Las cartas de un amor clandestino

El género de la novela biográfica se le da muy bien a la escritora Susana Fortes. A sus anteriores «Esperando a Robert Capa», sobre el fotógrafo de origen húngaro y su novia Gerda Taro, y «El amor no es un verso libre», donde recrea el romance secreto del poeta Pedro Salinas con la estudiante norteamericana Katherine Whitmore, añade ahora «Sólo un día más», basado en las relaciones entre el escritor Albert Camus y su amante, la actriz española María Casares.

El origen y el desarrollo de esta historia la encuentra Susana Fortes en las cartas (más de ochocientas) que se cruzaron ambos protagonistas durante los dieciséis años que mantuvieron aquellas relaciones, desde 1944 hasta la muerte del Premio Nobel en 1960. La última de esas cartas la recibió María Casares al día siguiente de que un accidente de coche segara la vida de Camus.

Claro que la novela de Susana Fortes no es sólo una recreación de aquellos amores clandestinos sino que, en paralelo al romance de los amantes va desarrollando una crónica de los acontecimientos de aquellos años convulsos que forman el trasfondo sobre el que discurre la intrahistoria de la pareja.

Se inician con el exilio en París de la familia de María después de la guerra civil española (su padre Santiago Casares Quiroga había sido ministro en varios gobiernos de Manuel Azaña) y continúan fluyendo por la Segunda Guerra Mundial y el París ocupado por los nazis, la liberación y la entrada en la capital francesa de las tropas aliadas entre las que hay tanques con nombres españoles, la independencia de Argelia, la guerra de Corea, la invasión de Hungría por los tanques de la Unión Soviética…

También se recrean episodios de aquellos años al margen de la Historia (con mayúsculas), como la forzada renuncia de Boris Pasternak al Premio Nobel de Literatura, el enfrentamiento de la pareja Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir con Albert Camus por su rechazo a todos los totalitarismos, incluido el soviético con el que simpatizaban el filósofo y su compañera… y la marginación del escritor por parte de cierta izquierda por defender la abolición de la pena de muerte, incluso a los colaboracionistas (llegó a firmar una carta para que no se fusilase al escritor Robert Brasillach).

Y también se alude a la guerra de la antigua Yugoslavia y a la tragedia de Sarajevo, justificada aquí por los orígenes de uno de los personajes de la trama literaria de esta novela.

Porque «Sólo un día más» tiene una estructura en la que se van alternando en paralelo dos relatos que, aunque transcurren en épocas distintas, están marcados por idénticas emociones: el amor, la enfermedad, la incertidumbre, la tragedia y también la muerte.

Un relato real, el de María Casares y Albert Camus; el otro literario, en el que la narradora se implica con tanta fuerza en los avatares de esta pareja real que llega a identificarlos con los que vive con la suya, un escritor bosnio refugiado en España con el que mantiene una pasión amorosa con la misma fuerza con la que María Casares y Albert Camus vivían la suya, y que la protagonista identifica con la fuerza del oficio de escribir.

Uno de los atractivos de la novela es el planteamiento que Susana Fortes analiza en los sentimientos de María Casares ante la encrucijada sentimental que la fuerza a elegir entre continuar una relación apasionada o renunciar a ese amor para no interferir en la vida familiar de Camus con su esposa Francine y con sus hijos.

Duda si tiene que aceptar ser para siempre «la otra» a cambio de vivir un amor que está segura de que jamás conocerá otro igual. Una encrucijada que ocasiona en la pareja continuos desencuentros y que la obliga a vivir largos periodos de separación, además de los causados por las giras teatrales de María y por los viajes de Camus y las curas de reposo del escritor durante las convalecencias de su tuberculosis en hospitales y en casas de campo, inaccesibles para María.

Esas separaciones fueron las que propiciaron la gran cantidad de cartas de su correspondencia. Y un cierto alejamiento provocado también por las consecuencias de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Albert Camus en 1957, a causa del que arreciaron las críticas desde aquellos sectores que ya lo habían condenado.

Sin embargo esas circunstancias que los separaban parecían destinadas por fin a encauzarse en una relación estable cuando la tragedia irrumpió en sus vidas. Tal vez ese destino no llegó a cumplirse por un solo día, por un día más.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

1 COMENTARIO

  1. Al completo artículo del colega, tan solo ampliar los datos sobre el padre de María Casares, que no solo fue ministro, fue el presidente del Gobierno cuando estalló el 18 de julio de 1936 la sublevación militar reconvertida luego en Guerra Civil. Es conocido que hablaba ese mismo día de la «lealtad a la República» del golpista Mola pero todavía lo es más, su frase después de haber sido advertido del golpe militar, «si los militares se quieren levantar yo me voy a acostar».

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