Paula Maddox
El martes 19 de mayo de 2020 se produjo, en el Parlamento de Budapest (Hungría), la votación de una nueva ley que prohíbe el reconocimiento legal de las personas transgénero e intersexuales.
Ante tal vulneración de los derechos humanos, la investigadora de Amnistía Internacional Krisztina Tamás-Sáróy declaró que esta decisión «hace retroceder a Hungría a la Edad Media y pisotea los derechos de las personas transgénero e intersexuales. No sólo las expondrá a más discriminación, sino que, además, ampliará el entorno que ya es intolerante y hostil, al que se enfrenta la comunidad LGBTI».
«La identidad de género de todas las personas debe estar reconocida legalmente y todas las personas deben poder cambiar su nombre legal y las menciones relativas al sexo en todos los documentos oficiales», apuntó.
Vulneración de derechos
Esta nueva ley obliga a inscribir el sexo de las personas al nacer en el registro nacional de nacimientos, matrimonios y defunciones, el cual no podrá modificarse posteriormente. Como consecuencia, en el documento de identidad de cada persona figuraría la misma información, sin posibilidad de cambiarla, lo que limitaría la posibilidad de que las personas transgénero e intersexuales inscribieran su nombre y obtuvieran la documentación correspondiente con arreglo a su identidad de género.
Así mismo, esta ley representa el intento más reciente de recortar los derechos de las personas transgénero e intersexuales, habiendo recibido críticas generalizadas tanto en Hungría como en el ámbito internacional.
«Es fundamental que el comisario para los Derechos Fundamentales de Hungría actúe con urgencia y pida que el Tribunal Constitucional revise y anule de forma expeditiva las terribles disposiciones de esta ley», sentencia Tamás-Sáróy.