La reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, una medida que está por implementarse en España tras un acuerdo alcanzado por los sindicatos y el Gobierno, está impulsando a las empresas a replantearse sus estrategias operativas y organizativas.

Este cambio no solo busca mejorar el equilibrio entre la vida personal y profesional de los empleados, sino también abrir la puerta a modelos de trabajo más flexibles que permitan una mayor adaptación a las necesidades individuales y empresariales.

En este contexto, la flexibilidad laboral se presenta como un elemento clave para maximizar los beneficios de esta medida.

La flexibilidad como asignatura pendiente

La nueva normativa permitirá a los trabajadores cumplir con una media de 37,5 horas semanales, lo que podría implicar semanas con jornadas más ligeras, como de 36 horas, compensadas por otras de mayor carga, como 39 horas.

Este enfoque ofrece a las empresas y empleados la posibilidad de flexibilizar horarios para encajar con este nuevo marco, promoviendo un entorno más adaptable y equilibrado.

Según el estudio Better Work 24, elaborado por Betterfly: «Escuchar para potenciar el Compromiso Organizacional», revela que la flexibilidad laboral es el beneficio más valorado por el 40 por ciento de los trabajadores en España, destacándose como un componente esencial para atraer y retener talento.

Desde esta perspectiva, uno de los principales retos que enfrentan las empresas es convertir la flexibilidad en una realidad tangible, mediante estrategias integrales, como la retribución flexible, que ofrezcan beneficios personalizados y refuercen la satisfacción y el compromiso de los empleados.

«Medidas como la reducción de la jornada laboral nos invitan a rediseñar las dinámicas laborales, creando formas de trabajar más flexibles, que beneficien tanto a empleados como a empleadores. Y para que estos cambios sean realmente efectivos, es fundamental acompañarlos con iniciativas como formación, acompañamiento y planes de beneficios que respondan a estos nuevos entornos de trabajo», señala Antonio Sas, director general de Betterfly.

El «II Informe de Pymes y Autónomos de España» de Hiscox respalda esta tendencia, indicando que un 31 por ciento de las empresas ya perciben la reducción de la jornada como un catalizador de productividad.

En este contexto, la flexibilidad no sólo fomenta un ambiente más equilibrado, sino que también se consolida como una herramienta para competir en un entorno laboral en constante evolución.

Recomendaciones para las empresas

  1. Reorganizar horarios: Diseñar estrategias que permitan a los empleados ajustar sus tiempos de trabajo a sus necesidades personales y laborales.
  2. Invertir en tecnología: Facilitar la gestión de horarios, tareas y acceso a beneficios mediante soluciones digitales.
  3. Una estrategia integral: Integrar opciones de formación, programas de desarrollo personal y herramientas de desconexión laboral.

La reducción de la jornada laboral supone un cambio que implica que las empresas reorganicen su manera de trabajar.

Al adoptar estrategias basadas en la flexibilidad y el bienestar de los empleados, las organizaciones pueden no solo adaptarse a este cambio, sino también fortalecer su capacidad para enfrentar un entorno laboral en constante evolución.

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