La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, reconocida como el evento literario más importante del mundo en español, cerró su edición de 2024 con España como País Invitado de Honor con un récord de asistencia y ventas.
Bajo el lema ‘Camino de ida y vuelta’, el programa diseñado por el Ministerio de Cultura y Acción Cultural Española (AC/E) reunió a más de 170 autores y cerca de 230 participantes en actividades literarias, musicales, cinematográficas, gastronómicas y de artes visuales.
La FIL 2024 marcó un récord histórico de asistentes al superar los 900.000 visitantes, lo que reforzó el protagonismo de España como epicentro cultural de esta edición.
Con una participación integral en todas las secciones de la feria, España destacó no solo por la cantidad y calidad de sus actividades, sino también por su capacidad para reflejar la riqueza y diversidad cultural del país.
Un proyecto cultural integral y diverso
Según Sergio Ramírez, comisario literario del programa, la participación española fue concebida como un «proyecto de Estado». Este enfoque permitió trascender la literatura, que fue el eje principal, para incluir expresiones culturales como la música, el cine, la gastronomía y las artes plásticas.
El objetivo era ofrecer una visión plural y diversa de España, destacando su idiosincrasia y sus vínculos históricos con América Latina.
Inclusividad y diversidad lingüística
Uno de los aspectos más destacados del programa fue su enfoque inclusivo y la representación de las lenguas cooficiales del Estado español. En las 35 conversaciones literarias organizadas, participaron autores que escriben en español, catalán, gallego y euskera, lo que permitió mostrar la riqueza lingüística de España.
Además, estas actividades contaron con un equilibrio de género, subrayando el compromiso del país con la igualdad y la representación justa.
Sostenibilidad: una apuesta clave del pabellón español
El pabellón de España, diseñado por el estudio de arquitectura BURR, fue una de las atracciones principales de la feria. Concebido como un bosque interior de 1200 metros cuadrados, destacó por su compromiso con la sostenibilidad y el reciclaje. Tanto el mobiliario como la vegetación del pabellón fueron diseñados para tener una segunda vida tras la feria.
La vegetación fue donada al Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, mientras que el mobiliario se destinó a la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco y al Centro Cultural de España en México. Estas donaciones refuerzan el legado cultural y ambiental de España en el marco de la FIL.
Récords de ventas y afluencia en la librería
El pabellón también albergó una librería gestionada por la Librería Carlos Fuentes de la Universidad de Guadalajara. Con más de 16.000 ejemplares disponibles de 300 editoriales, esta librería alcanzó un récord de ventas, superando el 50 por ciento de los libros ofrecidos.
Más de 140.000 personas visitaron este espacio, consolidándolo como el mejor año en ventas para un pabellón de País Invitado de Honor.
Programas literarios y profesionales: un enfoque integral
El programa literario fue uno de los pilares de la participación española, pero no fue el único. También se destacó un robusto programa profesional que reunió a agentes clave del sector editorial, como editores, libreros, bibliotecarios e ilustradores.
Entre las iniciativas más importantes estuvieron el Festival Otra Mirada, enfocado en librerías y editoriales independientes iberoamericanas, y el foro de ilustración FILustra. Estos espacios permitieron explorar nuevas oportunidades de colaboración y fortalecer los lazos entre los profesionales de ambos lados del Atlántico.
Música, gastronomía y cine: pilares culturales complementarios
Conciertos en el Foro FIL
España organizó nueve conciertos en el Foro FIL, uno por cada noche de la feria, que reunieron a cerca de 10.000 espectadores.
Estos espectáculos abarcaron una diversidad de géneros musicales y lenguas, destacando actuaciones de artistas como Miguel Poveda, Rodrigo Cuevas, María José Llergo y Califato ¾. Este enfoque reflejó la riqueza y pluralidad de la música española, cautivando al público mexicano.
Gastronomía: un menú que conecta culturas
La chef Begoña Rodrigo, con una estrella Michelin, lideró la propuesta gastronómica de España en la FIL. Su menú, basado en productos de la huerta valenciana, fue un éxito en el restaurante Los Vitrales del Hotel Barceló Guadalajara. Además, Rodrigo participó en conversatorios sobre la relación entre gastronomía y cultura, dejando una huella imborrable en el público asistente.
Cine: historias que conectan
El cine español también tuvo un espacio destacado con el ciclo Del papel a la pantalla, que incluyó películas como Un amor, Blancanieves y el documental Los mundos sutiles.
Estas proyecciones fueron seguidas por debates abiertos, que permitieron al público profundizar en la conexión entre literatura y cine.
Legado cultural y solidaridad
La participación española dejó un impacto tangible en México. Además de las donaciones de libros y mobiliario, la FIL anunció la donación de 75.000 euros para los afectados por la DANA en la Comunidad Valenciana.
Este gesto subrayó la importancia de la solidaridad y el compromiso social en el marco de la cooperación cultural.
FIL Niños: un espacio para las nuevas generaciones
Más de 1200 niños participaron en actividades organizadas por España, destacando la obra circense QUIXOTE, que fusionó teatro y circo en una reinterpretación del poema sinfónico de Richard Strauss.
Esta propuesta demostró el compromiso de España con la promoción de la cultura entre las nuevas generaciones.
Un cierre emblemático y un relevo a Barcelona
La participación de España en la FIL concluyó con el tradicional acto de cambio de estafeta, donde el embajador español en México, Juan Duarte Cuadrado, entregó el testigo a Xavier Marcé, concejal de Cultura e Industrias Creativas del Ayuntamiento de Barcelona. La ciudad catalana será el País Invitado de Honor en 2025, asegurando la continuidad de este puente cultural entre España y América Latina.
