro centro localizado en las proximidades de la Plaza Elíptica, bajo la que discurre la autovía A-42, Madrid-Toledo, con un registro de 71 µg/m3. Queda una vez más en evidencia la estrecha correlación entre tráfico motorizado y NO2.
Cinco de estos puntos ubicados en los alrededores de centros educativos de Madrid han superado también la concentración media de NO2 registrada en los dosímetros instalados junto a la estación oficial de la Plaza Elíptica (53 µg/m3), que es la estación de España que registra peores niveles de dióxido de nitrógeno durante los últimos años.
Se puede concluir que todos los centros educativos a estudio en la ciudad de Madrid exceden la referencia del valor límite anual legal de NO2, y están expuestos a un aire que por lo menos cuadruplica la concentración media anual de NO2 considerada perjudicial para la salud por la OMS, llegando a multiplicarla hasta por siete y ocho veces en el periodo muestreado. Todos los centros educativos muestreados también superan ampliamente la guía diaria de la OMS.
Ecologistas en Acción recuerda que el primer criterio legal de ubicación de las estaciones de medición es implantarlas en «las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta». Regla que a la vista de los resultados de las campañas de medición de Ecologistas en Acción está siendo incumplida palmariamente en muchas ciudades.
La oenegé indica que «no hablamos de un problema menor: el dióxido de nitrógeno (NO2) provoca cada año alrededor de siete mil muertes prematuras en España, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, incrementando la mortalidad de enfermedades como la COVID-19».
La población infantil es especialmente sensible a la contaminación atmosférica, debido a su elevada frecuencia respiratoria, a su mayor exposición en el ambiente exterior y la inmadurez de sus sistemas respiratorio e inmunitario, siendo el NO2 un potente inmunodepresor. Por ello es muy importante evaluar sus concentraciones en los entornos escolares, donde la población infantil y adolescente pasa buena parte de su vida.
Ecologistas en Acción demanda que se ponga un especial empeño en mejorar la calidad del aire en los alrededores de los centros educativos. Para ello es necesario priorizar el transporte público, compartido, en bicicleta y peatonal, creando corredores de acceso libres de coches, además de limitar el aparcamiento y el tráfico en las calles del entorno y, muy especialmente, en las inmediaciones de las entradas a los centros.