La organización independiente y progresista Movemos Europa (WeMove.EU), ha conseguido movilizar a la ciudadanía y recoger en 72 horas más de 270.000 firmas para exigir a las instituciones de la Unión Europea que denieguen las autorizaciones y fondos a los Gobiernos de España y Canarias para la construcción del Puerto de Fonsalía.

La organización recuerda que en la actualidad solo hay cuatro Lugares Patrimonio de Ballenas en todo el planeta y uno de ellos está en la Unión Europea; más concretamente, en la costa oeste de Tenerife, donde se protege un ecosistema marino extraordinario que ahora corre peligro por la reactivación de los planes para construir el macropuerto en la zona, «construcción que sería un ecocidio» si las autoridades canarias consiguen fondos europeos de recuperación para llevarlo a cabo.

Texto de la petición

Denieguen permisos y fondos a España/Canarias para construir el proyectado macropuerto de Fonsalía en el suroeste de Tenerife, dado que atentaría contra los valores protegidos por la Zona de Especial Conservación (ZEC) Franja Marina Teno-Rasca, que rodea a Fonsalía, esta zona está protegida a nivel europeo y nacional. Incluyan el área de Fonsalía en la citada ZEC, dado que se dejó fuera de la misma por el planeamiento del puerto, a pesar de que alberga una zona crítica de tortuga verde (especie en peligro de extinción) y otros valores naturales y especies amenazadas, continuos con la ZEC.

El caso HOPE

HOPE era una hembra joven de calderón tropical que tuvo que ser sacrificada en el suroeste de Tenerife en marzo de 2019 porque la hélice de un barco le cortó la cola. Podría haber vivido hasta los sesenta años pero solo nadó hasta los tres o cuatro. Su familia es la mayor población de su especie en Europa y vive todo el año en el suroeste de Tenerife.

Ahora HOPE es un símbolo de la vida marina de estas aguas, que están incluidas en la red europea Natura 2000 como la Zona de Especial Conservación ZEC Teno-Rasca, protegidas por la directiva europea Hábitats y leyes españolas.

El diseño de la ZEC, que se extiende hasta más de mil metros de profundidad y protege toda la costa suroeste de Tenerife, unos 30 km desde Teno al norte hasta La Rasca al sur, dejó un «agujero» en medio -Fonsalía- entre los pueblos de Alcalá y Playa San Juan, donde se planea la construcción de un nuevo macropuerto.

El puerto de Fonsalía tendría impactos directos e indirectos incompatibles sobre hábitats y especies protegidas a nivel europeo y presentes en la ZEC, principalmente sobre praderas de fanerógamas marinas «sebadal», tortugas marinas boba y verde, delfín mular y calderón tropical.

Los impactos se darían por destrucción directa de hábitats, incremento de la contaminación química, acústica y lumínica, y por multiplicar el tráfico marino. Más tráfico significaría más colisiones con cetáceos y tortugas, y más presión humana en la ZEC, que ya se ha relacionado con elevados niveles de cortisol (hormonas de estrés) en calderones.

Afectar a las especies impactaría además a la observación comercial de cetáceos: la segunda actividad turística en Tenerife, de alto valor económico y social

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