La situación en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, así como en El Líbano, ha alcanzado niveles alarmantes este 14 de octubre de 2024.

La guerra, que ha afectado gravemente a la población civil, continúa su escalada con ataques aéreos, enfrentamientos en tierra y una crisis humanitaria que sigue empeorando.

Organizaciones como UNRWA han advertido sobre el riesgo de un colapso total de los servicios básicos en Gaza, mientras que en Cisjordania y El Líbano, las tensiones con las fuerzas israelíes no muestran signos de disminuir.

Gaza

En Gaza, la situación es cada vez más crítica. Desde el inicio de la guerra en octubre de 2023, el número de muertos y desplazados ha aumentado significativamente.

Según informes de la UNRWA, hasta la fecha, más de 1,9 millones de personas en Gaza, es decir, el 85 por ciento de la población, han sido desplazadas múltiples veces debido a los continuos bombardeos y la destrucción de infraestructuras.

Además, la falta de acceso a servicios básicos como agua, saneamiento y atención médica agrava la crisis humanitaria. Las cifras muestran que solo catorce por ciento del combustible necesario está entrando en Gaza, lo que ha dejado a la mayoría de la población sin electricidad y con acceso limitado a agua potable.

Las instalaciones médicas están al borde del colapso. De los veintisiete centros de salud de la UNRWA, solo ocho permanecen operativos.

El personal sanitario, a pesar de las condiciones peligrosas, ha seguido brindando atención a miles de pacientes diariamente, pero los recursos están agotándose.

Los hospitales están desbordados, y las condiciones insalubres en los refugios aumentan el riesgo de enfermedades.

Además, la falta de alimentos ha provocado una grave crisis de seguridad alimentaria, con más de 1,15 millones de personas recibiendo ayuda de emergencia. La distribución de paquetes de alimentos se ha hecho cada vez más difícil debido a la destrucción de carreteras y la inseguridad.

Ante esta situación, las Naciones Unidas y organizaciones humanitarias como la UNRWA han llamado repetidamente a un alto el fuego y a la creación de corredores humanitarios seguros para permitir la entrada de ayuda.

La respuesta internacional ha sido limitada, y los constantes bloqueos en Gaza impiden la llegada de suministros vitales como medicinas, agua potable y alimentos.

Los esfuerzos por proporcionar apoyo psicológico y educativo a los más de 500.000 niños desplazados en Gaza son insuficientes debido a la falta de recursos y a las condiciones de inseguridad.

Cisjordania

En Cisjordania, la situación no es mucho mejor. Las fuerzas israelíes han intensificado las incursiones en ciudades como Jenin y Nablus, lo que ha provocado numerosos enfrentamientos con militantes palestinos.

El uso de drones y la incursión de tropas terrestres han resultado en un número creciente de víctimas civiles.

Además, los bloqueos y toques de queda impuestos por Israel han dificultado el acceso de la población a recursos esenciales, exacerbando la tensión social y económica.

Además, en estos meses de invasión de Gaza, las actividades de los colonos israelíes en Cisjordania han incrementado aún más la tensión en la región, sumándose a la escalada del conflicto.

Estos colonos, muchos de los cuales están respaldados por el gobierno israelí, han incrementado sus ataques contra aldeas palestinas, incendiando propiedades, dañando cultivos y atacando a civiles.

Según diversas organizaciones de derechos humanos, se ha observado un aumento significativo de la violencia por parte de los colonos, particularmente en áreas estratégicas como el Valle del Jordán y las cercanías de Hebrón.

En muchos casos, las fuerzas de seguridad israelíes no solo no intervienen para detener estos ataques, sino que se les acusa de actuar en complicidad con los colonos, permitiendo que estos actos violentos se perpetúen con impunidad.

Las incursiones de los colonos suelen ir acompañadas de la destrucción de propiedades palestinas, lo que genera un clima de miedo y desplazamiento forzoso entre la población local.

Además, los asentamientos ilegales en Cisjordania continúan expandiéndose, lo que dificulta aún más la posibilidad de una solución de dos estados y crea nuevas barreras para la paz​

Organizaciones internacionales han denunciado que estas actividades no solo violan el derecho internacional, sino que también agravan el sufrimiento de una población que ya enfrenta dificultades extremas debido a la ocupación militar y las restricciones de movimiento impuestas por Israel.

Líbano

Por su parte, el sur de El Líbano ha sido escenario de enfrentamientos entre militantes de Hezbollah y el ejército israelí.

La frontera entre Israel y El Líbano ha sido testigo de intensos intercambios de fuego, lo que ha provocado la evacuación de miles de civiles libaneses hacia el norte del país.

La comunidad internacional teme que este conflicto se extienda más allá de las fronteras de Gaza y Cisjordania, y que El Líbano se convierta en un nuevo frente de batalla.

Hezbollah ha aumentado sus ataques con cohetes, mientras que Israel, que ya ha empezado a contabilizar muertos y heridos en su propio territorio, ha respondido con bombardeos aéreos en la región, de forma similar a los efectuados en Gaza.

Mientras tanto, las tensiones diplomáticas en la región han escalado.

Países vecinos como Egipto y Jordania han expresado su preocupación por la posible expansión del conflicto y las repercusiones en la estabilidad de Oriente Medio. Los intentos de mediación por parte de la comunidad internacional han fracasado hasta ahora, y la falta de una solución política parece cada vez más inalcanzable.

A pesar de los esfuerzos de la ONU y otras organizaciones para aliviar la situación, la realidad en el terreno muestra que el conflicto sigue intensificándose, y el sufrimiento de la población civil continúa siendo la mayor tragedia de esta guerra prolongada.

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