La población palestina de Gaza afronta la llegada del invierno en una situación límite, marcada por la falta de refugios seguros, la destrucción masiva de infraestructuras civiles y un nivel de desnutrición inédito en la región, según alerta el último informe actualizado de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA).
El organismo advierte de que el bloqueo, la inseguridad constante y la falta de asistencia suficiente agravan una crisis humanitaria que ya califican de «devastadora».
Un territorio devastado y sin capacidad de respuesta
El informe más reciente de la UNRWA —publicado el 25 de noviembre y disponible en su sitio oficial— describe un territorio exhausto, con más de 1,7 millones de personas desplazadas, miles de familias sin cobijo y una red humanitaria al borde del colapso.
La organización recuerda que más de 390.000 escolares siguen sin acceso estable a educación y que numerosos hospitales apenas operan debido a la falta de combustible, agua y suministros médicos esenciales.
El contexto ya ha sido abordado en informaciones previas de Aquí Madrid, como las referidas a ataques contra instalaciones médicas o a la situación crítica del sistema sanitario en conflictos armados, una realidad que vuelve a repetirse en Gaza.
Refugios saturados y sin condiciones mínimas
La UNRWA alerta de que los refugios habilitados en escuelas y centros comunitarios presentan un nivel de saturación «sin precedentes». En muchos casos, más de 400 personas comparten espacios concebidos originalmente para 150, sin acceso adecuado a letrinas, duchas o zonas higiénicas.
La agencia afirma que las condiciones materiales caerán aún más con el descenso brusco de temperaturas. «Miles de familias no disponen de mantas, ropa adecuada ni material impermeable para resguardarse de las lluvias», señala el organismo.
Riesgo epidémico creciente
Las enfermedades respiratorias, la diarrea aguda y las infecciones cutáneas ya afectan a decenas de miles de niños. La falta de agua potable y la imposibilidad de almacenar alimentos en condiciones seguras multiplican el riesgo de brotes epidémicos.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras ya habían advertido sobre el impacto sanitario de condiciones de hacinamiento extremo en situaciones de guerra.
Cifras que muestran la magnitud de la emergencia
El informe de la UNRWA incluye datos especialmente graves:
- Más del 80 por ciento de los hogares no dispone de suficientes alimentos para cubrir necesidades diarias.
- El 95 por ciento del agua disponible no es apta para consumo humano.
- Al menos 70.000 viviendas han sido destruidas o resultan inhabitables.
- Las escuelas de la UNRWA, tradicional refugio civil en emergencias, han sufrido daños en más de un 60 por ciento de los casos.
A estos datos se añade el corte casi total del suministro eléctrico y la falta de combustible, que impiden el funcionamiento estable de hospitales, plantas de desalinización y servicios básicos.
Personal y centros de la UNRWA en riesgo
El informe recuerda que numerosos trabajadores humanitarios han muerto mientras atendían a la población. La agencia subraya que sus instalaciones deben recibir protección en virtud del derecho internacional humanitario. Pese a ello, las comunicaciones, almacenes y escuelas han sido repetidamente afectadas.
El comisionado general de la UNRWA, Philippe Lazzarini, advirtió hace días que «las condiciones en Gaza ya no permiten una respuesta humanitaria mínima». Su llamamiento busca presionar a la comunidad internacional para garantizar corredores seguros y un flujo constante de ayuda.
Obstáculos logísticos y falta de acceso
A pesar de la apertura limitada de puntos de entrada para camiones de asistencia, la UNRWA insiste en que el volumen es «dramáticamente insuficiente». La agencia reitera que son necesarias entre 500 y 600 cargas diarias para cubrir necesidades esenciales, muy por encima de las cifras actuales.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) ha señalado en sus comunicados que la ayuda enviada desde España apenas puede distribuirse debido al bloqueo, y reclama un acceso «pleno, seguro y sostenido» para las organizaciones humanitarias.
Menores desplazados y sin acceso a servicios
Uno de los aspectos más alarmantes del informe de la UNRWA es la situación de la infancia. Millones de niñas y niños viven sin escolarización, en entornos inseguros y con una atención sanitaria muy limitada. Las enfermedades gastrointestinales se han disparado, junto con señales claras de desnutrición grave.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha subrayado que «el riesgo de mortalidad infantil por causas evitables aumenta cada día». Su advertencia coincide con las cifras registradas en otros conflictos prolongados, donde las muertes indirectas superan a las causadas por bombardeos.
Infraestructuras de comunicación destruidas
El informe de la UNRWA también reconoce la dificultad de documentar hechos, verificar cifras y comunicar necesidades debido a la destrucción de antenas, redes móviles y estaciones de radio.
El corte de comunicaciones impide a periodistas y organizaciones locales transmitir información fiable y actualizada, una situación que vulnera el derecho fundamental a recibir y difundir información.
Medios independientes y ONG especializadas en derechos humanos han advertido de que esta desconexión favorece la desinformación, la invisibilidad de las víctimas y la impunidad.
La importancia de preservar testimonios
A pesar del riesgo, profesionales de medios locales insisten en la necesidad de registrar violaciones de derechos humanos y documentar el impacto real del conflicto.
Varios periodistas gazatíes han señalado que «la población necesita que el mundo vea lo que está ocurriendo», aun cuando las comunicaciones digitales solo funcionan de manera intermitente.
La petición de un alto el fuego humanitario
La UNRWA reitera su llamamiento para que todas las partes garanticen un alto el fuego inmediato y estable. Solo así —subraya la agencia— podrán implementarse evacuaciones médicas, distribuirse ayuda crítica y restaurarse servicios esenciales.
La organización también solicita la protección integral de su personal y el respeto del derecho internacional humanitario, así como apoyo financiero adicional para sostener operaciones de emergencia.
España y la cooperación internacional
España, a través de la AECID, ha reforzado su apoyo a la UNRWA en los últimos meses. El organismo español destaca que la ayuda directa sigue siendo insuficiente sin un marco político que garantice acceso permanente, respeto a los trabajadores humanitarios y seguridad para la población civil.
El informe actualizado de la UNRWA dibuja un escenario extremo: hambre generalizada, infraestructuras destruidas, colapso sanitario, desplazamientos masivos y una población que encara el invierno sin refugio ni servicios básicos. En este contexto, la protección humanitaria, el derecho a la información y la responsabilidad internacional son más urgentes que nunca.




