Una docena de pozos de más de tres metros de profundidad permanecen abiertos en una fábrica abandonada hace diez años por la empresa Recicladhor en Leganés (Madrid), en el límite con los municipios de Alcorcón y Fuenlabrada.
Las tapas metálicas de estos pozos han sido sustraídas hace tiempo y el ayuntamiento no ha colocado barreras que impidan el acceso desde una zona muy frecuentada por su cercanía al parque de Polvoranca. Las bocas abiertas de los pozos aumentan su peligro con la oscuridad.
Además de estos, en la antigua fábrica existen profundas caídas entre piso y piso, dado el deterioro del edificio.
Se trata de una situación de auténtico peligro para los niños que pudieran acercarse hasta allí y, especialmente, para los jóvenes que suelen entrar en la parcela, de noche, para hacer pintadas y botellones. Además, el lugar aparece reflejado en muchas páginas web de citas sexuales clandestinas.
La parcela fue concedida a la empresa Recicladhor en septiembre de 2005 por el ayuntamiento de Leganés por cincuenta años, con un canon anual de algo más de 57 mil euros y el ayuntamiento mantiene la propiedad.
Justo al lado de esa parcela se alza en la actualidad una planta de reciclado municipal, Recicladhor, que se dedicaba al reciclaje de material de construcción desechado para machacarlo y fabricar hormigón que vendía recién hecho para su utilización. Las básculas de las hormigoneras permanecen en el terreno como mudos testigos de la ruina de la empresa, que se declaró en quiebra en el año 2010 como consecuencia de la crisis en la construcción.
Han pasado diez años y la parcela es responsabilidad municipal, pero nada se ha hecho para limpiarla o protegerla y proteger asimismo a los ciudadanos. El acceso a las instalaciones es fácil y a los restos de construcción acumulados en la fabrica se han sumado los escombros que, debido a la facilidad de acceso, han ido acumulando allí desaprensivos que no se molestan en buscar un destino final legal para sus desechos.
En el recinto y en las cercanías se acumulan restos de todo tipo: colchones, muebles, ladrillos, hierros, cristales e incluso restos de una plantación de hachís.
El ayuntamiento conoce esta situación, porque la organización vecinal «Ciudadanos y ciudadanas por el Cambio» la hizo pública hace años y reclamó la responsabilidad al consistorio.
Recientemente, otros ciudadanos han vuelto a denunciar la situación de descuido y abandono de este paraje y el peligro que supone, especialmente los más jóvenes, hasta ahora sin demasiada suerte. Nadie les ha hecho caso «hasta que pasé algo» nos comenta uno de ellos.
Gracias por la información.