Muchas personas se arriesgan a atravesar parte de África huyendo de las guerras con la deshumanización que conllevan, para alcanzar la posibilidad de conocer “un mundo mejor”… pero al llegar se encuentran con un muro duro, cruel e incomprensivo.
Las fotografías del salto a la valla de Melilla de las personas tiradas en el suelo unas encima de otras, amontonadas como si fueran un mar de peces muertos por la toxicidad del maltrato, después del sufrimiento en su país de origen para llegar y encontrarse este recibimiento, es de una crueldad y una insensibilidad atroz, sigo impactada…
Vengo diciendo desde hace tiempo que tenemos tantos derechos humanos como podamos comprarnos en este mundo de mercado, aunque también el sistema disfraza de derechos humanos aquello que “inventa” para hacer negocios. No importan las personas, les interesan sólo los negocios…
Un sistema económico que mercantiliza la vida según sus intereses, es inhumano, cruel y sádico.
Es lo mejor