Andrea Blandín
Después de veintisiete años de trámites intentando conseguir el proyecto para el desarrollo urbanístico del norte de la capital, ahora todos los grupos políticos han dado luz verde a la Operación Chamartín por unanimidad, en plena crisis del coronavirus.
La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), Ecologistas en Acción y la Plataforma Zona Norte critican que la Comunidad de Madrid haya aprobado el proyecto, ya que no se explican por qué no han esperado a que la situación derivada derivada de la pandemia acabase. Más aun teniendo en cuenta la situación de España, y en concreto la de la Comunidad.
La Operación Chamartín es el plan urbanístico de mayor envergadura de la capital, y el que más rodeado está de escándalos, corruptelas, irregularidades y controversias. Por ello, los distintos grupos se preguntan si la Comunidad de Madrid ha aprovechado para aprobarlo ahora que la mirada mediática está centrada en la COVID-19.
Aunque el Consejo de Gobierno de la Comunidad haya aceptado el proyecto, este carece de la aprobación del consenso social. La mayoría de las asociaciones vecinales de los barrios afectados por la operación lo rechazan.
La queja de FRAVM y Ecologistas en Acción es que esta operación pretende cambiar suelos públicos a entidades privadas por un precio insignificante en comparación con los beneficios que van a lograr los compradores.
Madrid Nuevo Norte
Madrid Nuevo Norte, conocido como Operación Chamartín, está impulsado por el promotor privado Distrito Castellana Norte (DCN), formado por el BBVA, Merlín y la Constructora San José; y está salpicado por el caso Villarejo.
La Operación Chamartín es considerada como un ejemplo de colaboración público-privada. Prevé la construcción de 10.500 viviendas (2100 con algún tipo de protección); un distrito financiero alrededor de la estación de Chamartín, que es el eje del desarrollo; la reforma completa de la calle de Agustín de Foxá, con un túnel de 1,4 kilómetros que conectará con el nudo norte; tres nuevas estaciones de Metro; y 250.000 metros cuadrados para instalaciones deportivas y educativas.
Según los cálculos que constan en la memoria del expediente, supondrá una ganancia económica de 3792,5 millones de euros solo en el pago de impuestos. En cuanto a la creación de empleo, se prevén 120.000 puestos de trabajo que se crearán durante la fase de construcción del nuevo barrio, y 250.000 cuando esté terminada la obra.