La sobrecarga de actividades extraescolares en niños y niñas es una preocupación creciente en la sociedad actual. La búsqueda de una formación integral ha llevado a muchos padres a inscribir a sus hijos en múltiples actividades semanales, reduciendo significativamente su tiempo libre.

Esta tendencia plantea interrogantes sobre el impacto en el desarrollo infantil y la conciliación familiar.

El tiempo libre es esencial para el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Permite el juego no estructurado, fundamental para fomentar la creatividad.

Además, momentos de inactividad, como el aburrimiento, estimulan la imaginación y la capacidad de introspección.

Según directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los menores necesitan disponer de más tiempo para jugar activamente y proponen un aumento del ejercicio físico que garantice a su vez la calidad de sueño.

La Dra. Fiona Bull del programa de vigilancia y prevención de la organización, defiende los beneficios de estos actos para mejorar la salud física y mental de los niños pequeños.

Sin embargo, la agenda sobrecargada de muchos niños limita estas oportunidades, lo que puede afectar negativamente a su desarrollo, generándoles estrés, ansiedad y fatiga.

El auténtico desarrollo florece cuando se permite a los niños explorar y describir el mundo sin limitaciones de una estructura excesivamente rígida, sin un día cerrado y organizado por clases extra curriculares dentro del colegio, polideportivos o espacios de recreativos.

La falta de tiempo para el juego libre y el descanso puede derivar en problemas de salud física y emocional, como dolores de cabeza, trastornos del sueño y disminución del rendimiento académico.

El desarrollo auténtico florece cuando se permite a los más pequeños explorar y descubrir el mundo sin limitaciones de una estructura excesivamente rígida.

Incompatibilidad de horarios y conciliación familiar

Es fundamental que los padres evalúen la carga de actividades de sus hijos, pero la discrepancia entre sus horarios laborales y los escolares es una realidad que complica la conciliación familiar.

Muchos padres se ven obligados a extender la jornada del colegio mediante actividades extraescolares para cubrir las horas en las que no pueden estar presentes.

Por este motivo, la situación no solo afecta a los niños y niñas, sino que también genera estrés en los padres, quienes deben equilibrar sus responsabilidades con el cuidado de sus hijos.

Es esencial replantear la organización de los horarios laborales y escolares para favorecer una mejor conciliación en las familias.

Además, reconocer la importancia del tiempo libre en la infancia y evitar la sobrecarga de actividades permitirá un desarrollo más equilibrado y saludable.

La sociedad, en su conjunto, debe reflexionar sobre estas dinámicas y buscar soluciones que promuevan el bienestar de las familias.

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