Premiada con el Colón de Plata Premio del Público en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva 2021, la película chilena «El Pa (de) ciente», segundo largometraje de Constanza Fernández (‘Mapa para conversar’), es una adaptación del libro homónimo del doctor Miguel Kottow, conocido oftalmólogo chileno y una eminencia en el campo de la bioética, en el que cuenta su experiencia en la sanidad privada de su país tras padecer la enfermedad conocida como «síndrome de Guillaine Barré», que va paralizando progresivamente el cuerpo del enfermo.
A la realizadora le afectó especialmente su lectura ya que el protagonista es el abuelo de su hijo.
Este viaje por un deterioro corporal que conduce a la pérdida de todas las seguridades, nos cuenta la historia de un doctor «convertido en paciente, uno de esos semidioses de nuestra sociedad doblemente vulnerado por su enfermedad y por un sistema de salud deshumanizado».
La película es una reflexión serena y enervante sobre el sistema de salud en tantos países occidentales donde el estado no alcanza a cubrir todas las necesidades de una sanidad universal con carácter social y empuja a los ciudadanos –a los que puedan permitírselo, claro- a contratar pólizas de seguros privados, cuyo funcionamiento está absolutamente mecanizado y no deja el más mínimo resquicio para una atención personalizada. Además, pone de manifiesto «la pérdida de la dignidad del ser humano con la deshumanización y tecnificación en la atención ante la enfermedad».
«Empecé a trabajar este guion -ha dicho la directora- a partir de la idea de que en la vida moderna hay una progresiva tecnificación de los servicios de salud, sobre todo en el ámbito privado, donde se termina privando de dignidad a las personas enfermas. El mercado moldea con metas, objetivos y resultados económicos la vida en un hospital, haciendo desaparecer la situación existencial en que están las personas que acuden a él y olvidando que la medicina es ante todo una práctica social».
Protagonizada por el actor chileno Héctor Noguera (‘Mr.Kaplan’, nominado a los Premios Goya), «El pa (de) ciente» estuvo a punto de no poder filmarse ya que transcurre casi íntegramente en un hospital y afortunadamente la terminaron justo antes de aparecer la pandemia, lo que la convierte en «premonitoria y muy actual».