El objetivo manifiesto del Gobierno de Coalición de PSOE y Podemos ante la crisis económica ocasionada por la COVID-19 ha sido que nadie se quedara atrás, no dejar atrás a nadie. Sin embargo, el funcionamiento del sistema, concretamente del Servicio Público de Empleo Estatal, (SEPE), está dejando mucho que desear. Para aquellas personas que se quedaron sin empleo y fueron a parar a engrosar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) y también para los que se vieron en esa circunstancia por cualquier otra causa. 

Es la situación de Carlos, trabajador de una empresa de productos metálicos situada en uno de los polígonos industriales de Leganés. En el caso de esta empresa, la tormenta Filomena destruyó los locales de trabajo hundiendo los techos. La empresa solicitó la aplicación de un expediente de regulación de empleo por causa de fuerza mayor con fecha 19 de enero de este año. En menos de tres semanas, la Autoridad Laboral de la Comunidad de Madrid autorizó el Expediente para un total de veinte trabajadores. Desde entonces, casi nada. 

Solo tres trabajadores, dos de ellos de baja por distintas causas en el momento del desastre de Filomena, han cobrado la subvención correspondiente al ERTE. El resto, nada. De los diecisiete trabajadores restantes, todos menos cinco, se han reincorporado ya al trabajo y han vuelto a cobrar su sueldo. Del dinero del ERTE no han visto un duro.

El caso de Carlos y sus cuatro compañeros, que aún no han podido incorporarse al trabajo porque la maquinaria correspondiente a su puesto no ha podido ser repuesta, es el más grave. Llevan ocho meses sin cobrar un euro. Ante sus reclamaciones no han conseguido que la administración les dé una respuesta coherente. Solo les dicen que el expediente está correctamente presentado y aprobado, que no hay ningún problema.

Pero siguen sin cobrar. Y lo que es peor, sin una respuesta o una fecha que les permita organizar sus vidas. Nadie sabe nada en la administración cuando, a duras penas, consiguen que alguien les coja el teléfono. Tampoco han conseguido que nadie les reciba y les dé una explicación.

Fuentes internas del SEPE, consultadas por este medio, han confirmado que no hay razón alguna para que no se haya pagado el ERTE a estos diecisiete trabajadores y entienden como posible causa del largo retraso el hecho de que las oficinas del SEPE en la Comunidad de Madrid estén más colapsadas por el trabajo ante el mayor número de solicitudes y la escasez de plantilla. Eso explicaría que aquellos trabajadores con residencia en Castilla la Mancha si hayan recibido sus prestaciones. 

Mientras tanto, hay que decir que la empresa se está portando muy bien con los trabajadores que no se han podido reincorporar. Sigue pagando la seguridad social mensualmente e incluso le ha adelantado dinero a Carlos para que pueda hacer frente a los gastos imprescindibles. 

Pero el tiempo pasa y la Administración no dice nada ni paga las prestaciones. Carlos trata de matar el tiempo como puede, paseando, saliendo a la calle cada día sin saber muy bien que hacer, sin un solo dato o fecha a los que agarrarse para organizar su vida.

El mal funcionamiento de la administración no sale gratis al ciudadano. Ni la gente puede comer con efecto retroactivo ni las situaciones se pueden eternizar. El «Vuelva usted mañana» de Larra ni siquiera se puede poner en práctica ahora. Solo puede abrir uno la fría pantalla del ordenador para obtener la misma frase, pero en lenguaje digital.

2 COMMENTS

  1. Corroboro la información de Carlos, soy trabajador y he estado cinco meses sin cobrar el Erte. Por fin en Agosto me pagaron esa deuda que me sirvió para devolver a los que Sí me ayudaron, y no fue precisamente este gobierno.

  2. Detrás de estas persona hay familias, necesidades, hipotecas, cuentas por pagar… O es que al banco también se le puede decir que espere sin más?

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