Vecinos de Tetuán han impedido nuevas obras en el negocio del chef Dani García en la «cocina fantasma» que ha montado en la calle Morando 6, tras pedir la intervención de la Policía Municipal, que pudo verificar en el lugar que la propiedad carecía de declaración responsable o autorización para llevarlas a cabo, y por supuesto del permiso de la comunidad de vecinos, informa la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).
El vecindario no entiende cómo el Ayuntamiento permite que continúe su actividad La Gran Familia Mediterránea, una empresa que acumula decenas de irregularidades y ha convertido su vida en una auténtica pesadilla debido a los malos olores, ruidos y problemas de movilidad, indica la FRAVM.
– El vecindario no entiende cómo el Ayuntamiento permite que continúe su actividad La Gran Familia Mediterránea, una empresa que acumula decenas de irregularidades y ha convertido su vida en una auténtica pesadilla debido a los malos olores, ruidos y problemas de movilidad
El Consistorio emitió en octubre 2022 un informe que certifica que la actividad de la dark kitchen vulnera las ordenanzas municipales de calidad del aire y ruido, y usa instalaciones y aparatos que no se corresponden con el proyecto técnico presentado por Dani García
Muchas vecinas y vecinos afectados por la actividad de la cocina fantasma de La Gran Familia Mediterránea en la calle Morando 6 (Tetuán, Madrid), propiedad del famoso chef Dani García, están convencidos de ser víctimas de un claro trato de favor del Ayuntamiento de Madrid hacia el cocinero y empresario. Y no es de extrañar. ¿Cómo explicar que su polémico negocio siga abierto a pesar de acumular una irregularidad tras otra?
La última incidencia tuvo lugar este fin de semana (12 de noviembre 2022) cuando La Gran Familia Mediterránea (marca de la mercantil Rima Gastronómica SL) trató de hacer obras en las chimeneas de la nave de Morando 6 sin ningún tipo de permiso o licencia, pero los vecinos y vecinas lo impidieron. En la mañana del sábado, tras cortar la calle, un camión contratado por la empresa descargó una grúa y una estructura metálica que en teoría iba a instalarse en la fachada del edificio para poder acceder a las chimeneas.
Varias personas que presenciaron la operación, alarmadas por los riesgos para la seguridad del vecindario, llamaron a la Policía Municipal, y una patrulla se personó en el lugar y requirió la documentación de los trabajos a los responsables de la dark kitchen. Para su sorpresa, esta no tenía licencia de obra, ni declaración responsable, ni permiso para cortar la calle, y mucho menos autorización de la comunidad de propietarios. Finalmente, no sin antes insistir durante horas para poder continuar los trabajos, la compañía tuvo que desistir de su propósito.
«Esto es una pequeña victoria de los vecinos, pero hemos de seguir luchando hasta que cierren unas cocinas que deberían estar ubicadas en una zona industrial y no junto a nuestras viviendas. Estamos desesperados por los olores a fritanga mala que generan; por el ruido de los extractores, que suenan como las turbinas de un avión; por la ocupación de la vía pública de los riders, que muchas veces bloquean nuestros portales…problemas que sufrimos desde las diez de la mañana a las doce de la noche, el horario de actividad de las cocinas», relata Raquel, una de las vecinas damnificadas.
«Nos están haciendo la vida imposible, y por eso pensamos llevar el problema a los tribunales», añade Raquel, quien forma parte de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma.
En septiembre, la FRAVM, que ha apoyado en todo momento a la plataforma y a los vecinos y vecinas de Morando, presentó una denuncia ante el Ayuntamiento de Madrid con el fin de que aclarara la situación legal de la cocina fantasma y explicara públicamente «la secuencia errática de decisiones que afectan al local a fin de despejar las dudas y sospechas de favoritismo que se han generado». Además, pedía una inspección urgente del inmueble.
La FRAVM presentó su escrito tras comprobar que el 14 de septiembre Dani García había vuelto a abrir sus cocinas sin haber acometido ninguna acción que subsanase las irregularidades que llevaron al Ayuntamiento a decretar su cierre unas semanas antes.
En el escrito, la FRAVM pregunta a la gerente de la Agencia de Actividades (ADA) del Ayuntamiento de Madrid «¿Por qué no se han hecho efectivas las resoluciones de cese y demolición [de las obras ejecutadas ilegalmente]? ¿Por qué la Agencia de Actividades (ADA) constata una serie de deficiencias y/o incumplimientos en julio y, sin embargo, se concede licencia de funcionamiento un mes después sin que se hayan realizado obras en el local en ese tiempo? ¿Por qué se concede licencia de funcionamiento estando vigente la moratoria [para las llamadas cocinas agrupadas]?»
Rima Gastronómica SL no solo desobedeció la orden de este verano de demoler las obras que había ejecutado ilegalmente, sino que antes había desobedecido una resolución del Consistorio de cese y clausura de la actividad de cocina industrial «por carecer del preceptivo título habilitante».
Informe negativo de Medio Ambiente
Tras la denuncia de la federación, técnicos de la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental del Ayuntamiento de Madrid hicieron dos inspecciones en el local, el 22 de septiembre y el 4 de octubre 2022, que han dado lugar a un informe demoledor.
Según este informe, tras medir «los niveles sonoros transmitidos por el funcionamiento de las chimeneas y sistema de climatización a máxima potencia», la cocina industrial incumple la Ordenanza de Protección contra la Contaminación Acústica y Térmica (OPCAT) al superar el límite de ruido en cuatro dBA.
Además, la altura de las chimeneas es insuficiente, por lo que incumple también la Ordenanza de Calidad del Aire y Sostenibilidad (OCAS), y tanto los elementos de cocinado instalados como la instalación y los equipos del sistema de climatización no se corresponden con lo indicado en el proyecto técnico.