Empiezo por confesar que «La imatge permanen», primer largometraje de la realizadora catalana Laura Ferrés, me ha parecido una película cuando menos extraña, que seguramente no he entendido visto que ha sido premiada con la Espiga de Oro, máximo galardón de la Semana del Cine de Valladolid (Seminci). También puede ser que hoy no tuviera yo mi mejor día para digerir propuestas innovadoras.
En «La imatge permanent» se cuenta la historia de una joven que, tras dar a luz en un pueblo andaluz, huye del agobio local y desaparece en plena noche. Pasados cincuenta años, en un pueblo de las afueras de Barcelona donde vive vendiendo perfumes por la calle, se encuentra con otra mujer, una fotógrafa que se dedica a buscar gente «normal» dispuesta a contar su historia y experiencias, para trabajos publicitarios.
Las dos mujeres, en la vida real se llaman Rosario Ortega y María Luengo, no son actrices profesionales, pero son las intérpretes de esta propuesta de un cine diferente que no estoy segura pueda pasar la prueba del público en una sala convencional.
Hace medio siglo yo habría dicho que se trataba de la historia de dos soledades que habría llenado cumplidamente una sala de las llamadas de arte y ensayo, seguida del correspondiente coloquio durante el cual los espectadores habrían competido limpiamente para tratar de encontrar todas las explicaciones posibles a la trama.
Por aportar algo, y sin ningún ánimo de rivalizar, digamos que la película de Laura Ferrés, rodada en catalán y castellano, es un drama que reflexiona sobre la realidad, las vidas reales y el valor de la imagen.
- «La imatge permanent» se estrena en los cines de Madrid el viernes 17 de noviembre de 2023